Un pa¨ªs posdictadura a ojos de un empleado de la morgue
¡®Los versos del olvido¡¯, del iran¨ª Alireza Khatami, un filme rodado en Chile sobre el ciclo de la vida y los especialistas de la muerte
El realizador iran¨ª Alireza Khatami demor¨® ocho a?os en terminar el largometraje Los versos del olvido, un relato sobre el viejo trabajador de una morgue y un cementerio en Chile, un pa¨ªs donde ha retornado la democracia pero contin¨²an las ejecuciones extrajudiciales. Su ¨®pera prima se estren¨® en el Festival de Venecia en 2017 ¡ªdonde gan¨® cuatro premios, entre ellos el de mejor guion¡ª y compiti¨® en el Festival de Lima la semana pasada.
El filme de 92 minutos es una coproducci¨®n entre Chile, Francia, Alemania y Pa¨ªses Bajos, en el que participan los actores espa?oles Juan Margallo y Tom¨¢s del Estal, y, entre los chilenos, Julio Jung, Gabriela Aguilera, Gonzalo Robles y Luis Dub¨®. Jung representa uno de los personajes m¨¢s kafkianos, un empleado estatal que certifica las defunciones pero que sufre de alzheimer. En su oficina, las alarmas de varios relojes suenan con frecuencia, pero ha olvidado para qu¨¦ es cada una.
El director deb¨ªa incluir a actores europeos como condici¨®n de los fondos que consigui¨® para la pel¨ªcula y decidi¨® incluir a actores espa?oles ¡°debido a que Espa?a tiene un pasado similar¡±, dijo a EL PA?S aludiendo a los desaparecidos de la Guerra Civil.
En la historia que escribi¨® Khatami las personas no tienen nombre. El empleado de la morgue busca dar un entierro digno a una joven cuyo cuerpo nadie reclama y que ha sido asesinada por el aparato estatal durante unas protestas.
Una mujer mayor es una de las pocas visitantes al cementerio cada domingo, va en busca de un familiar desaparecido. Otro personaje central, el sepulturero ciego, nunca mira a la c¨¢mara y mientras cava cada tumba, cuenta los detalles de la vida de la persona a quien enterrar¨¢.
¡°En la filosof¨ªa oriental hay un lema: quien es visto no habla, y quien habla no es visto. La mujer que ha pasado por una tragedia no habla. Quise decir que la pel¨ªcula no puede mostrar la tragedia, si la hubiera visto, no podr¨ªa hablar de ello¡±, explic¨® el director a este diario luego de la proyecci¨®n de su filme.
¡°Para entender la complejidad del mundo hay que simplificar y est¨¢ el riesgo de dejar de lado una parte. Pero en la vida real, a veces no se conoce la historia de las personas y no entendemos lo complejo. No quer¨ªa simplificar las historias de las personas que no conocemos: hay personas que han muerto cuyos nombres no sabemos, y de quienes no conocemos sus historias, quise hacer (con este filme) un homenaje a estas personas. Por ejemplo, cuando damos el n¨²mero de personas que han muerto en un accidente, las reducimos a una cifra, pero ten¨ªan un mundo, eran el hijo o hija de alguien, el amante de alguien¡±, anota Khatami.
Las locaciones principales ¡ªel cementerio general de Santiago, las calles de Valpara¨ªso y playas donde aparecen ballenas¡ª, sostienen una historia de muchos hilos, que ocurre m¨¢s en espacios abiertos que en interiores. En dos lugares, el trabajo de la direcci¨®n de arte es m¨¢s visible: el archivo del cementerio ¡ªcon los expedientes de cada muerto¡ª es un laberinto sin fondo y sin electricidad; antes de entrar, el viejo dependiente ata un ovillo de pabilo a una madera para tener una gu¨ªa y volver sin perderse. El otro, la oficina del encargado de las defunciones, est¨¢ lleno de objetos que le han dejado de servir.
La presencia de las ballenas en Los versos del olvido, refiere el cineasta iran¨ª, se debe a que ¡°son majestuosos, indefensos, son los mam¨ªferos m¨¢s grandes del planeta, dan a luz como los seres humanos, alimentan a sus hijos, y tienen una memoria incre¨ªble. Por miles de a?os antes de Instagram, las personas en tierra firme no hab¨ªan visto las ballenas, y los marineros volv¨ªan para contar las historias de estas criaturas maravillosas. Son el s¨ªmbolo del asombro y est¨¢n en la literatura y en la poes¨ªa de diferentes pueblos. Yo necesitaba un s¨ªmbolo de la maravilla del personaje que quer¨ªa enterrar a una persona, y la ¨²nica cosa que pod¨ªa expresarlo era una ballena¡±, se?al¨®.
Khatami fue asistente de varios directores iran¨ªes importantes, entre ellos Asghar Farhadi, estudi¨® efectos visuales en Malasia, ense?¨® cine durante tres a?os en la Universidad de Beirut, y actualmente es profesor en la escuela de artes cinematogr¨¢ficas en la Universidad De Paul en Chicago.
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