Revoluci¨®n invertebrada
El fallecido V. S. Naipaul desenmascar¨® la desigualdad de la sociedad poscolonial en sus cr¨®nicas de viajes. 'El escritor y el mundo' las re¨²ne por primera vez en espa?ol
El fallecimiento de V. S. Naipaul (1932-2018) reaviva una pol¨¦mica que lo acompa?a desde su Premio Nobel, en 2001: el viejo clich¨¦ de si los genios son buenas o malas personas. Y si bien ¡°cuanto m¨¢s sutil e intensa se hac¨ªa su prosa, mayor era la desfachatez de sus comentarios en p¨²blico¡±, como escribe su bi¨®grafo Patrick French, de Naipaul se han llegado a exponer como contradicciones ideol¨®gicas ambiguos secretos de alcoba. Tambi¨¦n se le ha llamado racista, clasista y ¡°lacayo despreciable del imperialismo¡±; incluso en recientes obituarios. Y muchos de los ejemplos ¡°en contra¡± se han entresacado de El escritor y el mundo, contundente recopilaci¨®n de cr¨®nicas de viajes fechadas entre 1962 y 1992 y publicadas por primera vez en espa?ol. Le¨ªdas hoy, uno recuerda el deseo de Schiller: no le des a tu tiempo lo que te pide, sino lo que necesita.
Nacido en una familia india emigrada a la isla de Trinidad, escritor en lengua inglesa, Naipaul define sus intenciones: ¡°Viajo para descubrir otros estados de ¨¢nimo. Y si para esta aventura voy a sitios donde la gente lleva una vida de restricciones, es porque mi curiosidad a¨²n obedece, en parte, al dictado de mis or¨ªgenes coloniales de Trinidad¡±. Y si bien su marco son los procesos de descolonizaci¨®n del siglo XX (en India, ?frica y Am¨¦rica), estas cr¨®nicas alcanzan una contundencia universal y tienen como protagonistas, como en su obra de ficci¨®n, el dolor y el desamparo. Nadie ha escrito como Naipaul sobre la desigualdad, las falsificaciones identitarias; el exterminio de pueblos y la apelaci¨®n a los mitos sentimentales. Y tampoco es azaroso que Naipaul cite en dos cr¨®nicas Espa?a invertebrada para desenmascarar estas ¡°revoluciones invertebradas¡±, pues su m¨¦todo comparte la ambici¨®n de la ¡°raz¨®n hist¨®rica¡± de Ortega.
Naipaul comienza a escribir sus cr¨®nicas durante una crisis creativa, tras finalizar Una casa para el se?or Biswas (1961). Dos encargos literarios le llevan de regreso al Caribe y a su primer contacto con India; all¨ª experimentar¨¢ la falacia de su propio sustrato cultural. India es miseria y hambrunas; el Caribe, reivindicaciones importadas, ajenas a la realidad multirracial de la zona. As¨ª, frente al despiadado y humor¨ªstico (y emp¨¢tico) Biswas, surge un Naipaul m¨¢s severo que, al apropiarse de rincones que carecen de literatura de primera mano, debe construirse una exigente moral de la escritura, una hibridaci¨®n de formas heredadas para las que ya no sirve la novela convencional. A su juicio, esta pertenece a ¡°sociedades cerradas¡±, como la Inglaterra del siglo XIX; no, desde luego, a la abierta y falsificada experiencia colonial. Por ello no extra?a que estos art¨ªculos, originalmente publicados en revistas ¡°izquierdistas¡± como The New York Review of Books, hayan influido de una manera tan decisiva en la renovaci¨®n de la literatura poscolonial, sin que pueda decirse que su rastro haya desaparecido.
Pero tambi¨¦n es f¨¢cil leer El escritor y el mundo como un laboratorio de sus propias novelas, cada vez m¨¢s complejas en su concepci¨®n, aunque despojadas en su prosa (siempre magn¨ªficamente traducida, como en esta ocasi¨®n, por Flora Casas). Aqu¨ª est¨¢ el germen de obras maestras como En un estado libre (1971) y Un recodo en el r¨ªo (1978); as¨ª como de la indagaci¨®n autobiogr¨¢fica de dos obras de madurez: El enigma de la llegada (1987) y Un camino en el mundo (1994). No obstante, las cr¨®nicas tienen entidad propia por el estilo urgente, la rotundidad y el pesimismo.
La lectura de El escritor y el mundo es de hondo calado experiencial. Y a veces uno necesita tomar aire (y acompa?ar la lectura con los menos amargos Momentos literarios ¡ª2012¡ª, guiado por el propio Naipaul, que combin¨® ambos registros en sus primeras recopilaciones).
Destacan las cr¨®nicas m¨¢s extensas. Por ejemplo, El barrac¨®n atestado, de 1972, dedicado al estancamiento de isla de Mauricio, con el sobrecogedor retrato de una prostituta de origen indio. O Michael X y los asesinatos de Poder Negro, escrito entre 1973 y 1975, importante estudio de la falsificaci¨®n literaria de las revoluciones, germen de su novela Guerrillas (1975). O Los cocodrilos de Yamusukro, cr¨®nica de un proceso ¡°exitoso¡± de descolonizaci¨®n en Costa de Marfil, a la vez que indagaci¨®n de su lugar como escritor. O el pol¨¦mico Argentina y el fantasma de Eva Per¨®n, escrito entre 1972 y 1991, con su severa lectura ¡°colonial¡± de la obra de Borges y de una sociedad ¡°creada en la fase m¨¢s codiciosa y decadente del imperialismo¡±.
Este ser¨¢ el punto m¨¢s vulnerable de la equidistancia de Naipaul. La represi¨®n, por autoritaria que sea, se muestra como una consecuencia de la impericia de las revoluciones. Naipaul carga las tintas sobre el error estrat¨¦gico de la utop¨ªa: ¡°Cuando la jerga transforma las cuestiones vivas en abstracciones, y cuando la jerga acaba compitiendo con la jerga, la gente no tiene causas. S¨®lo tiene enemigos¡±. Para Naipaul, las mentiras m¨¢s da?inas son las que uno se cuenta a s¨ª mismo.
Nuestra civilizaci¨®n universal, una conferencia de 1992 que cierra el volumen, arriesga a proponer un sistema positivo: la defensa de un ¡°centro¡± que d¨¦ cabida ¡°al resto del mundo y a todas las corrientes de pensamiento de este mundo¡±. Ya no el Occidente colonial ni el nihilismo posmoderno, sino el fruto cambiante de una cultura h¨ªbrida que no reniegue del sentido moral, del intelecto y de las formas culturales que expresan la individualidad (las artes). Un mundo impuro en el que el dolor no sea un mal menor.
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Autor:??V. S. Naipaul (traducci¨®n de Flora Casas).
Editorial:?Debate (2018).
Formato: tapa dura y versi¨®n Kindle (624 p¨¢ginas).
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