Una abeja imprescindible
Vitale es una poeta estricta, erudita, disciplinada, pero tambi¨¦n alguien que puede pasar semanas habituando a una paloma a comer en la ventana de su casa
In 2015, durante una entrevista para Babelia, el periodista Javier Rodr¨ªguez Marcos le pregunt¨® a la poeta uruguaya Ida Vitale a qui¨¦n le dar¨ªa el pr¨®ximo premio Cervantes. Vitale respondi¨®: ¡°Ay, Dios, ?al mejor!¡±. Tres a?os despu¨¦s, la mejor result¨® ser ella, quinta mujer en un premio con m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de historia. Pero es probable que la respuesta, mirada desde la perspectiva del presente, le d¨¦ pudor. Porque una de las m¨¢s grandes poetas de habla hispana es, tambi¨¦n, una persona de modestia genuina, no pocas veces enmascarada en un humor que es s¨ªntoma de una inteligencia fulgurante: cuando el ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, la llam¨® para avisarle que hab¨ªa ganado el Cervantes ella respondi¨® "Los espa?oles est¨¢n igual de locos que en la ¨¦poca de la conquista".
Naci¨® en 1923 y su primer libro, La luz de esta memoria, data de 1949. Ha publicado mucho desde entonces pero fue una voz casi secreta hasta que, en los ¨²ltimos tiempos, recibi¨® un aluvi¨®n de premios: el Octavio Paz en 2008, el Alfonso Reyes en 2014, el Reina Sof¨ªa en 2015, el Federico Garc¨ªa Lorca en 2016, los de la Feria internacional del libro de Guadalajara y el Cervantes este a?o. . Ella, con coqueter¨ªa elegante y agradecida, dice que los premios son ¡°ventaja de la sobrevivencia¡±, y que seguramente se los dan porque piensan que su edad ¡ª95¡ª es ¡°una edad l¨ªmite¡±.
Forma parte de la generaci¨®n del 45, que reuni¨® autores uruguayos de g¨¦neros y estilos muy dis¨ªmiles: ?ngel Rama (su primer marido), Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Armon¨ªa Somers, e Idea Vilari?o, una poeta gigante con la que comparte iniciales pero de cuya gram¨¢tica po¨¦tica ¡ªy vital: all¨ª donde Vilari?o es oscuridad tortuosa, Vitale es un tumulto de vigor vibrante¡ª est¨¢ en las ant¨ªpodas. En 1993, en una entrevista publicada por El Pa¨ªs Cultural, de Montevideo, dijo que en su poes¨ªa trataba de buscar ¡°una red de significantes de las palabras que no est¨¢n en la superficie del lenguaje, de ese fondo secular que se pierde o se adormila¡±. Lo suyo no es hermetismo sino concisi¨®n, el lenguaje usado como una daga precisa seg¨²n un estilo que consiste en ¡°borrar y borrar¡± y un m¨¦todo que manda ¡°pensar siempre que lo que uno hace esta muy mal, para buscar otra cosa¡±.
En 1974, por causa de la dictadura uruguaya, se march¨® a M¨¦xico con su marido, el poeta, veinte a?os menor, Enrique Fierro. ¡°Ella es la poeta, yo el advenedizo¡±, sol¨ªa decir ¨¦l. Permanecieron all¨ª m¨¢s de diez a?os, regresaron brevemente al Uruguay y volvieron a partir en 1989 a Austin, Texas, donde vivieron hasta que Fierro falleci¨®, en 2016. Entonces Vitale ¡ªque escribi¨® ¡°no se pierde sin castigo el pasado, / no se pisa en el aire¡±¡ª regres¨® a Montevideo. All¨ª permanece desde principios de 2018, reordenando su biblioteca lentamente, demor¨¢ndose en los libros que no recordaba que ten¨ªa.
En un art¨ªculo publicado por la revista Brecha en 2015 se menciona una imagen suya que su hijo, Claudio Rama, atesora, y que sintetiza el universo de su madre: ¡°sentada ante un escritorio donde est¨¢ traduciendo un texto mientras sobre su regazo descansa provisoriamente un tejido; hay un papel al costado de la m¨¢quina de escribir Olivetti, y en ese papel va haciendo a mano, en paralelo, anotaciones sobre un disco de m¨²sica cl¨¢sica que est¨¢ escuchando para luego comentarlo para un peri¨®dico; a la vez est¨¢ controlando a su hijo que juega cerca y midiendo el tiempo que debe seguir encendido el fuego de la cocina usando como indicador el aroma que le llega atravesando varias habitaciones¡±.
Vitale es una poeta estricta, erudita, disciplinada, pero tambi¨¦n alguien que puede pasar semanas habituando a una paloma a comer en la ventana de su casa, cosa que hizo a lo largo de nueve meses y que termin¨® inspirando su poema Viaje de vuelta: ¡°Regresar es/ volver a ocuparse/ de devolver a la tierra/ el polvo de los ¨²ltimos meses;/ recibir del mundo/ el correo dormido/ intentar saber/ cu¨¢nto dura/ una memoria de paloma/ Tambi¨¦n reconocerse/ como una abeja m¨¢s / que es para la colmena/ apenas una unidad que zumba/. Eso, s¨®lo una abeja m¨¢s/ muy prescindible¡±. Quiz¨¢s no tenga raz¨®n. Quiz¨¢s haya abejas m¨¢s imprescindibles que otras.
Babelia
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