Fantas¨ªa de riesgo
Producto de confusa comercialidad que puede aterrar de miedo a los cr¨ªos m¨¢s peque?os y de aburrimiento a los m¨¢s cercanos a la adolescencia
El estreno en el a?o 1940 de Fantas¨ªa, tercer largometraje animado de Walt Disney, tras Blancanieves y los 7 enanitos y Pinocho, supuso un considerable paso en la ambici¨®n de la factor¨ªa por variados motivos: por el lenguaje exclusivamente musical que acompa?aba a los relatos; por el car¨¢cter elevado, culto y cl¨¢sico de las piezas elegidas (Bach, Stravinski, Mussorgski, Beethoven¡), y por el indeterminado, casi suicida objetivo de la pel¨ªcula en cuanto a sus espectadores, tan apta para los adultos con ciertas inquietudes como refractaria al gusto de la mayor¨ªa de los ni?os por otro tipo de ritmos, tanto musicales como narrativos.
EL CASCANUECES Y LOS CUATRO REINOS
Direcci¨®n: Lasse Hallstr?m, Joe Johnston.
Int¨¦rpretes: Mackenzie Foy, Keira Knightley, Helen Mirren, Morgan Freeman.
G¨¦nero: fantas¨ªa. EE UU, 2018.
Duraci¨®n: 99 minutos.
Con la llegada de El cascanueces y los cuatro reinos perdidos, libre adaptaci¨®n del cuento de E. T. A. Hoffman, ciertos aspectos de aquella m¨ªtica producci¨®n, fracaso en su d¨ªa, parecen renacer. Y la comparaci¨®n no es balad¨ª: en Fantas¨ªa ya exist¨ªa un segmento, el baile de los champi?ones, al ritmo de El cascanueces y, adem¨¢s, en la pel¨ªcula que hoy se estrena hay un gui?o directo a uno de los mitos fundacionales de Disney con un plano exacto al de su inicio, con el director de orquesta de espaldas (en este caso Gustavo Dudamel), y en sombra sobre fondo rojo, quiz¨¢ conscientes de que las dificultades comerciales de aquella ambiciosa obra rebrotan ahora con un nuevo producto de confusa comercialidad, que puede aterrar de miedo a los cr¨ªos m¨¢s peque?os y de aburrimiento a los m¨¢s cercanos a la adolescencia. Algo nada habitual en la todopoderosa y (casi) infalible Disney contempor¨¢nea.
De todos modos, y pese a su innegable valent¨ªa, hay aspectos que la separan de Fantas¨ªa: aqu¨ª hay una mezcla de acci¨®n real con personajes digitales, un relato unitario casi a la manera de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y, a pesar de su constante m¨²sica, una banda sonora creada especialmente para la pel¨ªcula por James Newton Howard, con muy puntuales extractos de El cascanueces, de Stravinski.
Con un magn¨ªfico dise?o de producci¨®n, una Keira Knightley tan desatada como divertida, una ni?a protagonista con belleza y carisma (Mackenzie Foy), y un compa?ero de aventuras que parece reci¨¦n salido de una funci¨®n de instituto por culpa de su tono declamatorio (Jayden Fowora-Knight), la pel¨ªcula tiene momentos de brillantez junto a otros tantos de evidente ca¨ªda, mustios, sin ritmo, plomizos. Quiz¨¢ inevitables en una pel¨ªcula con m¨¢s virtudes que defectos, pero que ha sufrido un complicad¨ªsimo proceso de producci¨®n, con cambios de director (Lasse Hallstr?m, por Joe Johnston) y, desde luego, con un resbaladizo y cojitranco desarrollo a consecuencia de algo que, eso s¨ª, siempre es necesario encuadrar en el apartado de la capacidad: el riesgo.
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