El Prado rescata a Artemisia Gentileschi de los almacenes
Solo siete de los 1.700 cuadros expuestos en el museo est¨¢n firmados por mujeres. Ahora se exhibir¨¢ en un lugar privilegiado la ¨²nica obra que se conserva de la pintora barroca
Los madrile?os salieron a la calle a celebrar los 199 a?os del Museo del Prado la noche del s¨¢bado 24 de noviembre. Como si fuera un lienzo, sobre la fachada de Vel¨¢zquez del edificio de Villanueva se reconoci¨® que el museo est¨¢ lleno de musas, pero vac¨ªo de mujeres artistas. Solo hay siete cuadros firmados por ellas de entre las casi 1.700 pinturas que se exponen. El museo admiti¨® p¨²blicamente la carencia y lanz¨® un lema para tratar de disimular la desigualdad hist¨®rica: ¡°El Prado es de todas¡±, se pudo leer sobre la fachada. Hubo buenas intenciones y fragmentos de las obras de Clara Peeters, Sofonisba Anguissola y Artemisia Gentileschi.
Y fue entonces cuando el Prado tropez¨® con su propia piedra: en el momento de la reivindicaci¨®n el ¨²nico cuadro de Gentileschi que la pinacoteca tiene la suerte de conservar, segu¨ªa ausente en sala. En Nacimiento de san Juan Bautista, de 1635, cuatro mujeres atienden al reci¨¦n nacido y Zacar¨ªas se retira a escribir, mientras Isabel ¨Cest¨¦ril hasta que el ¨¢ngel anuncia a su anciano esposo que dar¨¢ a luz a un ni?o al que deber¨¢ llamar Juan¨C, descansa agotada en el lecho tras el parto. Gentileschi, una de las figuras m¨¢s deseadas en el circuito muse¨ªstico extranjero, ha estado expuesta en sala solo dos meses en 2018. Antes se mostr¨® entre noviembre de 2016 y mayo de 2017. En 2014, seis meses. Antes de 2012 era imposible encontrarse con la artista, que ha tenido en el Prado una visibilidad intermitente.
Tal y como reflejan los movimientos de la pintura, recogidos en los archivos de la pinacoteca consultados por este peri¨®dico, desde finales de 1999 solo ha estado expuesta en el museo 26 meses. Ha sido m¨¢s f¨¢cil contemplarlo en el extranjero, donde ha permanecido a la vista durante 31 meses. Ha viajado a Bonn (Alemania), Nueva York, Roma, Par¨ªs, Mil¨¢n y Bari (Italia). El resto, 171 meses, ha permanecido a la sombra.
Un rescate de urgencia
Sin embargo, tras la exposici¨®n de Mil¨¢n, en 2012, la fiebre Artemisia se multiplic¨® y la pintora renaci¨® con ¨ªmpetu. Entonces pasaron por el Palacio Real de Mil¨¢n m¨¢s de 150.000 personas. Era la primera retrospectiva en la que se analizaba su producci¨®n art¨ªstica, con casi cincuenta piezas y documentos in¨¦ditos. Esta atracci¨®n desbordada la confirma Miguel Falomir, director del Prado, quien asegura que,?dada la escasez de obra atribuida a ella (apenas 40, sin incluir las que se creen de su padre Orazio), la pieza la reclaman muchos museos. Hasta ahora la pinacoteca madrile?a se ha resistido a incluirla en el equipo titular del Barroco en sala, pero esto va a cambiar, seg¨²n cuenta Falomir a EL PA?S.?
Desde 1999, el cuadro ha estado sin exponer 171 meses
Esta semana el Prado ha vuelto a incorporar Nacimiento de san Juan Bautista a la sala 7, el lugar donde suele mostrarse cuando no est¨¢ prestado o en almacenes. Y la direcci¨®n asegura estar decidida a sacarlo del destierro de los peines (estructuras donde se guardan las pinturas en los dep¨®sitos) : ¡°Solo vamos a prestarlo una vez m¨¢s en los pr¨®ximos a?os. La National Gallery de Londres est¨¢ organizando una gran retrospectiva y viajar¨¢ para all¨¢ en 2020. En los pr¨®ximos meses montaremos una sala con la serie completa, junto con las visiones del bautista hechas por Stanzione¡±, informa Falomir por tel¨¦fono.
Una escena intimista
Nacimiento de san Juan Bautista fue realizado para colgar en el Palacio del Buen Retiro, y all¨ª se encontraba en 1701, en una serie de cinco pinturas, junto a las de Massimo Stanzione: El nacimiento del Bautista anunciado a Zacar¨ªas, Predicaci¨®n del Bautista en el desierto, Degollaci¨®n de san Juan Bautista?y San Juan Bautista se despide de sus padres. El cuadro llam¨® la atenci¨®n del historiador del arte Roberto Longhi (1890-1970), quien destac¨® el car¨¢cter de ¡°intimidad hogare?a¡±. El experto lo consider¨® ¡°el m¨¢s bello efecto de interior dom¨¦stico de toda la pintura italiana del siglo XVII".
Anna Banti, escritora y esposa de Longhi, consigui¨® la revalorizaci¨®n de la pintora al publicar la novela Artemisia, en 1947. En el libro, la autora analiza el espectacular cuadro Judit decapitando a Holofernes, para recrear una venganza que acaba con la muerte de un ser opresor. Banti dibuja a la pintora como una mujer fuerte, astuta e inteligente, el arquetipo de quien se levanta contra la opresi¨®n masculina.
S¨®lo vamos a prestarlo una vez m¨¢s en los pr¨®ximos a?os Miguel Falomir, director del Museo del Prado
Gentileschi fue violada por el pintor Agostino Tassi y a esa opresi¨®n es la que se refiere Banti. En 1612, el padre de la pintora, que tiene 18 a?os, denuncia a Tassi. En el juicio, Agostino lo niega todo y se defiende asegurando que la joven tiene relaciones con otros hombres, dando a entender que es una mujer incapaz de distinguir entre una relaci¨®n consentida y una violaci¨®n.
La v¨ªctima fue sometida a un reconocimiento ginecol¨®gico en el transcurso del proceso, del que se lleg¨® a la conclusi¨®n de que no era virgen. Claro, fue violada. Gentileschi asegur¨® que solo hab¨ªa tenido contacto sexual con Tassi y en contra de su voluntad. Tambi¨¦n declar¨® que fue forzada en varias ocasiones, pero para corroborar la validez de su testimonio, la pintora fue torturada aprent¨¢ndole los dedos de la mano con cuerdas. El dolor no le hizo alterar su testimonio y Tassi fue declarado culpable y condenado a cumplir unos meses en la c¨¢rcel, que no llegaron ni al a?o.
El cuadro que conserva El Prado est¨¢ ampliado por la parte inferior y el lateral izquierdo, porque, seg¨²n la hip¨®tesis del museo, la pintora aprovech¨® una pintura que ya ten¨ªa realizada y fue ampliada para adaptarla a las medidas apuntadas en el encargo. Seg¨²n ha dejado por escrito Andr¨¦s ?beda, director adjunto del museo, es una obra de madurez de?Gentileschi, cuando el caravaggismo de su padre se atempera con delicado clasicismo y en el viraje, su hija se deja impactar por los nuevos mandamientos est¨¦ticos.
Babelia
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