Funeral (o casi) en Berl¨ªn
En la pel¨ªcula hay una voluntad de diagn¨®stico generacional que en ning¨²n momento sepulta la capacidad de construir minuciosos retratos de los personajes
LAS DISTANCIAS
Direcci¨®n: Elena Trap¨¦.
Int¨¦rpretes: Alexandra Jim¨¦nez, Miki Esparb¨¦, Isak F¨¦rriz, Bruno Sevilla.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2018.
Duraci¨®n: 99 minutos.
Este Berl¨ªn de puertas entreabiertas, ventanas cerradas, habitaciones donde el aire se adensa y vagabundeos callejeros sin br¨²jula que preside el imaginario de Las distancias, segundo largometraje de Elena Trap¨¦, no parece la misma ciudad que algunas recientes producciones con presencia o autor¨ªa espa?ola abordaron como espacio de la transformaci¨®n: ya viniera esta propiciada por un encuentro azaroso ¨CVictoria (2015), de Sebastian Schipper, protagonizada por Laia Costa- o por el estado de tr¨¢nsito entre viejos y nuevos afectos durante el proceso de aprendizaje ¨Cel caso de la sobresaliente J¨²lia ist (2017), de Elena Mart¨ªn-. En Las distancias, un grupo de antiguos compa?eros de universidad visita, por sorpresa, al amigo que fij¨® su residencia en la ciudad alemana. El motivo aparente es la celebraci¨®n del cumplea?os del anfitri¨®n a la fuerza, aunque cada uno de los visitantes carga con sus propias expectativas, que la mirada de Trap¨¦ ir¨¢ revelando sin necesidad de verbalizar demasiado, dejando que su c¨¢mara no pase por alto ni un gesto, ni un silencio revelador. La inesperada fuga del homenajeado har¨¢ que la carga de tensiones del frustrado reencuentro vaya minando una cohesi¨®n grupal que quiz¨¢ haya sido siempre ilusoria.
Hay en Las distancias una posible voluntad de diagn¨®stico generacional que en ning¨²n momento sepulta la capacidad de construir minuciosos retratos de personajes que esquivan el arquetipo: ni siquiera ese treinta?ero que ha vuelto a casa de sus padres y que alivia su soledad sentimental sirvi¨¦ndose de aplicaciones de contactos que no necesariamente conducen al alivio sexual suena a clich¨¦. Trap¨¦ y sus coguionistas Josan Hatero y Miguel Ib¨¢?ez Monroy tambi¨¦n habilitan espacio en el relato para que el espectador logre empatizar y comprender a todos los personajes, incluido ese Guille que, en un principio, parece tener en la hostilidad su ¨²nica v¨ªa de comunicaci¨®n y cuyas fragilidades se acaban desvelando de una manera nada forzada.
Las distancias nace de la perfecta sincron¨ªa entre la puesta en escena de Trap¨¦, que aqu¨ª favorece el plano largo en continuidad, y un afinado reparto donde Alexandra Jim¨¦nez y Miki Esparb¨¦ se revelan tan precisos en la sutil inflexi¨®n dram¨¢tica como lo han sido en los registros c¨®micos que les consolidaron en ese g¨¦nero. La lucha territorial del personaje de Jim¨¦nez con una expareja de su anfitri¨®n y la imagen de Esparb¨¦ escuchando sus mensajes brillan en esta inmersi¨®n en los infiernos, cotidianos y generacionales, de la incomunicaci¨®n.
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