Matteo Garrone muestra el David y Goliat de los arrabales romanos
'Dogman' es la visi¨®n del cineasta de unos macabros acontecimientos ocurridos en 1988, con torturas incluidas, que impactaron a Italia
Matteo Garrone (Roma, 1968) se sienta. Saluda al periodista, pregunta por la familia. El director italiano conoce a la prensa espa?ola tras varias promociones de sus anteriores pel¨ªculas en festivales espa?oles e internacionales. La ma?ana se ha levantado nublada en Cannes -la entrevista tiene lugar en mayo, en el certamen franc¨¦s- , pero nada va a alterar el humor del cineasta. Durante a?os, en una lucha art¨ªstica y tambi¨¦n, hay que reconocerlo, eg¨®latra, ha mantenido un pulso con los otros dos hom¨®logos habituales en el festival de Cannes: Nanni Moretti y Paolo Sorrentino. Hasta el punto de que se han llegado a lanzar puyas desde sus pel¨ªculas. En esta ocasi¨®n, los otros dos v¨¦rtices del tri¨¢ngulo no est¨¢n, y a eso se le suma que Garrone est¨¢ muy satisfecho con su propuesta, Dogman, la reconstrucci¨®n libre de un hecho que marc¨® a Italia a finales de los ochenta.
El 18 de febrero de 1988, en los arrabales de Roma, un peluquero canino cocain¨®mano encerr¨® en una jaula de su negocio a un mat¨®n local que le hab¨ªa hecho la vida imposible y le tortur¨® durante siete horas. Garrone, maestro en la fabulaci¨®n del realismo, en dar un toque de cuento -aqu¨ª David contra Goliat- a sus narraciones m¨¢s crudas, reh¨²ye en Dogman, su novena pel¨ªcula, las torturas y se centra en lo que m¨¢s le interesa: la relaci¨®n anterior, la vida en ese barrio que se fue al garete hace d¨¦cadas y en el que se solo permanecen abiertos un restaurante, un local con m¨¢quinas tragaperras y poco m¨¢s: los edificios se deshacen, el parque infantil dej¨® de ser infantil hace a?os, la gente sobrevive m¨¢s que vive. Terreno Garrone, el mejor contando la realidad de los italianos. Para su suerte, ha contado con un actor en estado de gracia, Marcello Fonte, y una localizaci¨®n espectacular, que ha necesitado pocos a?adidos para convertirse en este suburbio del infierno. "Le ten¨ªa echado el ojo desde hace a?os. Est¨¢ a las afueras de N¨¢poles. Incluso ya hab¨ªa rodado all¨ª hace 17 a?os L'imbalsamatore y alguna secuencia de Gomorra. Me recuerda a los decorados de los westerns, a los pueblos fronterizos". No hay nada artificial. "No, siento que el lugar me quiere. La primera parte es m¨¢s soleada, y hubo sol en el rodaje. La segunda parte se desarrolla bajo un cielo plomizo, y tuve nubes".
Sobre la historia real, Garrone apunta que en Italia es famos¨ªsima por su crueldad, y suelta un listado de las torturas ocurridas durante esas siete horas. "Pero a m¨ª no me interesaba hacer un filme gore. Llevo d¨¦cadas con la historia en la cabeza, no sab¨ªa c¨®mo afrontarla. Hasta que conoc¨ªa a Marcello, que me parece un heredero de Buster Keaton, con su lado amable, y entend¨ª que el personaje no pod¨ªa ser violento. Prefer¨ª mostrar una violencia m¨¢s psicol¨®gica, que envolviera a la acci¨®n, y que por tanto se alejara de la barbaridad real. En Italia hay gente que se ha enfadado porque no me atengo a los hechos. Pero es que Dogman ha encontrado su propia direcci¨®n", asegura. "Mi audiencia ideal, en el fondo, es la que no sepa nada de los hechos reales".
?Es el peluquero Marcello -Garrone le ha puesto el nombre del actor al personaje- un buen tipo empujado por las circunstancias o alguien que ya alberga el mal en su interior? "Te voy a responder con otra pregunta: los papeles en el cine mudo de Keaton o Chaplin ?eran tipos buenos o malos? Se enfrentaban a conflictos muy fuertes, lograban trasladar a la pantalla contradicciones, irracionalidad... Y eso es lo que quer¨ªa para Marcello, que solo ans¨ªa que todo el mundo le quiera. Por eso es muy importante su relaci¨®n con el pueblo, con esa geograf¨ªa de western donde todo el mundo conoce a todo el mundo, donde la noci¨®n de comunidad alimenta a Marcello. Y cuando llega la soledad, se siente empujado a la violencia".
Al director no se le escapa una posible lectura pol¨ªtica de Dogman. "Claro que la violencia del mat¨®n se puede interpretar de muy distintas maneras y niveles, incluso como un an¨¢lisis del comportamiento del Estado. Sin embargo, creo que le buscamos a veces demasiadas vueltas al cine. En todo caso, la violencia tiene conexi¨®n directa con el miedo, y el miedo tiene tantas dimensiones... Los pol¨ªticos, para controlar la poblaci¨®n, usan el miedo. Hasta en las parejas muchos hombres utilizan el miedo como mecanismo de control. Marcello posee un lado tierno, femenino, que subraya esta posibilidad y... [risas]". Garrone se interrumpe a s¨ª mismo porque ha visto a un pu?ado de polic¨ªas tomar posiciones en los tejados enfrente del hotel donde se realiza la entrevista. "?Ves? Vivimos rodeados de miedo, atrapados en la pesadilla de alguien. En fin, que estamos buscando demasiadas explicaciones cerebrales a algo que yo he hecho con las entra?as".
Tras todo ese recorrido, ?qu¨¦ ha sacado en claro Garrone? "Que es m¨¢s f¨¢cil trabajar con perros que con actores. Los animales son m¨¢s impredecibles, espont¨¢neos, y yo suelo buscar los accidentes en los rodajes. As¨ª que he disfrutado mucho creando atm¨®sferas donde ocurra algo inesperado, y los perros me han ayudado mucho". El cineasta sonr¨ªe. "Ya sabes, no me gustan explicaciones cerebrales".
Babelia
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