El reggae del Rototom Sunsplash cumple un cuarto de siglo

A la peque?a Gaio di Spilimbergo, en la regi¨®n de Friuli-Venezia-Giulia, al norte de Italia, le separan 1.600 kil¨®metros de Benic¨¤ssim, en la costa levantina espa?ola. Desde 25 a?os, esa distancia est¨¢ acortada por un nexo: el festival internacional Rototom Sunsplash. Con el reggae, su motor, al frente. Representan el origen y el presente de un macroevento que ha crecido en dimensiones ¨Cde los 1.000 asistentes en su arranque, en 1994, a los 220.000 de 2017¨C aunque mantiene intacta su filosof¨ªa. "Ha sido, y es, m¨¢s que una cita musical, un punto de encuentro, de compromiso", explica a EL PA?S su director, Filippo Giunta, miembro del equipo de cinco que fund¨® el certamen y que sigue hoy. Del 16 al 22 de agosto, el Sunsplash prepara un nuevo asalto musical en Benic¨¤ssim para festejar sus 25 a?os en la brecha con Ben Harper, Jimmy Cliff, David Rodigan, Alborosie, Tiken Jah Fakoly, Orishas o Fat Freddy¡¯s Drop en un cartel de 200 artistas que se unen a los 2.300 que han pisado la cita en estas m¨¢s de dos d¨¦cadas.

La historia del Rototom Sunsplash est¨¢ salpicada de m¨¢s de un punto y seguido. De migraciones: tres cambios de ubicaci¨®n en Italia, forzados por el crecimiento de p¨²blico (del jard¨ªn de la discoteca de Gaio a Lignano y el parque natural en Osoppo, a los pies de los Alpes). Y tambi¨¦n de ¨¦xodos: el que llev¨® al festival, en 2009, a hacer las maletas. Fue tras el acoso amparado por la ley Fini-Giovanardi (declarada inconstitucional en 2014) y la pol¨ªtica de cierre de fronteras que promov¨ªa el discurso nacionalista de Silvio Berlusconi y sus socios de la Liga Norte, contrario a la interculturalidad que materializaba el evento. Se busc¨® nueva sede fuera de Italia y la encontr¨® en Benic¨¤ssim, su nueva tierra prometida, desde el verano de 2010 y donde el Rototom Sunsplash salt¨® a otra dimensi¨®n. Aqu¨ª se topa con el mar, se abre al p¨²blico latinoamericano, se consolida como destino vacacional y suma cifras "m¨¢s propias del pop". De citas como el Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB), con el que comparte base operativa.

De todos estos puntos y seguidos ha bebido el certamen para seguir cogiendo impulso. Hoy es referente para la comunidad internacional reggae ¨Cen 2017 aglutin¨® a p¨²blico de un centenar de nacionalidades-, pero tambi¨¦n para quienes, gustos musicales al margen, comparten sencillamente la filosof¨ªa que inspira el g¨¦nero jamaicano por excelencia y sobre la que se levanta este proyecto. Una ciudad de 500.000 metros cuadrados a la que durante una semana se acerca una espiral casi ininterrumpida de actividades culturales y de ocio. Sin l¨ªmite de edad.

?C¨®mo se gesta el festival reggae m¨¢s grande del mundo en la discoteca de un peque?o pueblo italiano tan cercana en sus inicios al rock y al punk como al sonido abanderado por Bob Marley? La clave "es el reggae y la atm¨®sfera de familia que genera. Te hace ser abierto y vehicular de una manera m¨¢s natural que otros estilos los mensajes de paz, respeto y convivencia que defendemos", seg¨²n?Giunta. La convivencia guio el proyecto de fusi¨®n musical del local de Gaio, un azote al ambiente de represi¨®n cultural que sumerg¨ªa a la regi¨®n italiana en los noventa. Ramones o Massive Attack compartieron techo con Fela Kuti, Yellowman o Burning Spear. Y ese punto de partida inclusivo ¨Cempezando por el nombre del festival, "rototom", un tambor capaz de generar sonidos diversos¨C explica "la comunidad y el sentido de pertenencia que caracteriza nuestra cita musical".

