Sergio Ram¨ªrez: ¡°La revoluci¨®n en Nicaragua termin¨® en 1990 y no tiene segunda parte¡±
El premio Cervantes reflexiona con la escritora Gioconda Belli sobre la deriva del r¨¦gimen de Daniel Ortega
Las revoluciones se gestan, se hacen y se acaban. La sandinista se acab¨® hace casi tres d¨¦cadas y lo que ocurre hoy en Nicaragua no guarda ninguna relaci¨®n con el proceso que puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza. La deriva de Daniel Ortega se ha reducido a un ejercicio de poder que ha dejado m¨¢s de 300 muertos desde que en abril comenzaran las protestas contra el r¨¦gimen. Sergio Ram¨ªrez y Gioconda Belli fueron testigos y participaron en esa revoluci¨®n, que se inici¨® en 1979. Por eso, las palabras que este mi¨¦rcoles pronunciaron en el Festival Gabo que se celebra en Medell¨ªn trascienden la mera reflexi¨®n sobre la actualidad y se?alan un camino urgente, que empieza por desmontar la idea de que existe continuidad entre el pasado y el presente.
"La revoluci¨®n termin¨® en 1990 y no tiene segunda parte. Lo ¨²nico que tiene buena segunda parte es Don Quijote", afirm¨® Ram¨ªrez, exvicepresidente y ganador del Premio Cervantes. ¡°Nada¡±, dijo, ¡°tiene que ver¡± con lo que pas¨® entonces. El coloquio Nicaragua: el grito de los volcanes, moderado por la ecuatoriana Sabrina Duque, se organiz¨® como homenaje al periodista Pedro Joaqu¨ªn Chamorro, asesinado hace 40 a?os por la dictadura, y esposo de Violeta Chamorro, la pol¨ªtica que acab¨® con la primera etapa de Ortega, y padre del periodista Carlos Fernando Chamorro. Este volvi¨® en 2007. Desde entonces, ¡°el partido del Gobierno se declar¨® due?o de las calles¡± y en los ¨²ltimos meses ha llevado al pa¨ªs al borde del precipicio.
No obstante, Ram¨ªrez a¨²n no ha perdido la esperanza. ¡°La posibilidad de que tengamos un cambio democr¨¢tico de Gobierno es una posibilidad muy cierta, no hay ninguna esperanza perdida, esa es la gran aspiraci¨®n de los nicarag¨¹enses¡±, considera el escritor, que rechaza que la grav¨ªsima crisis desemboque en un desastre: ¡°Dos cosas no quisiera ver en Nicaragua. Ni una guerra civil, ni un golpe de Estado".
La escritora y poetisa Gioconda Belli, cree que Ortega y su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta rodeada de un imaginario esot¨¦rico, ¡°han creado toda una narrativa absolutamente mentirosa sobre lo que ha pasado¡±. En realidad, explic¨®, la mayor¨ªa de los cuadros y militantes que apoyaron la revoluci¨®n abandonaron el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) en 1993. ¡°No ahora¡±. En esos a?os un amplio sector de las bases del movimiento se convirti¨® en oposici¨®n, organizando una alternativa a la ortodoxia sandinista, pero entonces ocurri¨® algo que a¨²n no ha cambiado. Ortega se cerr¨®. Hasta hoy.
Babelia
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