Risas
En ¡®Cap¨ªtulo 0¡¯ se tratan amable y disparatadamente temas actuales y alguna de las nuevas obsesiones de la ciudadan¨ªa
El panorama pol¨ªtico espa?ol ha conseguido que los programas m¨¢s serios de la televisi¨®n sean los de humor. Tras el continuado ¨¦xito de El intermedio, los mon¨®logos de Buenafuente, La hora de Jos¨¦ Mota, Ilustres ignorantes o La Resistencia, de Broncano, entre otros, habr¨¢ que sumar ahora los cinco episodios de Cap¨ªtulo 0, la serie que emite #0 y que idearon Joaqu¨ªn Reyes y Ernesto Sevilla, curtidos ya en docenas de batallas desde La hora chanante y Muchachada Nui.
Si la producci¨®n de un nuevo programa est¨¢ directamente relacionada con las expectativas de ¨¦xito, los albacete?os han triunfado. Desde el sobrio cutrer¨ªo chanante en 2002 hasta el Crimen se escribe con C, tercer cap¨ªtulo de la nueva serie, con medio centenar de figurantes, o los funcionales decorados de la parodia de Star Trek, el camino de Reyes y Sevilla se parece al de los ladrillos de oro de El mago de Oz. Ventajas de rebajar alg¨²n punto la capacidad de provocaci¨®n.
Cap¨ªtulo 0 se tratan amable y disparatadamente temas actuales y alguna de las nuevas obsesiones de la ciudadan¨ªa. En su primer programa, Tertulianos, con un inesperado cameo de Francisco Marhuenda, se comprueba que la ficci¨®n no se distancia en exceso de la realidad. En la serie, los tertulianos salvan el mundo y en los programas de debate, los nuevos enciclopedistas lo arreglan cada 24 horas. Tambi¨¦n es cierto que la realidad en ocasiones va por delante de la ficci¨®n, lo que explica que no hubieran rodado un cap¨ªtulo como Tesinandos, un tema que entroncar¨ªa con una nueva obsesi¨®n medi¨¢tica: el curr¨ªculo de sus se?or¨ªas.
Con parodias de series cl¨¢sicas como El pr¨ªncipe de Bel Air o la reconversi¨®n de dos inspectores de polic¨ªa en propietarios de un restaurante desastroso y paellero de la periferia, sin olvidarnos de dos aberrantes cirujanos pl¨¢sticos para los que todo vale, Reyes y Sevilla siguen su marcha triunfal. Una sugerencia: no se olviden de Groucho Marx y su ¡°partiendo de la nada hemos alcanzado las m¨¢s altas cotas de miseria¡±.
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