Un piano, nervios y voces potentes

En el ¨²ltimo casting no hay gritos a la salida ni largas colas. En la recepci¨®n del Hotel Rafael de Madrid unas pocas personas esperan junto a familiares y amigos. Pero su menor n¨²mero no les resta nerviosismo: est¨¢n m¨¢s cerca de alcanzar su sue?o de entrar en el programa de La Voz. De los 250 aspirantes que se presentaron la semana pasada a esta ¨²ltima prueba, seleccionados de entre las 20.000 solicitudes iniciales, solo llegar¨¢n 100 a las audiciones a ciegas del programa que emite este a?o por primera vez Antena 3 tras cinco ediciones en Telecinco.

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Con los ojos vendados, las sensaciones se disparan y los sentidos se concentran en uno, el o¨ªdo. La puerta se abre y se escuchan unos pasos indecisos que se sorprenden de la cantidad de gente congregada en una sala m¨¢s bien peque?a. De frente se encuentran con el jurado, formado por Marisol Navarro, directora del programa, Susana P¨¦rez, productora ejecutiva del espacio y Jorge Villaescusa, productor musical. Tras ellos, c¨¢maras, sonidistas y prensa que asiste a estas pruebas definitivas. El pianista marca el tono y comienza la prueba de sonido, tras la que los candidatos interpretan dos canciones escogidas por ellos mismos.

Jon Secada, Labrinth, Zahara, Jos¨¦ Luis Perales, Luis Fonsi o Stevie Wonder. En poco m¨¢s de una hora pasan seis aspirantes con un amplio repertorio enfocado a mostrar todo el potencial de sus voces. Pero llegados a esta fase, la calidad se da por sentada. La directora del programa explica c¨®mo afrontan el casting final: ¡°Buscamos que destaquen por la personalidad de la voz, que no sean solo una copia del artista que interpretan. Buscamos m¨¢s la sensibilidad que la t¨¦cnica. Si hay coraz¨®n hay m¨¢s probabilidades de que se giren los coaches¡±. El objetivo son las audiciones a ciegas, donde tendr¨¢n que convencer a, al menos, uno de los cuatro coaches ¡ªde momento, solo est¨¢ confirmada la presencia de Paulina Rubio¡ª para que les elijan en su equipo.

Llega el momento y entonan su repertorio. Algunos lo hacen entre toses por exceso de ensayo o fr¨ªo repentino, otros con nervios traicioneros que hacen que contin¨²en la canci¨®n m¨¢s all¨¢ de lo establecido, incluso hay quien cree que su audici¨®n ha concluido tras la prueba de tono. Tras un antifaz que recrea c¨®mo vivir¨¢n las audiciones televisadas los l¨ªderes de cada equipo, todas las voces sorprenden. Las hay suaves y roncas, de tono dulce y potentes, pero todas est¨¢n ya preparadas para sacar el m¨¢ximo provecho a su capacidad vocal.

Seg¨²n la directora del espacio, lo que se busca a estas alturas es variedad de g¨¦nero y edad, pero sobre todo ¡°ilusi¨®n¡±. ¡°En esta fase ya no es tan importante el nivel. Nunca sabes d¨®nde puede estar el artista. No siempre est¨¢ encima de un escenario, puede ser el peluquero o el camarero que ves todos los d¨ªas¡±, comenta.

Ante la ingente cantidad de programas de b¨²squeda de talento que inundan las televisiones espa?olas uno solo puede pensar, ?quedan tantos cantantes por descubrir en Espa?a? ¡°Desde el amateur a los profesionales, sigue habiendo mucho arte¡±, sentencia Navarro, que destaca, adem¨¢s, la variedad en el tipo de artista que llega a las audiciones.

Una cosa est¨¢ clara, la decisi¨®n es dif¨ªcil. Y los miembros del jurado murmuran de forma repetitiva una frase como un mal presagio del trabajo que tienen por delante: ¡°La que nos espera ahora¡±, suspiran resignados pensando en la selecci¨®n final.