La escritora norirlandesa Anna Burns gana el premio literario Man Booker

Anna Burns se ha convertido esta pasada noche en la primera pluma norirlandesa ganadora del premio Man Booker, gracias a su original retrato del ambiente de opresi¨®n en la era de los troubles, el conflicto sectario que desangr¨® el Ulster durante tres d¨¦cadas. Su novela experimental Milkman, narrada desde la perspectiva de una adolescente, se ha impuesto a los otros cinco finalistas del galard¨®n literario m¨¢s prestigioso del Reino Unido, que en la presente edici¨®n decidi¨® primar el talento emergente frente a nombres m¨¢s establecidos.

Nacida en Belfast (1962), aunque residente en Inglaterra durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, Burns sit¨²a la narraci¨®n de su tercera novela en el Ulster de los a?os 70?del pasado siglo, donde la presi¨®n del tribalismo, la religi¨®n y el patriarcado abocan a vivir en el miedo permanente. El siniestro Milkman del t¨ªtulo (lechero, en espa?ol) alude al apodo del destacado miembro de un grupo paramilitar que fuerza a la protagonista sin nombre de la novela a establecer una relaci¨®n no consensuada .Un enfoque que, seg¨²n el presidente del jurado, Kwame Anthony Appiah, presenta las resonancias del movimiento #MeToo.

Finalista del premio Orange en 2002 con su novela debut No Bones, tambi¨¦n ambientada en tiempos de los troubles, la autora regresa al pasado reciente de la provincia con el libro ganador del Booker. En Milkman no se identifica una localidad concreta, aunque la cr¨ªtica ha dado por hecho que se trata de Belfast. La propia autora ha reconocido que la obra se inspira en su experiencia pasada, ¡°en el lugar que crec¨ª, plagado de violencia, desconfianza y paranoia y habitado por personas que intentaban sobrevivir en aquel mundo lo mejor que pod¨ªan¡±.

Burns es una de las cuatro mujeres que, junto a otros dos colegas masculinos, optaban en esta edici¨®n a un premio dotado con 50.000 libras y que procura a su ganador los importantes ecos publicitarios del Booker. Su elecci¨®n, decidida con la unanimidad del jurado, ha sido una sorpresa. La favorita de las quinielas era la inglesa Daisy Johnson, la aspirante m¨¢s joven en la historia del galard¨®n de la mano de su novela con ecos de tragedia griega sobre la turbulenta relaci¨®n entre una madre y su hija. Gran parte de la cr¨ªtica se decantaba sin embargo por la canadiense Esi Edugyan y su ¨¦pica sobre la huida a la libertad de un esclavo adolescente en el Barbados del siglo XIX. Completaban la lista los estadounidenses Rachel Kushner y Richard Powers, adem¨¢s del poeta escoc¨¦s Robin Robertson y su estreno en el g¨¦nero novel¨ªstico.

Establecido en 1969 y concebido en su origen como un galard¨®n destinado a los escritores brit¨¢nicos, irlandeses y de los pa¨ªses Commonwealth, el Man Booker se abri¨® hace cinco a?os a todos los autores que escriben en ingl¨¦s (y publican en las islas brit¨¢nicas). Es decir, incluyendo a los estadounidenses, que desde entonces lo han ganado en dos ocasiones. Aquella decisi¨®n controvertida ha vuelto a ser criticada recientemente por anteriores receptores del premio, como Julian Barnes o Peter Carey, que la consideran un ¡°ejercicio de branding corporativo¡±. El fallo a favor de Anna Burns ha frustrado en esta ocasi¨®n que un tercer Booker se vaya a Estados Unidos.