Muere Stan Lee, creador para Marvel de Hulk, Spiderman, Vengadores y Los Cuatro Fant¨¢sticos

Stanley Martin Lieber ha muerto a los 95 a?os en un hospital de Los ?ngeles, seg¨²n ha informado su hija al portal estadounidense TMZ.?Spiderman, Patrulla X, Vengadores, Daredevil o Dr. Extra?o son algunos de los h¨¦roes con los que plag¨® el universo Marvel, pero su mayor creaci¨®n fue el propio personaje de Stan Lee. En su juventud, Stan so?aba con escribir la gran novela americana. Por eso, cuando le encargaron c¨®mics de monstruos, modelos y vaqueros decidi¨® no manchar su nombre y firmar con el seud¨®nimo Stan Lee. Ese camino hizo que ese joven del Bronx nunca llegara a ser novelista. Su risue?o alter ego, sin embargo, no solo transform¨® la incipiente industria del tebeo, sino que teji¨® un nuevo pante¨®n de deidades en la industria del entretenimiento. Su imagen y forma de comunicar eran ic¨®nicas, ten¨ªa decenas de cr¨¦ditos como actor e incluso crearon mu?ecos que reproduc¨ªan su imagen. Su vida se bas¨® hasta el ¨²ltimo minuto en un prop¨®sito: ¡°Solo quiero divertirme¡±.

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Nacido el 28 de diciembre de 1922 en Nueva York, el inter¨¦s de Stanley por la fantas¨ªa como escapismo parece sacado de un libro de psicolog¨ªa. Tras la gran depresi¨®n, su padre, inmigrante rumano, solo encontraba trabajos espor¨¢dicos. En su piso de una habitaci¨®n, las peleas eran constantes. As¨ª que Lee, una especie de Peter Parker extrovertido, se refugiaba en las pel¨ªculas de Errol Flynn, la lectura y en mejorar sus dotes dial¨¦cticas.

Sus empleos de adolescencia fueron variopintos: escribi¨® obituarios para el Centro Nacional de Tuberculosis, vendi¨® vaqueros y fue acomodador en Broadway. Todo cambi¨® cuando su t¨ªo le invit¨® a las oficinas de su editorial, entonces conocida como Timely Comics. Lee no sab¨ªa nada de historietas, pero el cometido era claro: ¡°?Pod¨¦is darle alg¨²n encargo?¡±. Joe Simon, redactor jefe a punto de lanzar Capit¨¢n Am¨¦rica, lo contrat¨® al instante.

En meses, el joven pas¨® de limpiar ceniceros a rellenar vi?etas para los h¨¦roes ficticios de la Segunda Guerra Mundial. Algo que le inspirar¨ªa. Lee se alist¨® en el Ej¨¦rcito tras el ataque de Pearl Harbor. Su primera creaci¨®n fue Destroyer, un superpoderoso doctor antinazi. A los 19 a?os ya era redactor jefe, pero los monstruos y el terror no le motivaban; segu¨ªa queriendo desarrollar sus ideas en literatura. Un encargo de sus jefes en Marvel colm¨® su paciencia: copiar la JLA, grupo de Superman y Batman en la rival DC. ¡°Queremos m¨¢s acci¨®n y menos di¨¢logo¡±. Despu¨¦s de una d¨¦cada, estaba decidido a dejarlo todo. Pero su mujer, que muri¨® en 2017, le par¨®: ¡°Desarrolla tus c¨®mics con tus ideas ?Qu¨¦ har¨¢n, despedirte?¡±. Era el momento de quitarse los grilletes. El 8 de agosto de 1961 lleg¨® a las estanter¨ªas Los Cuatro Fant¨¢sticos y todo cambi¨®.

El cuarteto, creado junto a Jack Kirby, era lo contrario a los superh¨¦roes llamativos que le pidieron: era una familia de astronautas con poderes que no llevaban disfraz. Sus problemas personales ocupaban tantas vi?etas como las peleas. Adem¨¢s, viv¨ªan en la muy real Nueva York. Sin saberlo, la semilla del universo Marvel estaba plantada. Pronto las antolog¨ªas de monstruos y modelos fueron sustituidos por h¨¦roes imperfectos como Hulk, Thor, Spiderman, Iron Man o Los Vengadores, donde Lee recuper¨® al Capit¨¢n Am¨¦rica de Simon y Kirby como h¨¦roe fuera de lugar. Su mensaje iba m¨¢s all¨¢ de las peleas. Lee fue el primero en trasladar al c¨®mic asuntos como la drogodependencia, las analog¨ªas de los derechos civiles y las minor¨ªas en los X-men y tambi¨¦n en presentar superh¨¦roes negros como Halc¨®n o Pantera Negra. Hasta Federico Fellini o Alain Resnais paraban para visitar las oficinas neoyorquinas.

