Las dudas del vaquero derrotado
¡®The Rider¡¯, de la cineasta Chlo¨¦ Zhao, relata entre realidad y ficci¨®n la historia de un jinete que debe renunciar a los rodeos tras un accidente
Los caballos criaron los sue?os de Brady Jandreau. Y, un d¨ªa, se los arrebataron. El chico naci¨® jinete, con un pu?ado de a?os ya cabalgaba, y se entreg¨® a cuidar y domar equinos. Era su talento, su pasi¨®n y su destino. Como muchos j¨®venes de Dakota del Sur: cowboys modernos, que escuchan pop, pasean por Facebook pero llevan sombrero vaquero y no conciben mejor corona que montar un caballo bronco. As¨ª viv¨ªa Jandreau, hasta que en abril de 2016 le destronaron: durante una competici¨®n, un animal le arroj¨® al suelo y le fractur¨® el cr¨¢neo con una pezu?a. De milagro, conserv¨® la vida. Sin embargo, perdi¨® su principal raz¨®n para llenarla: no habr¨ªa rodeos en su futuro. Seis semanas despu¨¦s, sin embargo, Jandreau colg¨® una foto online en la que ya estaba entrenando caballos. La cineasta Chlo¨¦ Zhao, amiga del vaquero, la vio y se alegr¨®. El jinete ca¨ªdo volv¨ªa a levantarse. La nueva pel¨ªcula de la directora, tambi¨¦n.
¡°Nos conocimos durante el rodaje de Songs My Brother Taught Me [su ¨®pera prima, de 2015] y pens¨¦ en hacer un largo sobre ¨¦l, para mostrar la vida de un jinete de rodeos¡±, reconoce por tel¨¦fono la directora (Pek¨ªn, 1982). Cuatro meses antes de empezar, el accidente trunc¨® los planes. Pero la foto de Jandreau demostr¨® que s¨ª hab¨ªa una historia por contar. Simplemente, era otra: ?c¨®mo consigue no rendirse alguien obligado a despedirse de sus sue?os y de la que considera su funci¨®n en el planeta? ¡°Sigo vivo solo porque soy un ser humano. A un animal en mis condiciones lo sacrificar¨ªan¡±, dice en la pel¨ªcula Jandreau. ?l mismo, con su enorme cicatriz en la cabeza, interpreta a su ¨¢lter-ego en The Rider. O, m¨¢s bien, deja entrar a las c¨¢maras en su vida. Tras ganar la Quincena de Realizadores en Cannes y la Espiga de Plata en Valladolid, la pel¨ªcula llega hoy a las salas espa?olas.
The Rider ense?a el agridulce d¨ªa a d¨ªa de su protagonista, mientras intenta recuperarse del golpe f¨ªsico y sobre todo mental. Alrededor de Jandreau, se mueven su familia, sus amigos y su pl¨¢cido universo hecho de afectos, caballos y ferias. Las jornadas pasan entre las charlas con su hermana autista, Lilly, las visitas a su mejor amigo, Lane, un jinete que acab¨® parapl¨¦jico tras un accidente, el entrentamiento de los caballos y la nostalgia por las luchas entre broncos y humanos, donde ya es un intruso. No hay actores profesionales en The Rider, sino gente ficcion¨¢ndose a s¨ª misma. El guion serv¨ªa de gu¨ªa, pero dejaba entrar la improvisaci¨®n y la realidad.
As¨ª, la fotograf¨ªa crepuscular se debe a la po¨¦tica de su responsable, Joshua James Richards, pero tambi¨¦n a que Jandreau trabajaba por las ma?anas, y solo pod¨ªa filmar a la luz del atardecer. Y varias secuencias con los caballos simplemente ocurrieron ante la c¨¢mara. ¡°Brady y yo hablamos mucho, antes y durante el rodaje, sobre todo para las escenas m¨¢s emocionales, para decidir hasta qu¨¦ l¨ªmite llegar¡±, relata Zhao. No hay morbo en el resultado final, solo humanidad.
De paso, The Rider abre una ventana hacia un mundo poco conocido, al menos fuera de Am¨¦rica. ¡°Muchas familias en los EE UU profundos dependen del rodeo, para ellos lo es todo. Mueve bastante dinero, y los PBR (jinetes profesionales de broncos) generan un movimiento grande, como el boxeo. Los caballos forman parte de su vida, hay ni?os que empiezan a montar a los cinco a?os¡±, explica Zhao. El largo est¨¢ filmado en la reserva india de Pine Ridge, en Dakota del Sur, al igual que su anterior filme. All¨ª la cineasta residi¨® durante cuatro a?os y, tras una existencia acelerada entre Pek¨ªn, Londres, Nueva York, hall¨® su ed¨¦n. ¡°Lo m¨¢s importante para m¨ª es el ritmo de vida, y me siento muy pr¨®xima al de esa zona. Las Badlands tiene otra calidad, algo distinto. Creo que me costar¨ªa mucho rodar en una ciudad¡±, asegura.
Tambi¨¦n en t¨¦rminos literales. Para encontrar financiaci¨®n, The Rider experiment¨® su propio rodeo. Zhao apenas dispon¨ªa de unos cien mil d¨®lares, pero los habitantes de la reserva le ofrecieron ayuda y libertad para rodar gratuitamente. Aunque la cineasta reconoce que tanta limitaci¨®n tuvo sus ventajas: ¡°No dispon¨ªa de muchas opciones. Ni tampoco deb¨ªa nada a nadie. Por tanto, solo me quedaba decidir qu¨¦ era realmente importante para la pel¨ªcula¡±. Los vaqueros, los caballos y las heridas: la vida.
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