El ¡®annus horribilis¡¯ de la Academia Sueca
La instituci¨®n, que deber¨ªa haber concedido el Nobel de Literatura este mes, trata de superar la crisis provocada por un esc¨¢ndalo de abusos sexuales y promete premio en 2019. La guadalupe?a Maryse Cond¨¦ obtuvo ayer el galard¨®n alternativo
A falta de Nobel oficial, hubo un premio oficioso. La escritora guadalupe?a Maryse Cond¨¦, de 81 a?os, se alz¨® ayer con el galard¨®n alternativo convocado ante la suspensi¨®n del Nobel de Literatura de 2018, pospuesto hasta el a?o que viene por el esc¨¢ndalo de abusos sexuales en el que se vio implicado el dramaturgo Jean-Claude Arnault, esposo de la acad¨¦mica sueca Katarina Frostenson y pr¨®ximo a varios miembros de la instituci¨®n, que fue condenado a inicios de octubre a dos a?os de c¨¢rcel por violaci¨®n. El premio de la Nueva Academia, una organizaci¨®n formada por un centenar de personalidades de la cultura sueca lideradas por la periodista Alexandra Pascalidou, naci¨® con vocaci¨®n de sustituir al Nobel.
Cuando la Academia Sueca renunci¨® a conceder el premio, Pascalidou, hija de inmigrantes griegos, que creci¨® en uno de los suburbios m¨¢s pobres de Estocolmo y que dice que sali¨® adelante gracias a los libros de la biblioteca p¨²blica, decidi¨® inventarse un galard¨®n muy distinto. Los votos de 33.000 lectores fijaron una lista de finalistas de la que sali¨® el nombre de Cond¨¦, escogido por un jurado formado por profesores y editores. ¡°Necesitamos nuevas maneras de organizarnos. Esas instituciones viejas, patriarcales y conservadoras no son propias de 2018. Creo en un mundo con m¨¢s democracia, transparencia y diversidad, en el que todo el mundo crezca creyendo que puede convertirse en acad¨¦mico¡±, aseguraba ayer tras la concesi¨®n del premio, dentro de la espectacular c¨²pula cil¨ªndrica de la Biblioteca de Estocolmo.
El premio se concedi¨® mientras la Academia Sueca, en el interior de su fortaleza de fachada amarilla del casco antiguo de la capital, segu¨ªa intentando dejar atr¨¢s este annus horribilis. ¡°Ha sido un a?o terrible de muchas maneras distintas. La Academia ha sido atacada por fuerzas externas, pero tambi¨¦n internas. El esc¨¢ndalo sexual es solo una parte¡±, afirma el secretario perpetuo de la instituci¨®n, Anders Olsson. ¡°Mucha gente crey¨® que la Academia morir¨ªa e incluso lo dese¨®. Uno puede describir lo sucedido como una guerra cultural, en la que distintos sistemas de valores chocan¡±. Se refer¨ªa as¨ª al conflicto provocado por la eventual expulsi¨®n de Frostenson, sospechosa de haber filtrado en siete ocasiones el nombre del ganador de los Nobel a Arnault ¨Ce, indirectamente, a otras personas¨C y de haber protegido los intereses de su marido.
Pasar p¨¢gina
En abril, Frostenson gan¨® una votaci¨®n por ocho votos contra cinco, lo que fren¨® su expulsi¨®n y provoc¨® la renuncia de tres de sus opositores. Eso desencaden¨®, a su vez, la suspensi¨®n del Nobel: las dimisiones dejaron al n¨²mero total de acad¨¦micos en diez, cuando los estatutos de la Fundaci¨®n Nobel exigen que haya un m¨ªnimo de doce. Entre los enemigos de Frostenson se encontraba el veterano Per W?stberg, presidente del comit¨¦ del Nobel de Literatura. Aunque ¨¦l decidi¨® quedarse. ¡°Siento una gran lealtad a la Academia y a lo que esta representa¡±, afirma W?stberg. ¡°Como jefe del comit¨¦ del Nobel, mi responsabilidad es que este premio siga existiendo. Me qued¨¦ para poder reformar desde dentro¡±. Pese a todo, reconoce que la permanencia de Frostenson es la losa con la que sigue cargando la Academia si quiere terminar con la crisis. Aunque la instituci¨®n parezca lista para pasar p¨¢gina cuando antes: seg¨²n Olsson, los acad¨¦micos habr¨ªan aprobado por unanimidad una resoluci¨®n que exige a Frostenson marcharse por su propia voluntad. ¡°Esperamos que renuncie por s¨ª sola, pero si eso no sucede iniciaremos una nueva investigaci¨®n sobre sus supuestas transgresiones de nuestros estatutos. No queremos expulsarla, sino darle una oportunidad justa de defender su causa¡±, precis¨® ayer el secretario perpetuo.
