Una nueva antolog¨ªa rescata la poes¨ªa nocturna de Vladimir Holan de la mano de Clara Jan¨¦s
El escritor checo tradujo a G¨®ngora y admiraba a Antonio Machado y a Juan Ram¨®n
Vladimir Holan (Praga, 1908-1980) aseguraba que nunca preguntaba la edad de los ¨¢rboles. Aun as¨ª, Louis Aragon lo consider¨® el tronco m¨¢s alto en el bosque de la poes¨ªa checa. En ese h¨¢bitat, era un murci¨¦lago de la palabra adicto a la rugosa densidad de cada tiniebla, donde encontraba la clarividencia. Por eso quiz¨¢s Clara Jan¨¦s, que lo conoci¨® bien, ha titulado esta ¨²ltima antolog¨ªa suya Profundidad de la noche (Galaxia Gutenberg).
Ella fue de las pocas personas que accedi¨® a su retiro en la Kampa de Praga. All¨ª viv¨ªa en una casa junto al r¨ªo, hoy museo, muy cerca del Puente de Carlos. ¡°Era austera, con las paredes vac¨ªas excepto por un cuadro de su amigo Josef Capek o una reproducci¨®n de la preciosa cabeza de la Virgen de la columna que estaba en la plaza de la Ciudad Vieja y fue derribada por los anarquistas... Dentro percib¨ª ondas potentes de creaci¨®n¡±, asegura Jan¨¦s.
Entonces ella era una joven poeta barcelonesa y se atrevi¨® a enviarle unos versos dedicados por medio de Carlos Barral, su editor en Espa?a. ¡°?l me advirti¨® que ni contestar¨ªa¡±. Pero contra pron¨®stico, Holan lo hizo. La correspondi¨® con un poemario y la invit¨® a visitarle. ¡°Solo al final me enter¨¦ de que antes de que yo le escribiera aquel poema, ¨¦l hab¨ªa publicado Una noche con Ofelia, donde una chica de Barcelona sal¨ªa de un concierto del Palau de la Musica e iba a visitar al autor... De alguna manera me hab¨ªa adivinado, por eso pude ir a verle¡±.
tradujo a G¨®ngora, creaba im¨¢genes muy a su estilo, de ah¨ª su entusiasmo por ¨¦l. Entre los poetas espa?oles del siglo XX recuerdo tambi¨¦n su admiraci¨®n por Machado y Juan Ram¨®n¡±
All¨ª se present¨® y tras la visita se dedic¨® a estudiar checo: ¡°Diez horas al d¨ªa. Estas son las cosas que concede la noche. Luego lo cont¨¦ todo en La voz de Ofelia¡±, comenta Clara Jan¨¦s. Aquella inmersi¨®n en la lengua de Holan le ha servido despu¨¦s para traducirlo. Versos y ahora tambi¨¦n prosa para Profundidad de la noche, con obras suyas fundamentales en este g¨¦nero como Coluros y Torso.
Tambi¨¦n comprobar su impacto y establecer los v¨ªnculos de Holan con la poes¨ªa espa?ola. ¡°Desde joven, ¨¦l tradujo a G¨®ngora, creaba im¨¢genes muy a su estilo, de ah¨ª su entusiasmo por ¨¦l. Entre los poetas espa?oles del siglo XX recuerdo tambi¨¦n su admiraci¨®n por Machado y Juan Ram¨®n¡±.
Pero tambi¨¦n por la m¨ªstica y esa oscuridad que permite discernir sus reversos. ¡°La luz del d¨ªa nos permite ver en todo su detalle lo accesible, pero la oscuridad nos deja captar lo inaccesible, y, a trav¨¦s de los astros, todo el cosmos. Esa fascinaci¨®n est¨¢ en mi desde antes de cumplir los tres a?os. Puede que este hecho explique mi fascinaci¨®n por Holan¡±, dice Jan¨¦s.
Porque ante todo, hablamos del gran poeta de la noche. No s¨®lo gracias a su inclinaci¨®n natural, tambi¨¦n como producto de su encierro voluntario desde 1948, cuando el r¨¦gimen comunista reci¨¦n instaurado lo acus¨® de, citamos, ¡°formalismo decadente¡±. De nada sirvi¨®, porque entre tinieblas, Holan se convirti¨® en el faro de su generaci¨®n po¨¦tica. Y as¨ª lo reconoci¨® Jaroslav Seifert al recoger su premio Nobel en 1984. El maestro hab¨ªa fallecido cuatro a?os antes sin apenas abandonar su retiro, salvo para un traslado cercano por el barrio de Mala Strana.
Su genio atravesaba las corrientes po¨¦ticas en zigzag como revulsivo centroeuropeo digno de la estirpe de Rilke. Y Holan lo hizo desde la misma ciudad en que ambos nacieron, pero en distintas lenguas: alem¨¢n y checo. El primero dialogando con Orfeo y el otro enmend¨¢ndole la plana a Shakespeare con obras como Una noche con Hamlet. En las huellas fugaces de ese encuentro en la oscuridad, Holan nos advierte que la cuesti¨®n no es ser o no ser, ¡°ni siquiera estar o no estar¡±, apunta Jan¨¦s, ¡°sino la transparencia entre lo ausente y lo presente¡±.
Una noche con Hamlet fue el libro que impact¨® a la poeta, traductora y hoy miembro de la Real Academia Espa?ola. Pero luego siguieron otros tantos: Dolor, Avanzando, En el ¨²ltimo trance, Un gallo para Esculapio, Toscana, Pen¨²ltimo¡ o su p¨®stumo Adi¨®s. En todas las fases de su poes¨ªa, la juvenil, la del compromiso contra el nazismo, la de reclusi¨®n, en cada una de ellas, se alternan sombras entre la luz y destellos de verdades esquivas en la noche. Un asombroso y magn¨¦tico poder de la palabra para ahondar en el misterio perpetuo de la vida, el amor y la muerte.
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