Cuando Van Morrison hu¨ªa de la mafia
Se editan las primeras grabaciones de canciones que luego aparecer¨ªan en el legendario 'Astral Weeks'
La pasada semana, avistamos a la ballena blanca. Por sorpresa, apareci¨® a la venta en la tienda brit¨¢nica de iTunes quiz¨¢s el disco m¨¢s buscado de Van Morrison. Live in Boston 1968 contiene sus ¨²nicas grabaciones conocidas en Massachusetts, mientras preparaba su parteaguas, Astral Weeks. Difundido hasta ahora en ediciones piratas, Live in Boston 1968se presentaba sin portada, letras sobre fondo blanco. Muy sospechoso.
Efectivamente: al d¨ªa siguiente, Live in Boston 1968 desaparec¨ªa de la oferta de iTunes. Seguramente, esta fugaz ¡°publicaci¨®n¡± fue una argucia legal, para evitar que ¡ªcincuenta a?os despu¨¦s¡ª la grabaci¨®n pase al dominio p¨²blico. Dado que ofrece un sonido mejorado sobre las versiones ilegales, suponemos que en alg¨²n momento se lanzar¨¢ de forma convencional; los m¨²sicos implicados ya han firmado una autorizaci¨®n en ese sentido.
En 1968, Van Morrison sali¨® pitando de Nueva York. Era artista de Bang Records, donde logr¨® el mayor ¨¦xito de su carrera, Brown Eyed Girl, pero no estaba contento. La muerte prematura de su productor, Bert Berns, revel¨® una trastienda de pesadilla: Bang hab¨ªa ca¨ªdo en manos de una de las familias de la Mafia neoyorquina. Esos facinerosos le amenazaron con denunciarle para que fuera expulsado del pa¨ªs, pero no eran descartables reacciones m¨¢s violentas.
Para evitar la deportaci¨®n, Morrison se cas¨® con su novia estadounidense, Janet Planet. Y para esquivar a los mafiosos, se escap¨® a Boston. Qu¨¦ ingenuidad: solo 350 kil¨®metros separan esa localidad de Nueva York, escasa distancia si los malotes insist¨ªan en darle un escarmiento. S¨ª ten¨ªa sentido profesional: sumando Cambridge, la cercana ciudad universitaria, Boston constituye un excelente ecosistema para un cantante-compositor.
Boston y Cambridge pasaban por una ¨¦poca turbia. Lou Reed era un visitante habitual, atra¨ªdo por sus c¨ªrculos esot¨¦ricos (le regal¨® un tratado de magia blanca a un fan local, Jonathan Richman). Mel Lyman, reputado m¨²sico folk, hab¨ªa fundado una comuna de temible reputaci¨®n. Peter Wolf, vocalista de la J. Geils Band, pinchaba discos en el turno nocturno de la emisora WBCN; pronto se acostumbrar¨ªa a las llamadas de Morrison, pidiendo oscuros t¨ªtulos de blues.
Van prob¨® con diferentes instrumentistas. En agosto, como la Van Morrison Controversy, se present¨® en un club de jazz, The Catacombs, en formato de tr¨ªo, con Tom Kielbania y John Payne. Y pidi¨® a Wolf que registrara con un magnetof¨®n su actuaci¨®n. La cinta resultante es lo que, durante 24 horas, se ha vendido como Live in Boston 1968.
Mientras se ocultaba en Boston, su situaci¨®n se fue despejando. Warner Brothers quer¨ªa ficharle y contact¨® con los propietarios de su contrato. Estos no ten¨ªan muchas ganas de trabajar con un tipo rebelde y negociaron una transferencia por 20.000 d¨®lares, pagables en met¨¢lico. En septiembre-octubre, Morrison estaba de vuelta en Nueva York, plasmando lo que ser¨ªa Astral Weeks.
Un disco diferente que tardar¨ªa a?os en adquirir su actual car¨¢cter de cl¨¢sico. Mucho misterio respecto a su elaboraci¨®n: cuentan que Van apenas se comunic¨® verbalmente con sus acompa?antes, veteranos del jazz; si se trat¨® de pura improvisaci¨®n, todos estaban cerca del trance divino. Puede que la historia sea m¨¢s complicada: los temas de Astral Weeks incluidos en Live in Boston 1968 ¡ªrecuerden, interpretados dos meses antes¡ª revelan que tanto concepto como estructura de algunas canciones ya se hab¨ªan fijado. Con Van Morrison, deber¨ªamos saberlo, nada es tan sencillo como parece.
Babelia
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