Llorar y re¨ªr con ¡®Cosas de la edad¡¯
El programa de #0 es televisi¨®n de la buena, de la que emociona, de la que est¨¢ hecha con mimo
Es inevitable: es empezar a ver Cosas de la edad y a los 10 minutos ya est¨¢ la l¨¢grima pidiendo paso en los ojos mientras no paras de sonre¨ªr. El programa de #0 (tambi¨¦n disponible en Movistar + en v¨ªdeo bajo demanda) es un formato a medio camino entre el programa de televisi¨®n y el experimento social en el que durante seis semanas un grupo de 10 ancianos de una residencia reciben la visita de 10 ni?os de cuatro a?os durante dos horas al d¨ªa. Los seis episodios de este documental ¡ªse han emitido cuatro hasta el momento¡ª recogen esos encuentros y las actividades en las que ambos grupos participan. Un psic¨®logo, un soci¨®logo y una geriatra interpretan y comentan los avances y reacciones de unos y otros.
Hay una televisi¨®n tranquila, emocionante, sanadora, que te reconcilia con el medio, te hace pensar y sentir, y Cosas de la edad es uno de esos ejemplos en la l¨ªnea de otros formatos como La vida secreta de los ni?os o Radio Gaga, tambi¨¦n producidos por Dlo Magnolia y emitidos en #0. La relaci¨®n que se establece entre ni?os y mayores es terap¨¦utica para los segundos y una aventura novedosa para los primeros. En las entrevistas a c¨¢mara de esos hombres y mujeres que rondan los 90 a?os afloran recuerdos, penas, amargura, el dolor de la soledad. "Cuando vienen a verme soy el hombre m¨¢s feliz del mundo, pero luego se van, y cuando me dejan me quedo m¨¢s solo que la una. Es lo peor, cerrar la puerta es lo m¨¢s duro que hay, la soledad. Pero bueno, habr¨¢ que aguantarla", dice Andr¨¦s en el cuarto cap¨ªtulo.
Mientras, los peque?os tiran de los mayores para animarles a hacer cosas a las que no se habr¨ªan atrevido antes, les motivan para mejorar y les ofrecen su ayuda desinteresada. Se preocupan por ellos, dan amor sin necesitar nada a cambio. Y para los mayores, ellos son una responsabilidad, compa?¨ªa, una salida de la rutina. Incluso unos amigos inesperados. El beneficio de estos encuentros intergeneracionales para ambos grupos es evidente desde la primera semana.
Cosas de la edad es televisi¨®n de la buena, de la que emociona, de la que est¨¢ hecha con mimo y cuidado. De la que da gusto ver y con la que uno disfruta emocion¨¢ndose.
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