El estado de una naci¨®n

Cada w¨¦stern muestra un estado de la naci¨®n. Describe, abiertamente o no, un momento en la construcci¨®n de Estados Unidos: de la historia de su justicia; del estado de su asentamiento; de un episodio de sus guerras, bien contra los indios o bien contra los sure?os; del nacimiento del ferrocarril o de la democracia, en resumen, del lugar y del momento en el cual se desarrolla la historia. Las grandes pel¨ªculas suelen combinar la historia grande con la peque?a y con la Historia misma del cine.

As¨ª, este estado de la naci¨®n tambi¨¦n resuena con el momento en que se rod¨® la pel¨ªcula: la extravagancia del vaquero triunfante de los a?os de treinta a cincuenta, en creadores como John Ford o Raoul Walsh, su humanizaci¨®n en los sesenta con Howard Hawks y Henry Hathaway, las dudas y la violencia de la guerra de Vietnam en Arthur Penn, Sydney Pollack o Sam Peckinpah.

Desde entonces, hemos visto muchos w¨¦stern, sin caballos ni sombreros, pero su objetivo sigue siendo ofrecer un estado de la naci¨®n. Taxi Driver es el primero que viene a la mente. Mi pel¨ªcula Mi hija, mi hermana modestamente es de estos. Decir de una pel¨ªcula que es un w¨¦stern rara vez es suficiente. Algunos w¨¦stern son relatos de hadas, otros son f¨¢bulas sociales o morales, otros son historias de amor o amistad. El w¨¦stern es un g¨¦nero y, como todos los g¨¦neros, es un veh¨ªculo que permite a los directores avanzar enmascarados. Sus figuras y c¨®digos, sean respetados o pervertidos, son herramientas para llegar a otro punto. Para decir algo m¨¢s.?

Thomas Bidegain, cineasta franc¨¦s, es el coguionista de las pel¨ªculas de Jacques Audiard, como el w¨¦stern The Sisters Brothers (2018), y dirigi¨® el neow¨¦stern Mi hija, mi hermana (2015).