¡®Caso Llu¨ªs Pasqual¡¯: el coraje de la izquierda
A veces parece que las voces de la nueva izquierda aplican las recetas m¨¢s rancias de la vieja derecha y la vieja izquierda, y esto es lo que ha ocurrido con el Teatre Lliure
Del cinismo pol¨ªtico de la consellera Laura Borr¨¤s no hay por qu¨¦ dudar: la dimisi¨®n de Llu¨ªs Pasqual es un "gesto que le honra", y no hay mucho m¨¢s que decir. Algo m¨¢s desconcertante ha resultado la dulce despedida de Ada Colau. Es verdad que es hoy el objetivo predilecto de numerosos ciudadanos y pol¨ªticos, y es probable que siga si¨¦ndolo. Su candidatura en las elecciones de mayo podr¨ªa ser el enemigo com¨²n de cuantos aspiran a mejorar anteriores resultados, sea el s¨ª es no es de Manuel Valls, sea la previsibilidad de Collboni, sea el glamuroso independentismo de gal¨¢n maduro de Ferran Mascarell.
Pero a veces parece que las voces de la nueva izquierda apliquen las recetas m¨¢s rancias de la vieja derecha y la vieja izquierda. Las rutas sembradas de minas invitan a la prudencia, la cautela y la mentira por omisi¨®n, casi como siempre. Tiene toda la raz¨®n Colau cuando dice en su cuenta de Twitter que el Teatre Lliure "¨¦s i seguir¨¤ sent un referent imprescindible de l'escena teatral mundial". No parece que haya raz¨®n para negar una evidencia flagrante como esa, incluido el punto entusiasta de la dimensi¨®n global. Mientras ha estado Llu¨ªs Pasqual al frente ha sido as¨ª, reconoce la alcaldesa, que adem¨¢s a?ade que el director de teatro ha sido "un imprescindible a qui Barcelona estimar¨¤ i reconeixer¨¤ sempre". Es posible que en alg¨²n repliegue de la conciencia Colau se acordase de que, entre muchas otras cosas, Pasqual fue el maestro de escena del homenaje a los fallecidos en los atentados yihadistas de agosto de 2017 en la plaza Catalunya. Posiblemente su elecci¨®n para esa delicada tarea tuvo que ver con su independencia profesional y la evidente ausencia de beligerancia militante proproc¨¦s o contraproc¨¦s.
Cabe suponer incluso que las razones de esa elecci¨®n estuviesen vinculadas a la brillantez contrastada de su solvencia profesional. Por eso es natural tambi¨¦n que el tuit acabe con un sencillo "Gr¨¤cies Llu¨ªs". Pero es poco, francamente poco. No s¨¦ si era un tuit el lugar para que el principal cargo p¨²blico que la izquierda ostenta en Catalu?a expresase su opini¨®n a prop¨®sito de un episodio que es algo m¨¢s que anecd¨®tico porque es altamente sintom¨¢tico.
Es verdad que el teatro de verdad lo pusieron ayer a otros actores. El desconocido debutante Quim Torra ocupar¨¢ los divinos focos de otro teatro m¨¢s serio y menos independiente, el Teatre Nacional de Catalunya, para ofrecer en representaci¨®n ¨²nica su mejor papel: el de un presidente sin tribuna porque los suyos se han encargado de cerrar el Parlament hasta un momento m¨¢s conveniente o m¨¢s ¨¦pico que la pesada rutina pol¨ªtica de cada d¨ªa. La met¨¢fora que encierra ese acto es algo m¨¢s que transparente y solo faltar¨ªa que en pantalla de plasma apareciese por sorpresa desde los cielos extranjeros el expresident.
Quiz¨¢ un poco menos de comedia podr¨ªa oxigenar algo las cosas y rebajar los niveles de mentira y cinismo colectivo en que nos movemos con diligente complicidad. Si la alcadesa Colau ignora que la independencia ¨¦tica y pol¨ªtica de Pasqual est¨¢ detr¨¢s de su dimisi¨®n, y si omite la menor alusi¨®n a la protecci¨®n de esa independencia como especie en extinci¨®n, est¨¢ favoreciendo los discursos y las actitudes avasalladoras, prepotentes e invasivas del poder de la Generalitat en Catalu?a y en Barcelona. De la izquierda, ni vieja ni nueva, no se espera la desprotecci¨®n de la independencia de criterio. Menos aun se espera que un Ayuntamiento que va a pensar el futuro en las pr¨®ximas semanas de la mano de Joan Subirats agradezca los servicios prestados y abandone a su suerte a un hombre que no ha cedido y ha cre¨ªdo que las instituciones son sus ciudadanos y no s¨ªmbolos de parte. Colau ha perdido una oportunidad para expresarse en favor de los derechos de todos, sean minor¨ªa o mayor¨ªa en cada ciudad. Hoy en Catalunya existe una nutrida cantidad de ciudadanos que no creen en las instituciones de todos como armas de las conveniencias de una parte. Llu¨ªs Pasqual merec¨ªa algo m¨¢s que una despedida tierna, pero lo merec¨ªan sobre todo las causas impl¨ªcitas y expl¨ªcitas de su dimisi¨®n, incluso si eso pon¨ªa en riesgo la leg¨ªtima marca feminista de Colau y le montaban un pollastre el pu?ado de amigas de Facebook que respaldaron la denuncia de una actriz. Y quiz¨¢ detr¨¢s tambi¨¦n TV3.
Babelia
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