¡°Nuestro p¨²blico siente el festival como suyo. Se tat¨²an el le¨®n [emblema de la cita] porque se sienten parte de esta comunidad¡±, incide. Una prueba es el relevo generacional que se repite en el certamen. Padres y madres que suman a su prole a esta experiencia y garantizan as¨ª su continuidad.

La longevidad del certamen encuentra otro aliado en su modelo de gesti¨®n at¨ªpico, y que funciona: desde 2003 ha puesto su deuda a cero, confirma la organizaci¨®n. El festival se autofinancia casi ¨ªntegramente con las entradas y merchandise. Las ayudas p¨²blicas suponen un 2,5% y carece de patrocinadores que representan ¡°esas pr¨¢cticas que queremos cambiar¡±, asegura Giunta, en alusi¨®n a las tem¨¢ticas abordadas en una de las ¨¢reas culturales m¨¢s emblem¨¢ticas del certamen, el Foro Social. Un espacio de debate que ha redimensionado la proyecci¨®n internacional del Sunsplash con la presencia a lo largo de su historia de las Nobel de la Paz Rigoberta Mench¨² y Shirin Ebadi, el soci¨®logo Zygmunt Bauman o la activista medioambiental Vandana Shiva.

Tras 25 a?os de trayectoria, asoma cierto halo de nostalgia. ¡°Al principio era todo mucho m¨¢s rom¨¢ntico, pero m¨¢s complicado tambi¨¦n. Pedirle a un artista que viniera a actuar a Osoppo, con su aislamiento geogr¨¢fico, era una odisea. Ahora ya no¡±, recuerda Giunta. ¡°Me quedo con la idea rom¨¢ntica de Gaio, donde todo el pueblo se implicaba porque solos no ¨¦ramos capaces, donde transform¨¢bamos jaulas en lo que buenamente nos serv¨ªa para levantar las primeras ediciones y suplir la falta de medios. Era una locura, una aventura que defend¨ªamos por la pasi¨®n que ten¨ªamos. Ahora hemos ganado en seguridad psicol¨®gica¡±, reconoce.

Tambi¨¦n una sonrisa de a?oranza le evoca retroceder al primer cartel del Rototom Sunsplash, que debe su apellido, Sunsplash, al festival reggae referente del momento, celebrado en Jamaica. ¡°Lo recuerdo, claro. Lo hicimos a mano¡­¡±. 14? artistas integraban la propuesta del, entonces, encuentro nacional reggae. Hoy son m¨¢s de 200. Y el evento tiene rango mundial.

El romanticismo ha dado paso a la profesionalizaci¨®n de una cita que mueve 25 millones de euros por a?o y ha sido capaz de reunir entre todas sus ediciones a 3,2 millones de personas. Hoy emerge una ciudad del reggae con 13 ¨¢reas culturales que emulan distritos urbanos, con canales de radio y televisi¨®n propios y gira promocional. La Unesco ha reconocido al festival por su compromiso social y ambiental: el reciclaje, la reutilizaci¨®n de recursos h¨ªdricos, la movilidad sostenible y la lucha contra el pl¨¢stico ¨Ccon vasos reutilizables y material de biocompostaje en las barras- son sello de la casa.

El Rototom Sunsplash suma y sigue. ?Habr¨¢ otros 25? "?Tendremos unos 80 a?os para entonces!", r¨ªe, de nuevo, Giunta. "No lo s¨¦¡­ pero s¨ª imagino convertir el Rototom en una ciudad de la m¨²sica, permanente, que se pueda disfrutar todo el a?o. Sigue siendo nuestro sue?o. Espero que en 25 a?os lo hayamos cumplido".