La gran aventura de comunicar en espa?ol
Cuatro periodistas y escritores debaten en Medell¨ªn sobre los retos, los obst¨¢culos y las ventajas de un idioma hablado por 550 millones de personas
El periodismo tiene la obligaci¨®n de reflexionar sobre el ADN de la comunicaci¨®n, esto es, las palabras. El Festival Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que se celebra hasta el s¨¢bado en Medell¨ªn, desentra?¨® este mi¨¦rcoles una pregunta crucial para el oficio de informar y escribir en espa?ol. ?En qu¨¦ medida la lengua divide y c¨®mo une a una comunidad de hablantes? El reto no es menor cuando se trata de dirigirse a unos 550 millones de personas en las dos orillas del Atl¨¢ntico. El periodista espa?ol ?lex Grijelmo, la escritora nicarag¨¹ense Gioconda Belli, la autora argentina Leila Guerriero y el peruano Renato Cisneros debatieron sobre sus experiencias ling¨¹¨ªsticas con el editor colombiano Mario Jursich.
Existen variaciones, sin duda, de alcance regional, nacional o incluso local. Pero es un fen¨®meno bastante reducido, se?ala Grijelmo, director de la Escuela de Periodismo UAM-EL PA?S. "Nos encanta hablar de las diferencias l¨¦xicas entendi¨¦ndonos perfectamente con el resto de las palabras que no son las que se someten a debate", razona. Es decir, la comunicaci¨®n no se ve comprometida en la sustancia. ?Por qu¨¦, por ejemplo, alguien que viaja por primera vez a Bogot¨¢ puede entender la palabra tranc¨®n, uno de los rutinarios atascos da la ciudad? "Porque s¨¦ mirar dentro de esa palabra, porque s¨¦ relacionarla con trancazo, atrancar, tranquera...".
El espa?ol, en definitiva, "es la suma de todas las maneras de hablarlo", resumi¨® en coincidencia con la conclusi¨®n del fil¨®logo mexicano Antonio Alatorre. Esa suma genera a veces incomprensiones, peque?os malentendidos, que en la mayor¨ªa de los casos pueden solventarse a partir del contexto. Los intentos, frecuentes en los ¨¢mbitos comerciales, de homogeneizar la lengua chocan con su uso cotidiano y con la voluntad creativa. "Escribo en muchos peri¨®dicos y no siento que tenga un espa?ol CNN, neutro. Al contrario", mantuvo Guerriero, que lamenta las traducciones del pronombre vos por el t¨².
Las especificidades del espa?ol hablado en Espa?a y en Am¨¦rica Latina, en realidades a menudo distintas, extienden esas diferencias tambi¨¦n al terreno de la sem¨¢ntica. Las palabras democracias, izquierda o montonero se convierten en significantes vac¨ªos que, particularmente la clase pol¨ªtica, suele llenar seg¨²n le convenga. Mientras tanto, cada pa¨ªs seguir¨¢ teniendo sus palabras, o las palabras de todos con otros significados o matices. Con todo, recuerda Grijelmo, tambi¨¦n miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua, que "la fragmentaci¨®n est¨¢ muy lejos de producirse". "Todos hemos le¨ªdo las obras de Garc¨ªa M¨¢rquez, de Vargas Llosa, y entendemos todo. Hemos le¨ªdo a Mafalda y entendemos todo".
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