Perm¨ªtannos escribir la partitura

La lucha proletaria por conseguir el sufragio universal, la democracia participativa y el reequilibrio de rentas, resumida en una treintena de tuits. En Mundo obrero, Alberto San Juan pasa revista a un ramillete de acontecimientos que arranca en la semana revolucionaria catalana de 1909 y llega hasta hoy.

Cien a?os de historia de Espa?a, narrada desde abajo, tal y como ve el universo adulto el ni?o protagonista de La guerra de pap¨¢, pel¨ªcula de Antonio Mercero basada en una novela de Delibes: el director lasartearra sit¨²a su c¨¢mara a noventa cent¨ªmetros del suelo para mostrarnos en todo momento el punto de vista de Quico, pr¨ªncipe destronado por su hermana reci¨¦n nacida; Alberto San Juan recuenta rebeliones y protestas desde la perspectiva llana de quienes las promovieron por hambre y sed de justicia.

En la primera mitad, ambientada en Barcelona, los acontecimientos se amontonan (la ejecuci¨®n de Francisco Ferrer Guardia, la huelga general de 1919, la de alquileres de 1922, el pronunciamiento de Primo de Rivera¡­): Luis, su coprotagonista, no ha acabado de sumarse a los cenetistas que colectivizaron tierras en media Espa?a cuando ya est¨¢ llegando quien le pegar¨¢ un tiro. Todo resulta un pel¨ªn precipitado, fragmentario y esquem¨¢tico. Tambi¨¦n did¨¢ctico: apto para colegios. Durruti, Simone Weill y George Orwell aparecen en escena retratados hagiogr¨¢ficamente, sin aristas ni matices.

Llegado el franquismo, la acci¨®n se traslada a Madrid: el episodio donde se esboza la lucha de los chabolistas de Orcasitas tiene un poco m¨¢s de desarrollo que los precedentes. Tambi¨¦n Pilar y Luis, pareja protagonista a trav¨¦s de tres generaciones, inspirada en Carmela y Paulino, personajes celeb¨¦rrimos de Sanchis Sinisterra, adquiere desde este momento relieve dram¨¢tico y mayor cuerpo esc¨¦nico: antes la Historia pasaba por encima de ambos, ahora son parte de ella. San Juan les da m¨¢s tiempo y ox¨ªgeno, que sus int¨¦rpretes aprovechan.

Pilar G¨®mez dota a su hom¨®nima de preciosa energ¨ªa vital bien encauzada: hace de su personaje una mezcla entre bomb¨®n de licor y bomba de explosi¨®n retardada. Luis Bermejo interpreta a Luis con humor socarr¨®n, en un s¨ª es no es, como quien amenaza impl¨ªcitamente con salirse en cualquier momento de su personaje, sin llevar a t¨¦rmino la amenaza. Marta Calv¨® y San Juan, comodines apod¨ªcticos, encarnan con aplomo un rosario extenso de voces. La m¨²sica en vivo, de Santiago Auser¨®n, est¨¢ apuntada apenas por sus int¨¦rpretes, que entonan sus canciones con buen o¨ªdo.

Mundo obrero. Texto y direcci¨®n de Alberto San Juan. Teatro Espa?ol. Madrid. Hasta el 4 de noviembre.