Mis amigos Octavio Paz y Luis Bu?uel
El artista Brian Nissen, con su obra y encanto, sedujo a los grandes de su ¨¦poca
En la vida de Brian Nissen, un escultor con aires de marinero de Conrad, tienen cabida los reyes y los repollos, como en el poema de Lewis Carroll. En Caleidoscopio (editorial Lumen), un nuevo libro regado de an¨¦cdotas deliciosas sobre su vida y de reflexiones acerca del arte, deambulan Octavio Paz, Luis Bu?uel, Leonora Carrington o Nicanor Parra como personajes a los que trat¨® en la intimidad. Pero tambi¨¦n hay lugar para taxistas mexicanos que odian al PRI, aunque le votan porque es el que manda, o directores de agencias de viajes que venden billetes de avi¨®n de aeropuertos que no existen. Conversador exquisito, Nissen forj¨® amistades a prueba de bombas.
Su llegada a principios de los a?os 60 a M¨¦xico, cuando era un muchacho criado en el rigorismo brit¨¢nico, sirvi¨® de descompresi¨®n. ?Lo primero que le impresion¨®? La claridad: ¡°Las dimensiones del paisaje, los horizontes lejanos y hasta el tama?o del cielo me parec¨ªan extravagantes; la luz era tan brillante e intensa que hac¨ªa que todo destacara, perfilando las cosas con exactitud¡±.
Id¨¦ntico a Carlos Fuentes (de primeras hay que mirar dos veces para comprobar que no es su fantasma), Nissen (Londres, 1939) se dio de bruces con el arte prehisp¨¢nico. Al poco de llegar, mientras daba sus primeros pasos en un pa¨ªs del que todav¨ªa no entend¨ªa nada, escuch¨® un tumulto avanzar con gran estruendo. La comitiva cargaba un enorme monolito de 20 toneladas.
Era Tlaloc camino del Museo de Antropolog¨ªa, donde habr¨ªa de hacer de centinela en la entrada. El monolito del dios de la lluvia llegaba directo desde el lugar en el que lo hab¨ªan descubierto, Coatinchlan. De all¨ª lograron sacarlo con ayuda del Ej¨¦rcito mexicano ante la fuerte oposici¨®n de los vecinos, que pensaban que nunca m¨¢s les caer¨ªa una gota de agua. ¡°Ese instante me marc¨® la vida para siempre. Me empap¨¦ de la cultura prehisp¨¢nica. Marc¨® mucho mi obra, pero no en el aspecto visual, sino en el concepto¡±.
Adem¨¢s de la Ciudad de M¨¦xico, su vida y su obra se desarrollan en Londres, Nueva York y Barcelona, de donde es la mujer con la que se cas¨®, Montserrat Pecanins, una galerista de arte. Nissen deambula de una ciudad a otra como el que agarra el metro en Indios Verdes y se baja en la estaci¨®n de Victoria, en Westminster. Desde estos lugares ha cimentado su carrera de pintor y escultor que ha expuesto en museos y galer¨ªas de todo el mundo.
Siempre con la amistad por bandera. Y no es casualidad. El artista ejerce un fuerte magnetismo que ha llenado su vida de compa?eros de viaje excepcionales. ¡°Por ser tan guapo, el hijo de la chingada para el tr¨¢fico en cualquier lugar del mundo¡±, le concede el escritor mexicano Jorge F. Hern¨¢ndez, que present¨® esta semana su libro en Madrid. Durante una visita a una galer¨ªa conoci¨® a la princesa Margarita, la hermana de la reina Isabel, quien le extendi¨® una invitaci¨®n a almorzar. Acept¨® pese a ser antimon¨¢rquico perdido.
Nissen ha sido amigo de Octavio Paz: ¡°Hablaba mucho, no era propenso a dejar hablar a los dem¨¢s. Lo que pasa es que era tan fascinante lo que dec¨ªa que no ten¨ªa caso interrumpirle. ?Para qu¨¦?¡±, dice del escritor. De Luis Bu?uel: ¡°Naci¨® dentro de una familia tradicional, en una Espa?a de provincias que entonces parec¨ªa feudal. Se liber¨® gracias a una gran inteligencia pero algo de eso qued¨® en ¨¦l. Ejerc¨ªa una disciplina estricta con su familia. Su vida irreverente compensaba sus tendencias moralistas¡±. Y de Leonora Carrington: ¡°Era irascible, muy inteligente y ten¨ªa un gran humor ir¨®nico; siempre estaba dispuesta a ofrecer sus sorprendentes opiniones¡±.
El carisma de Nissen fue un im¨¢n para todos ellos.
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