Grav¨ªsima cornada a Rub¨¦n Pinar en el cierre de la temporada en Madrid
Solidez de G¨®mez del Pilar en la hecatombe de los toros de Partido de Resina
La grav¨ªsima cornada de dos trayectorias que sufri¨® Rub¨¦n Pinar y la s¨®lida actuaci¨®n de G¨®mez del Pilar, que dio una vuelta al ruedo, fueron los dos pasajes diametralmente opuestos de la mansa, dura y muy deslucida corrida de Partido de Resina que ha clausurado la temporada en Las Ventas, otra hecatombe "torista" en Madrid.
La tarde empez¨® muy mal. Una cornada a las primeras de cambio torn¨® en drama la fiesta de la Hispanidad. La sufri¨® el albacete?o Rub¨¦n Pinar en los proleg¨®menos de la faena de muleta al primero de corrida, un toro de aparente nobleza, pero muy medido de casta y de escasa movilidad.
El de Tobarra (Albacete) result¨® prendido tras fren¨¢rsele el animal en un derechazo, y lo ¡®caz¨®¡¯ certeramente en la pierna derecha, por donde lo levant¨® con violencia y lo dej¨® colgado durante unos dram¨¢ticos y eternos segundos.
Se vaticinaba que el ¡®tabaco¡¯ iba a ser de los gordos, sobre todo por la fuerte hemorragia que enseguida cubri¨® toda la taleguilla hasta el pie, mas el hombre, en un alarde de orgullo y tras haberse aplicado un torniquete, se mantuvo en el ruedo hasta dar muerte al animal, al que se impuso a base de raza y oficio. La ovaci¨®n camino de la enfermer¨ªa reconoci¨® su verg¨¹enza torera.
PARTIDO DE RESINA/PINAR, CORT?S, DEL PILAR
Cinco toros de Partido de Resina, bien presentados, mansos y muy deslucidos, unos por remisos, algunos por rajados y otros directamente por desarrollar mucho peligro. El caso es que no hubo ni uno apto para el lucimiento. El cuarto fue un 'remiendo' de Jos¨¦ Luis Pereda, feo, anciano y sin fuerzas.
Rub¨¦n Pinar: pinchazo y estocada baja y tres descabellos (ovaci¨®n en el ¨²nico que mat¨®).
Javier Cort¨¦s: dos pinchazos al encuentro y estocada baja (ovaci¨®n); media atravesada y tres descabellos (silencio); y estocada y cuatro descabellos (silencio en el que mat¨® por Pinar).
G¨®mez del Pilar: pinchazo y estocada desprendida (aviso y vuelta al ruedo tras petici¨®n); y estocada baja y muy atravesada, y dos descabellos (silencio tras aviso).
En la enfermer¨ªa fue intervenido Rub¨¦n Pinar "cornada en tercio superior, cara interna del muslo derecho con dos trayectorias: Una de 25 cent¨ªmetros hacia arriba que contusiona el isquion y otra hacia atr¨¢s de 20 que bordea el f¨¦mur y produce destrozos en m¨²sculos aductores y contusiona el paquete vasculonervioso. Pron¨®stico muy grave".
Plaza de Las Ventas. 12 de octubre. Algo m¨¢s de un tercio de entrada (9.236 espectadores, seg¨²n la empresa). Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de las v¨ªctimas de las inundaciones de Mallorca.
Y cuando parec¨ªa que todo volv¨ªa a la normalidad llegar¨ªa otro accidente m¨¢s, con el banderillero Jos¨¦ Antonio Prestel como protagonista. Fue a la salida del segundo par de banderillas al primero de Javier Cort¨¦s, un manso ¡®pregonao¡¯, de esos aviesos y peligrosos, imposibles para hacer el toreo.
El toro lo persigui¨® de tal manera que lo caz¨® en el aire, en un salto conjunto que hicieron hombre y animal hacia el interior del callej¨®n. La estampa fue tremenda, como tambi¨¦n lo fue el topetazo que se peg¨® el astado contra el burladero interior. El hombre de plata fue llevado a toda prisa a la enfermer¨ªa, aunque pronto llegar¨ªan noticias alentadoras sobre su estado. El parte m¨¦dico dice que fue asistido de "contusiones en la mano izquierda y muslo derecho, de pron¨®stico reservado".
Con semejante algarab¨ªa en la plaza, Cort¨¦s puso despu¨¦s coraz¨®n en una faena en la que el lucimiento era toda una utop¨ªa. Pero se justific¨® a base de agallas y pundonor.
Por el percance de Pinar se ech¨® en cuarto lugar el ¡®remiendo¡¯ de Pereda rese?ado como quinto, un toro fe¨ªsimo, a punto de cumplir los seis a?os, manso tambi¨¦n y, algo a¨²n peor, sin ninguna fuerza, lo que propici¨® que todo lo que hizo Cort¨¦s careciera de inter¨¦s. Como lo que propuso el rubio de Getafe al desabrido sexto, con el que volvi¨® a estrellarse ante otro toro vac¨ªo por descastado.
Tal y como estaba la tarde en ese momento la portagayola de G¨®mez del Pilar al tercero era pr¨¢cticamente un suicidio en p¨²blico. Pero la resolvi¨® con gallard¨ªa el hombre, igual que los delantales posteriores y hasta un quite por ce?idas chicuelinas.
Tambi¨¦n fue generoso al tratar de lucir al toro en el caballo y, tras brindar al respetable, no se arrug¨® lo m¨¢s m¨ªnimo ante otro ¡®pablorromero¡¯ ¨¢spero y con mucha guasa, de esos que se lo guardaban todo y med¨ªan m¨¢s que un sastre, siempre por dentro..
Apuesta sincera del madrile?o, muy solvente, resolutivo y, sobre todo, muy capaz con semejante ejemplar, al que cerr¨® faena por angustiosas manoletinas. Qu¨¦ manera de jugarse la vida. No hubo oreja, pero la vuelta al ruedo tuvo sabor a triunfo.
A la puerta de chiqueros volvi¨® a irse a recibir al quinto, que sali¨® de najas ante la afrenta del madrile?o, que se las vio y se las dese¨® despu¨¦s con un toro rajado y huidizo, imposible para ligarle dos pases seguidos.
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