¡°Hollywood no es lugar para intelectuales¡±
El prol¨ªfico y barroco realizador brit¨¢nico despliega en M¨¦xico, escenario de su ¨²ltima pel¨ªcula, toda su artiller¨ªa contra el cine convencional
En su cruzada contra el cine tradicional, Peter Greenaway (Newport, 1942) ha vuelto a M¨¦xico, escenario de su ¨²ltima pel¨ªcula, Eisenstein en Guanajuato (2015), la primera parte de una futura trilog¨ªa sobre el realizador ruso. Tras su conferencia en el festival FIL Z¨®calo de Ciudad de M¨¦xico, el prol¨ªfico y barroco artista brit¨¢nico ¨Ccon formaci¨®n pict¨®rica y 70 piezas entre pel¨ªculas e instalaciones de arte¨C habla con EL PA?S sobre cine-vertical contra cine-horizontal, cine-pintor contra cine-escritor, la noche que durmi¨® en la misma cama que el Papa, taxistas rusos y cr¨ªticos anticuados.
Pregunta. ?C¨®mo va la segunda parte de la trilog¨ªa?
Respuesta. Empezaremos a grabar en abril y se llamar¨¢ Eisenstein en Hollywood. En 1929, Stalin le mand¨® all¨ª para que estudiara el cine sonoro. Estuvo 18 meses. Obviamente no era ni es un lugar para intelectuales as¨ª que fue un completo fracaso. La historia es una excusa para hablar de su obra y lanzar la pregunta que nos hacemos siempre: ?es el cine arte o un negocio? La respuesta, obviamente, es que tiene que ser las dos.
P. En Rusia no gust¨® mucho la primera parte
R. Porque mostr¨® la homosexualidad de Eisenstein y el gobierno ruso es muy homof¨®bico. Me han recomendado no viajar a Rusia en una temporada. Es una pena porque mi relaci¨®n con Mosc¨² era muy buena, sobre todo despu¨¦s de El cocinero, el ladr¨®n, su mujer y su amante (1989). Fue muy popular porque era una demostraci¨®n de los peligros de la oligarqu¨ªa y la vulgarizaci¨®n del capitalismo. Un d¨ªa un taxista me cit¨® un di¨¢logo entero de la pel¨ªcula en ruso.
P.?En El acorazado Potemkin hay una escena donde se ven gusanos en la comida podrida que le dan a los marinos rusos. La descomposici¨®n de la materia es una de sus obsesiones. ?Empez¨® ah¨ª?
R.?Lo que me fascina de la pel¨ªcula de Eisenstein es que es la primera cinta verdaderamente seria sobre pol¨ªtica. La armada rusa maltrataba mucho a los marinos y la carne podrida es un s¨ªmbolo de esa violencia. En Guanajuato hay un museo de la muerte: 400 cad¨¢veres, no tan viejos, de principios del XIX, momificados de forma natural. Einstein estuvo all¨ª y qued¨® fascinado.
P.?Y usted tambi¨¦n
R.?S¨ª, pero Guanajuato me pareci¨® una ciudad extremadamente conservadora. Tengo una an¨¦cdota incre¨ªble. Un d¨ªa baj¨¦ a desayunar y en el sal¨®n del hotel hab¨ªa una foto del Papa Benedicto. Me dijeron que se hab¨ªa alojado en el hotel durante su ¨²ltima visita. Segu¨ª preguntando y me dijeron que en la habitaci¨®n 112, que era la misma donde me estaba quedando yo, lo que quiere decir que el Papa y yo hemos dormido en la misma cama.
P.??Le ha inspirado esa an¨¦cdota para alguna de sus obras?
R.?No particularmente pero creo que es muy divertido.
P.??C¨®mo valora la cultura mexicana sobre la muerte?
R.?Es muy sorprendente, hay tres palabras que sol¨ªan aterrorizar a todo el mundo: aborto, homosexualidad y suicidio. En M¨¦xico son temas muy sensibles todav¨ªa quiz¨¢ por el pasado cat¨®lico. Creo que necesitamos superar estos tab¨²s, y de hecho en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas la percepci¨®n de la homosexualidad y el aborto han cambiado mucho. Creo que la nueva frontera pornogr¨¢fica es la muerte, no el sexo.
P.??Sigue considerando que el distanciamiento de inspiraci¨®n brechtiana es la mejor herramienta dram¨¢tica?
R.?Es la mejor manera de enfrentarse a las emociones. En una accidente de avi¨®n, las personas m¨¢s valiosas son doctores y enfermeros, que no se van a poner a gritar hist¨¦ricos y formar m¨¢s caos. Yo soy un pintor y los pintores miramos desde fuera. Hago un cine muy est¨¢tico, no hay muchos movimientos de c¨¢mara, los justos para colocar la mirada dentro de la situaci¨®n.
P.?Usted abomina del predominio del texto en el cine.
R.?El cine que conocemos no ha sido m¨¢s que 125 a?os de textos ilustrados. Todas las pel¨ªculas parten de un texto. Y eso es literatura no cine. Yo busco un cine-pintor, no un cine-escritor. Un cine no narrativo y multipantalla. Incluso cineastas como Tarkovski, me parecen lentos, aburridos y petulantes.
P.?Esa es una cr¨ªtica que le lanzan a usted sus detractores
R.?Dicen que mi cine es elitista, que necesita mucha informaci¨®n previa. Bueno, vivimos en la era de la informaci¨®n. Toda la informaci¨®n a la que tengo acceso est¨¢ tambi¨¦n ah¨ª para todos. Como dec¨ªa un antiguo poema romano, toda obra de arte ha de ser 50% entretenimiento y 50% pedagog¨ªa. Los grandes obras por ejemplo de Miguel ?ngel en la Capilla Sixtina son propaganda cat¨®lica. Tambi¨¦n le criticaba eso a Eisenstein, pero la gran propaganda es siempre gran arte.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa su propaganda?
R.?Creo que mi cine trata temas como el mal, pero tambi¨¦n tiene un componente de celebraci¨®n, est¨¢n llenos de ideas y colores. Creo que mi cine es una celebraci¨®n sincera de la vida.
P.?Usted defiende la tecnolog¨ªa, pero no creo que sus pel¨ªculas puedan apreciarse realmente en la pantalla de un tel¨¦fono.
R.?Necesitamos cambiar la actitud, la gram¨¢tica, la sint¨¢ctica y el vocabulario. La gente joven no va al cine. Se hace selfies con la pantalla del tel¨¦fono en vertical. El cine es siempre horizontal. Estoy investigando con un productor italiano lo que llamo cine-vertical: 20 realizadores italianos curados por m¨ª dirigir¨¢n? obras en vertical y se presentar¨¢ en el festival de Berl¨ªn en 2020.
P.??Cree que ese es el nuevo gusto de la ¨¦poca?
R.?Hable con la gente joven¡
P.?A la cr¨ªtica no le han convencido mucho sus ¨²ltimos experimentos
R.?Que le jodan a los cr¨ªticos. Siempre han sido irrelevantes, anticuados y sin ninguna sofisticaci¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.