?Devorar¨¢ la correcci¨®n pol¨ªtica a ¡®Doctor Who¡¯?
Chris Chibnall da a la serie brit¨¢nica un giro en exceso aleccionador que amenaza con acabar con el esp¨ªritu del 'show'
Durante demasiado tiempo, un tiempo en el que se ha convertido en fen¨®meno global, esto es desde su reinicio en 2005 hasta hoy, Doctor Who (en Espa?a, en Netflix), la serie m¨¢s longeva de la televisi¨®n brit¨¢nica ha sido, sobre todo, un divertid¨ªsimo ejercicio de ciencia ficci¨®n que, a juzgar por lo que est¨¢ ocurriendo con su ¨²ltima temporada, corre el riesgo de convertirse en algo m¨¢s. Para bien y para mal, en opini¨®n de sus millones de seguidores, que, curiosamente, no est¨¢n atacando a su protagonista ¡ªpor primera vez, una mujer: Jodie Whittaker¡ª sino la deriva innecesariamente educativa que est¨¢ tomando.
Lo que quiz¨¢ no saben, porque no tienen forma de saberlo ¡ªmuchos de esos seguidores ni siquiera hab¨ªan nacido cuando se cre¨® en 1963¡ª, es que Doctor Who empez¨® siendo un entretenimiento educativo, de tintes hist¨®ricos ¡ªel protagonista es un alien¨ªgena de aspecto humano y dos corazones, el ¨²ltimo de su especie, que viaja por el tiempo y el espacio para solucionar todo tipo de enredos¡ª, en la que cualquier cosa era posible. Con el tiempo fue evolucionando hasta el producto tan ambicioso intelectualmente como atractivo para el gran p¨²blico en el que se ha convertido.
Con la llegada de Chris Chibnall (Broadchurch) como m¨¢ximo responsable de la serie, se sustituyeron los cap¨ªtulos autoconclusivos por una trama que ocupa toda una temporada. Y es una en la que la correcci¨®n pol¨ªtica manda. Algo que trae cosas buenas, pues por primera vez un creador negro ha escrito un cap¨ªtulo ¡ªy adem¨¢s es una mujer, Malorie Blackman, con uno centrado en Rosa Parks, figura clave en la lucha por los derechos civiles en EE?UU¡ª, pero tambi¨¦n amenaza con acabar con su esp¨ªritu irreverente y convertirlo en la en¨¦sima v¨ªctima audiovisual de la correcci¨®n pol¨ªtica. Una pena, trat¨¢ndose como se trata de un producto masivo que ha obrado el milagro de acostumbrar al espectador brit¨¢nico al g¨¦nero y al humor inteligente.
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