Adi¨®s a Randy Weston, maestro de la m¨²sica afroamericana

Randy Weston, uno de los m¨¢ximos exponentes de la herencia africana y sus ra¨ªces en el jazz, y muy especialmente en el piano, instrumento en el que desarroll¨® importantes e influyentes lenguajes, era sin embargo totalmente brooklynita, como se defin¨ªa hablando del neoyorquino barrio de Brooklyn, su lugar de nacimiento. Su carrera abarca m¨¢s de 70 a?os en los que llev¨® el piano en el jazz a territorios en los que ?frica y sus tradiciones eran mucho m¨¢s que una simple inspiraci¨®n, siendo pionero y buque insignia de la reivindicaci¨®n de esas tradiciones como origen de toda la m¨²sica afroamericana. El pasado s¨¢bado 1 de septiembre Weston falleci¨® a los 92 a?os en su casa de su querido Brooklyn.

Aunque para entonces ya llevaba en la escena profesional muchos a?os, tocando para m¨²sicos como Kenny Dorham, Cecil Payne o Art Blakey, y ya con un disco a publicado a su nombre, Weston afirmaba que no se decidi¨® a dedicar su vida a la m¨²sica al 100% hasta 1955. Hab¨ªa empezado a tocar el piano casi por obligaci¨®n, y no fue hasta que consigui¨® dejar atr¨¢s sus odiados ejercicios de Bach que pudo desarrollar su pasi¨®n por m¨²sicos como Eddie Heywood, Art Tatum, Duke Ellington o Coleman Hawkins, a trav¨¦s de quien conoci¨® en la segunda mitad de los a?os 40 a su principal influencia: Thelonious Monk. Weston sol¨ªa ir a casa de Monk a escucharlo y charlar con ¨¦l y pronto pas¨® a formar parte de una imposible cantera de pianistas raros ¡ªpor personales y alejados de los estilos m¨¢s comunes en la escena¡ª del jazz de los a?os 50, junto a nombres como Elmo Hope, Herbie Nichols o Mal Waldron.

En esa ¨¦poca conoce tambi¨¦n a la trombonista y arreglista Melba Liston, junto a quien estudia la tradici¨®n africana. Tras unos cuantos ¨¢lbumes destacables como l¨ªder ¡ªen los que despunta asimismo como compositor, firmando piezas que pronto se convirtieron en standards, como Hi-Fly o Little Niles¡ª, su inter¨¦s por Africa cristaliza en Uhuru Afrika, un ¨¢lbum seminal publicado en 1960 que inclu¨ªa letras de Langston Hughes y arreglos de Liston, cuya venta ser¨ªa prohibida en Sud¨¢frica por el apartheid. Durante esa d¨¦cada Weston viajar¨¢ en varias ocasiones a ?frica, y en 1968 se instala en Marruecos, donde funda un centro cultural llamado African Rhythms Club cerca de T¨¢nger, impulsando la relaci¨®n entre todas las ramificaciones de m¨²sica negra con su herencia africana y organizando todo tipo de actividades, incluyendo el primer festival de jazz en T¨¢nger en 1972.

Regres¨® a Estados Unidos ese mismo a?o pero a partir de entonces repartir¨ªa su actividad, pasando largas temporadas en ?frica y Europa. A finales de los a?os 80 su carrera despunta de nuevo a nivel internacional, principalmente gracias a un pu?ado de ¨¢lbumes excelentes para el sello Verve, como sus Portraits, Khepera o el imprescindible The Spirits of Our Ancestors, en el que se reencuentra con su querida Melba Liston, que escribir¨¢ tambi¨¦n los arreglos de varios discos de Weston a lo largo de los 90.

Con un gran sonido ¡ªalgo que siempre fue muy importante para ¨¦l¡ª y un magn¨ªfico sentido del tiempo y la din¨¢mica, Weston construy¨® un estilo inconfundible en el que diferentes ritmos africanos pasaban a incorporarse a su lenguaje pian¨ªstico con asombrosa naturalidad. Antes de mudarse a ?frica Weston dijo que "las percusiones siempre han sido mi instrumento favorito, y mi estilo est¨¢ bastante influido por esto. Voy a estudiar y aprender percusi¨®n basada en sistemas tribales y eso tal vez me ayude a componer, porque tendr¨¦ una visi¨®n m¨¢s amplia de los patrones r¨ªtmicos". Desde ese momento y hasta el pasado mes de julio, cuando Randy Weston ofreci¨® su ¨²ltimo concierto, su m¨²sica fue un constante crisol en el que conflu¨ªan el blues, la tradici¨®n africana y el jazz, siempre planteados como ramas de un arte global que abarca toda la m¨²sica afroamericana.