Del humor

A pesar de que el doctor Sheldon Cooper mantiene que los n¨®rdicos se distinguen por su ausencia de sentido del humor, series como Fallet (Netflix) demuestran que est¨¢ equivocado, algo que nunca reconocer¨¢. Ocho cap¨ªtulos de media hora en los que, con irreverente educaci¨®n, se r¨ªen de varios g¨¦neros y subg¨¦neros audiovisuales con una trama b¨¢sica, el llamado nordic noir, con el que tantos ¨¦xitos han cosechado sus televisiones.

En la localidad sueca de Norrbacka se produce el asesinato de un ciudadano brit¨¢nico. La inspectora Sophie Borg se har¨¢ cargo del caso con la colaboraci¨®n del polic¨ªa ingl¨¦s Tom Brown, probablemente los dos detectives m¨¢s torpes que cabr¨ªa imaginar. Ella es un peligro p¨²blico, pues cada vez que dispara siempre sale herido alg¨²n espectador. En su presentaci¨®n, y pese a la reiterada petici¨®n de su jefe de que debe capturar vivo al presunto asesino de Olof Palme, le mete un balazo en la cabeza. ?l es capaz de descubrir culpables entre los inocentes sin cortarse lo m¨¢s m¨ªnimo al acusar a un cl¨¦rigo de un crimen cuando, en realidad, se encontraba en otra ciudad. Demostrada la impericia, a?¨¢danle que el superior sueco es m¨¢s inepto que sus descerebrados subalternos y que a lo largo de la historia surgen elementos propios de telenovelas con hijas ileg¨ªtimas y amores fugaces, sin obviar alg¨²n chiste sobre Henning Mankell.

La mayor¨ªa de edad de cualquier industria del entretenimiento se alcanza cuando es capaz de re¨ªrse de s¨ª misma, cuando la iron¨ªa inteligente se incorpora al argumento sin romperlo ni mancharlo. Es el caso de Fallet y no es el caso, lamentablemente, de alg¨²n sector de la industria de la demagogia como el nacionalismo independentista, que adopt¨® el trascendentalismo como ense?a patria por m¨¢s que las cifras macroecon¨®micas se?alen su intrascendencia, cuando no su ineficacia. Es lo que distingue el placer de las comuniones con ruedas de molino. Quiz¨¢ Sheldon Cooper deber¨ªa revisar su concepto sobre los humorismos nacionales.