El cotidiano enigma de Murakami
Para convertir un cuento de 20 p¨¢ginas en una pel¨ªcula de dos horas y media, m¨¢s que audacia, hay que tener ideas. Y el coreano Lee Chang-dong posee talento y ideas
Para convertir un cuento de 20 p¨¢ginas en una pel¨ªcula de dos horas y media, m¨¢s que atrevimiento o audacia, hay que tener ideas. Y el coreano Lee Chang-dong, adem¨¢s de ideas, posee talento y estilo.
BURNING
Direcci¨®n: Lee Chang-dong.
Int¨¦rpretes: Yoo Ah In, Steven Yeun, Jun Jong-seu, Gang Dong-won.
G¨¦nero: drama. Corea del Sur, 2018.
Duraci¨®n: 148 minutos.
Quemar graneros, inquietante relato de Haruki Murakami, contenido en su formidable colecci¨®n de cuentos El elefante desaparece, donde lo cotidiano se transforma en misterioso en apenas una l¨ªnea, se ha convertido en Burning, pel¨ªcula de Lee, que, m¨¢s que completar un relato abierto por m¨²ltiples costuras por el escritor japon¨¦s, maravillosamente ambiguo, lo que hace es incidir en su enigma desarrollando unos personajes apasionantes y unas actitudes fuera de norma.
Si se leen los tres primeros p¨¢rrafos del texto de Murakami, ya es f¨¢cil ver en ellos las m¨²ltiples posibilidades narrativas para una posible adaptaci¨®n. Sin concreci¨®n en las acciones ni en los personajes, en un estilo el¨ªptico y con subtextos enigm¨¢ticos, rozando el existencialismo, Quemar graneros parece presto para la llegada de un autor como Lee, que en obras como Peppermint Candy (1999) y Secret Sunshine (2007) se hab¨ªa adentrado con sobresaliente personalidad en las complejidades del esp¨ªritu y de la p¨¦rdida con singular hermetismo.
Lee es fiel a Murakami si¨¦ndole infiel. Cambia aspectos b¨¢sicos del protagonista (de casado a soltero, o su clase social), e inventa un nuevo desenlace (eso s¨ª, casi tan abierto como el del cuento), manteniendo fijo el ardor de un tri¨¢ngulo amoroso al que aporta una magn¨ªfica potencia visual y sonora. Tanto en su m¨²sica como en el bullicio y los susurros de la ciudad y del campo, en sus amaneceres y en el tratamiento del espacio: los reducidos de los apartamentos de la urbe y los amplios de las afueras, junto a los graneros del t¨ªtulo (aqu¨ª, invernaderos).
Con ecos de William Faulkner y su cuento Incendiar establos (1939), que ya habitaban impl¨ªcitamente el relato de Murakami y que en la pel¨ªcula se convierten en expl¨ªcitos, Burning posee unos personajes fascinantes, pero hay que abrirse a su atm¨®sfera, a su extra?eza. El espectador que espere respuestas y trama, algo que tampoco hay en Murakami, solo encontrar¨¢ frustraci¨®n. El que se disponga con pasi¨®n ante un relato incierto y turbio, entrar¨¢ en el fuego rec¨®ndito de una gran pel¨ªcula sobre la perdici¨®n.
Babelia
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