Todo por el pueblo, pero contra el pueblo
El documental 'El pueblo soy yo', producido por Enrique Krauze, disecciona las causas de la deriva del r¨¦gimen chavista en Venezuela
La premisa es la supuesta construcci¨®n de pueblo, la consecuencia es la destrucci¨®n de una sociedad que, despu¨¦s de casi 20 a?os de chavismo, est¨¢ al borde del precipicio. ?Qu¨¦ le ha pasado a Venezuela? ¡°Siempre hay muchas causas, pero aqu¨ª la causa fundamental es que, en un momento dado de su historia, Venezuela desesper¨® de la democracia y puso todo el poder, el poder absoluto en manos de una sola persona¡±. Con estas palabras, el historiador mexicano Enrique Krauze comienza una indagaci¨®n sobre las ra¨ªces del auge y la deriva del r¨¦gimen, primero de Hugo Ch¨¢vez y ahora de Nicol¨¢s Maduro, en el documental El pueblo soy yo. Venezuela en populismo.
Ese yo, muestra este trabajo, empez¨® a asomarse en un caldo de cultivo lleno de desigualdad, prosper¨® en medio de una crisis estructural y fue golpista, la misma palabra que el aparato oficialista hoy utiliza para desacreditar a los l¨ªderes opositores. Ese yo, un l¨ªder carism¨¢tico, no quiso identificarse con la ciudadan¨ªa, sino con el pueblo, una noci¨®n que se fue vaciando de significado para llenarse de intereses pol¨ªticos. En definitiva, ese yo edific¨® un nuevo orden, convertido pronto en desorden, sobre cimientos enga?osos.
El filme, producido por Krauze y dirigido por el venezolano Carlos Oteyza, repasa la historia reciente del pa¨ªs desde el intento de golpe de Estado de 1992 y sigue el desarrollo de la figura de Ch¨¢vez hasta su muerte, en 2013, cuando las riendas de su proyecto pasaron a manos de Maduro y se aceler¨® el declive. El an¨¢lisis, sostenido por las voces de soci¨®logos, economistas, polit¨®logos e intelectuales, pone el foco sobre los estragos del populismo, la relaci¨®n con Cuba y el castrismo, la militarizaci¨®n, la censura, las redes clientelares disfrazadas de ayudas sociales o la aniquilaci¨®n de los adversarios.
En medio queda una gesti¨®n que, a pesar del desastre econ¨®mico, trat¨® de instalar la idea de que no existe alternativa. Patria, socialismo o muerte, eslogan del expresidente, se convierte en Constituyente o muerte de su sucesor. El pueblo soy yo, que se estren¨® esta semana coincidiendo con el lanzamiento en Espa?a del libro del mismo nombre, se centra en el detonante ideol¨®gico de la crisis, aunque no olvida algunas de las consecuencias del ejercicio del poder, del desabastecimiento al ¨¦xodo.
M¨¢s de dos millones de personas, seg¨²n Naciones Unidas, han huido de Venezuela en busca de oportunidades en la ¨²ltima oleada. Las autoridades no solo niegan la emergencia migratoria, sino que escenifican repatriaciones colectivas, convenientemente televisadas, para tratar de sortear las presiones internacionales. Otra falacia oficial que quiz¨¢, como recuerda el escritor Alberto Barrera, tiene su antecedente en la primera mentira pol¨ªtica de Hugo Ch¨¢vez, cuando ocult¨® a sus soldados, ese 4 de febrero de 1992, que iban a asaltar la residencia presidencial.
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