El apocalipsis fallido de ¡®American Horror Story¡¯
La ya cl¨¢sica serie antol¨®gica despide su octava temporada rizando el rizo y dando paso a una nueva musa: Billie Lourd
Al menos tres cosas han pasado en la ¨²ltima temporada de American Horror Story, la ya cl¨¢sica serie antol¨®gica de Ryan Murphy y Brad Falchuk, que acaba de despedirse con el tambi¨¦n ya cl¨¢sico cap¨ªtulo con fest¨ªn macabro, uno en el que se degustan corazones palpitantes y explotan cabezas. En concreto, explota la cabeza de la sobrina de Julia Roberts, la siempre encantadoramente irascible Emma Roberts.
Las tres cosas que han ocurrido son las siguientes: 1) Se ha reducido el nivel de pesadilla ¨Cal entregarse, m¨¢s que nunca, a lo fant¨¢stico¨C; 2) Se ha rizado tanto el rizo que todo lo ocurrido no ha sido m¨¢s que un espejismo, y 3) Sarah Paulson ha cedido, por una vez, el trono de musa. ?A qui¨¦n? A Billie Lourd, la no tan conocida hija de Carrie Fisher, que ha confesado hace poco que AHS le ha salvado la vida.
Empecemos por el principio. Bajo el t¨ªtulo Apocalypse, la temporada ¨Cque no ser¨¢ la ¨²ltima, hay otras dos en camino¨C se plante¨® como un crossover entre la primera y escalofriante Murder House y Coven, la dedicada a una escuela de brujas por la que se dejaba caer Stevie Nicks. Y ha acabado uniendo no solo esas dos temporadas, sino al menos cuatro ¨Chabr¨ªa que sumarle Cult y Hotel y quiz¨¢ Freak Show¨C.
?El resultado? Un exceso de trama ha convertido a los personajes en piezas que mover sobre un tablero no del todo estable, y ha condenado a la historia a no ser m¨¢s que un ejercicio digresivo dif¨ªcilmente disfrutable, un apocalipsis fallido que adopta la l¨®gica del reciclaje superheroico, aquel en el que todo tiene que cambiar para que nada cambie.
Ha devuelto el final al principio con una leve variaci¨®n de lo m¨¢s cruel: al borrar el fin del mundo que pill¨® a Lourd en la peluquer¨ªa, ha borrado la redenci¨®n de los fantasmas de Murder House, lo ¨²nico que hab¨ªa importado a los fans esta temporada, y al hacerlo se ha devorado (un poco m¨¢s a¨²n) a s¨ª misma.
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