Lee escrib¨ªa y controlaba decenas de t¨ªtulos mensuales, lo que le llev¨® a dise?ar tambi¨¦n un m¨¦todo de trabajo eternamente rodeado de pol¨¦mica. ?l escrib¨ªa el argumento para dibujantes como Kirby o Steve Ditko, que se encargaban de dibujar y distribuir las p¨¢ginas. Entonces, el trabajo volv¨ªa a Stan, The Man, que simplemente rellenaba los di¨¢logos. Nunca qued¨® claro d¨®nde empezaba el trabajo de cada uno y numerosos dibujantes rompieron su relaci¨®n con Marvel al sentirse injustamente tratados. Los 4F, por ejemplo, era el t¨ªtulo m¨¢s inventivo, pero las versiones sobre qui¨¦n puso el germen difieren. All¨ª se tej¨ªa la mitolog¨ªa Marvel con conceptos grandilocuentes, galaxias rec¨®nditas y personajes como Estela Plateada. Kirby cada vez necesitaba menos direcci¨®n y Lee cohibi¨® su creatividad desenfrenada que en cada n¨²mero daba un nuevo personaje.

Mientras, Lee rehu¨ªa pol¨¦micas y no mencionaba las acusaciones de Kirby y herederos sobre la autoridad de la obra. Era el rostro y el mensaje de Marvel, respond¨ªa el correo y narraba los dibujos en TV. Las cabeceras le¨ªan "Stan Lee presenta". Vitalista y entusiasta, el guionista contaba las mismas historias a sus fans siempre con una cadencia dram¨¢tica y pasional apuntalada con latiguillos como ¡°?Excelsior!¡±. Detr¨¢s de su inconfundible bigote canoso y gafas oscuras, era dif¨ªcil diferenciar la persona de su excesiva caricatura.

En 1972 dej¨® de ser redactor jefe para heredar el t¨ªtulo de editor de su t¨ªo, que mantuvo hasta 1996. Aunque ya no parara por el bullpen Marvel, era una celebridad, el icono del c¨®mic que hab¨ªa despertado la pasi¨®n de autores y cineastas. Solo le quedaba una espinita: alcanzar Hollywood. Y Kevin Smith, uno de sus fans, fue el primero en aprovechar esa vena cinematogr¨¢fica, al transformarlo en sabio mentor en el filme Mallrats. Pero fue la colonizaci¨®n de Hollywood de sus personajes lo que le dio una segunda vida en los focos.

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Sus decenas de cameos en pantalla eran lo m¨¢s esperado por los seguidores, as¨ª que fueron ganando minutos: desde su aparici¨®n entre la multitud en X-men hasta colarse en el p¨®ster de Deadpool o interpretar al cartero de Los 4 Fant¨¢sticos. Tras d¨¦cadas de fracasos cinematogr¨¢ficos y alg¨²n bache con Marvel, no hab¨ªa nadie m¨¢s entusiasta vendiendo las pel¨ªculas que Lee, reconvertido en el productor m¨¢s poderoso de la historia. Sus divertidos cameos incluso lo llevaron a colarse en proyectos ajenos como Princesa por Sorpresa 2, Big Bang Theory y Los Simpson. Hasta present¨® un reality-show en busca de superh¨¦roes reales. Su ¨²ltimo cameo hasta la fecha era el de Venom, aunque diversas fuentes informan que le dio tiempo a rodar Vengadores 4, el final de la saga m¨¢s taquillera de su historia.

Lee nunca dej¨® de escribir (si bien los ¨²ltimos a?os fueron azarosos por su neumon¨ªa y su herencia), tanto en proyectos puntuales con Marvel como desarrollando productos de discutible calidad como Stripperella, una superheroina con voz de Pamela Anderson. Fund¨® su productora y cada ma?ana iba a su oficina. En 2015 lanz¨® su autobiograf¨ªa en vi?etas y meses despu¨¦s estren¨® la teleserie Stan Lee's Lucky Man. Aunque su sello fuera ya m¨¢s marca que creatividad, segu¨ªa siendo el invitado m¨¢s esperado en las convenciones de c¨®mic hoy multiplicadas por el mundo. No pod¨ªa dar un paso sin una foto. ?l hab¨ªa visto surgir de la nada este movimiento cultural. Era el patriarca fuera de tiempo. Un icono. Eso s¨ª, segu¨ªa contestando con arrojo cualquier duda sobre qui¨¦n era m¨¢s fuerte, si La Cosa o Galactus: ¡°Depende del guionista¡±.

50 a?os despu¨¦s de renunciar a su sue?o, lo reconoc¨ªa: ¡°No tendr¨ªa paciencia como novelista. Me sentaba siete horas y acababa el c¨®mic ese d¨ªa. Era el mayor placer. No me queda nada por hacer pero si me jubilara, solo querr¨ªa escribir¡±. Como dir¨ªa ¨¦l: 'nuff said (est¨¢ todo dicho).