Una escritora desconocida para el gran p¨²blico
La ganadora del Nobel alternativo, Maryse Cond¨¦, naci¨® en 1937 en Pointe-¨¤-Pitre, la capital de la isla caribe?a de Guadalupe, territorio franc¨¦s de ultramar. Es autora de una veintena de novelas hist¨®ricas, a menudo centradas en el colonialismo y sus consecuencias. Entre ellas hay t¨ªtulos como Barlovento (Casiopea), La colonia del nuevo mundo (Juventud) o Segu (Ediciones B). Cond¨¦ se termin¨® imponiendo ante los otros dos finalistas, el brit¨¢nico Neil Gaiman y la canadiense de origen vietnamita Kim Th¨²y, adem¨¢s del japon¨¦s Haruki Murakami, que hab¨ªa pedido a la organizaci¨®n que retirara su nombre de la lista para poder "centrarse en escribir".
Para ser un premio alternativo y reacio al elitismo que suele guiar a la Academia Sueca, termin¨® pareci¨¦ndose al modelo al que se opon¨ªa¡±. Recompens¨® a una autora poco conocida por el gran p¨²blico e inscrita en una tradici¨®n perif¨¦rica, la de las Antillas franc¨®fonas, lo que emparenta al premio con el reequilibrio del canon literario que la Academia Sueca inici¨® en los ochenta al premiar a figuras como el nigeriano Wole Soyinka o el egipcio Naguib Mahfuz. ¡°Quienes esperaban que ganase J. K. Rowling se habr¨¢n quedado at¨®nitos¡±, reconoc¨ªa ayer su impulsora, Alexandra Pascalidou.
En realidad, el conflicto dentro de la Academia no surgi¨® de un d¨ªa para otro ni se ci?¨® a este ¨²nico caso. La tensi¨®n era patente desde que Sara Danius, profesora universitaria especializada en el realismo literario en el siglo XIX, se convirti¨® en 2014 en la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria perpetua de la Academia, pocos meses despu¨¦s de entrar en la instituci¨®n. Danius se esforz¨® en transformarla y modernizarla, distingui¨¦ndose por su escasa ortodoxia. Y eso no gust¨® a todos sus correligionarios, que terminaron forzando su despido como secretaria perpetua en medio de esta crisis. Uno de sus enemigos era Horace Engdahl, que ocup¨® el puesto hasta 2008. ¡°Lo curioso es que los acontecimientos que han causado este esc¨¢ndalo solo est¨¢n lejanamente emparentados con la Academia Sueca y resultan ajenos al comit¨¦ para el Nobel, que ha continuado trabajando sin interrupci¨®n y sin angustia¡±, asegura Engdahl en un correo electr¨®nico, prometiendo que la instituci¨®n ¡°recobrar¨¢ la fuerza¡± de cara al a?o que viene, cuando entregar¨¢ dos premios a la vez: el de 2018 y el de 2019.
Para conseguirlo, la Academia piensa renovar sus filas. Lo har¨¢ gracias al reciente cambio en el reglamento impuesto por el rey Carlos Gustavo, que pone fin al car¨¢cter vitalicio del cargo de acad¨¦mico y abre la puerta a los recambios. Ya se ha escogido a dos nuevos miembros: el jurista Eric Runesson, que ha ejercido de mediador interno en los ¨²ltimos meses y tiene buena relaci¨®n con todas las camarillas, y la escritora Jila Mossaed. Esta respetada poetisa de 70 a?os, nacida en Ir¨¢n y exiliada en Suecia desde 1986, se convierte as¨ª en la primera acad¨¦mica sueca nacida en el extranjero. Se trata de un signo de diversidad in¨¦dito en esta vetusta instituci¨®n, pero tambi¨¦n de una personalidad ajena a los c¨ªrculos intelectuales de Estocolmo, salpicados ahora por el caso Arnault. ¡°Llevo una vida muy tranquila en Gotemburgo, lejos de todo eso. Por eso me habr¨¢n elegido, adem¨¢s de por mi poes¨ªa. En ese mundo no conozco a nadie. Podr¨¦ aportar aire fresco e ideas nuevas¡±, afirmaba el jueves desde su domicilio. ¡°Espero que la Academia se cure¡±.
Con estos dos nombramientos, la Academia Sueca recupera el cu¨®rum. As¨ª, deja de peligrar la concesi¨®n del Nobel de Literatura en 2019. Y parece desdibujarse la amenaza formulada por el director ejecutivo de la Fundaci¨®n Nobel, Lars Heikensten, que hace dos semanas dio un ultim¨¢tum a la Academia Sueca: o recuperaba su legitimidad de inmediato o se ver¨ªa obligado a adoptar ¡°acciones dr¨¢sticas¡±. El dirigente lleg¨® a sopesar una retirada de la potestad sobre el premio a la Academia para encarg¨¢rsela ¡°a otra organizaci¨®n¡±. Aunque, tras los ¨²ltimos movimientos, parezca poco probable. Fuentes de la Academia indican que esa lucha podr¨ªa terminar en los tribunales. Y m¨¢s publicidad negativa es lo ¨²ltimo que necesita, en este momento, esta secular instituci¨®n.
Babelia
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