Cr¨ªmenes
En 'The Secret' queda claro que si al amor posesivo se une el fanatismo religioso el resultado ser¨¢ cualquier cosa menos placentero
En la miniserie brit¨¢nica The Secret (Sundance) queda muy claro que si al amor posesivo se une el fanatismo religioso el resultado ser¨¢ cualquier cosa menos placentero. A?¨¢danle infidelidades, un punto psic¨®tico del protagonista y el servilismo de la protagonista y ya tenemos el drama.
Esta es la historia de Colin Howell, un dentista de Colaraine (Irlanda del Norte), y de Hazel Buchanan, dos ciudadanos que cumplen diariamente con todos los requisitos que exige el orden establecido.
El problema de comentar esta serie de cuatro cap¨ªtulos es no destripar su argumento o, como dir¨ªan los amantes de los anglicismos, avisar de que el texto contiene spoilers. Digamos que The Secret narra una historia real basada en el libro Let This Be Our Secret, del periodista Deric Henderson, y que el caso de Howell y Buchanan fue uno de los m¨¢s sonados en Gran Breta?a por esa conjunci¨®n de elementos de pasiones extremas entrelazadas con lecturas de la Sagrada Escritura e inmerso en una atm¨®sfera de cotidiana normalidad. A todo ello hay que a?adir que fue el epicentro de una importante pol¨¦mica en Irlanda del Norte, pues la serie reaviv¨® sentimientos dolorosos en los familiares y amigos de los protagonistas a?os despu¨¦s de celebrado el juicio por el doble asesinato de los respectivos c¨®nyuges de Howell y Buchanan.
Pero en la correcta serie se muestra tambi¨¦n esa casi imposibilidad del amor eterno. Si piensan que un idilio que se afianza con la complicidad de dos asesinatos ser¨¢ para siempre, est¨¢n equivocados. La pasi¨®n dur¨® apenas seis a?os. Despu¨¦s, los dos se volvieron a casar, tuvieron hijos y vivieron atormentados por ese sentimiento de culpa que, por lo visto, entre los fieles bautistianos es m¨¢s intenso que entre el resto de la ciudadan¨ªa, por m¨¢s que pudieron ocultar sus cr¨ªmenes y acallar las respectivas malas conciencias durante casi 20 a?os.
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