¡®Homecoming¡¯, conspiraci¨®n con influencias setenteras
Sam Esmail ha creado una atm¨®sfera magn¨¦tica inspirada en cl¨¢sicos del 'thriller' hollywoodiense
La producci¨®n televisiva de 2018, en algunas de sus etapas m¨¢s loables, ha recurrido al cine de los setenta para armar potentes carcasas visuales. Es el caso de Homecoming. La serie estadounidense se origina a partir del podcast hom¨®nimo de Micah Bloomberg y Eli Horowitz, quienes a su vez ejercen de creadores y escritores en esta ficci¨®n levantada con el m¨²sculo financiero de Amazon y la crucial intervenci¨®n de Sam Esmail (Mr. Robot) como showrunner y director de sus diez episodios.
Su relato se alterna entre dos l¨ªneas temporales: el presente de 2018 (se?alado con el formato de pantalla 16:9) y el futuro, en el a?o 2022 (formato 1:1). Ambas siguen los misterios alojados en Homecoming, unas instalaciones que albergan un programa dise?ado para reinsertar en la vida civil soldados con traumas de guerra. Aunque bajo esa premisa palpita el verdadero quid de la serie: una telara?a de secretos turbios que da pie a ese ambiente enrarecido y desconcertante que la ficci¨®n explota a fuego lento.
Encauzada en el thriller conspiranoide, la serie de Amazon resalta de inmediato por un magn¨¦tico continente que amplifica ese clima inquietante que la trama dosifica de forma astuta. Un trasunto paranoide que marca los primeros cap¨ªtulos (especialmente a trav¨¦s de las pesquisas y teor¨ªas de uno de los personajes que encuentran su cenit en un cap¨ªtulo 3 que coquetea con el fant¨¢stico de la Dimensi¨®n desconocida) y que Sam Esmail dibuja con acierto mediante una paleta que cubre muestras del thriller pol¨ªtico y conspiranoico del cine estadounidense de los setenta. No es casualidad que Esmail vire la mirada hacia esa ¨¦poca. Los paralelismos entre la era Trump y la de Nixon, con sus propias cloacas ( el #RussianGate de uno y el Watergate del otro), parecen terreno propicio para que el de Mr. Robot se reivindique como el nuevo pope de la paranoia en el medio televisivo.
Y lo consigue imprimiendo una estilizada forma que reflota el tono perturbador alojado bajo una realidad desconcertante. Para ello opta por meticulosas y estudiadas decisiones estil¨ªsticas: la fotograf¨ªa granulosa y colores apagados propios de la textura del celuloide de los setenta, esos zooms ralentizados que incrementan la sensaci¨®n de extra?eza y desasosiego, el plano secuencia como unidad audiovisual preferente (tanto en movimiento, para los inicios, como en est¨¢tico para sus rompedores cr¨¦ditos finales), la m¨²sica sonsacada de bandas sonoras de cl¨¢sicos que lubrican la retina de Esmail (no es de esconder sus referencias) y otros cuidados detalles que van amasando esa atm¨®sfera perseverante y adhesiva que distingue la ficci¨®n.
Estas son las principales referencias cinematogr¨¢ficas que utiliza Esmail en la absorbente est¨¦tica de Homecoming.
La conversaci¨®n (1974)
Director: Francis Ford Coppola
Una de las referencias m¨¢s pertinentes, tanto en fondo como en forma, es el thriller que Francis Ford Coppola dirigi¨® tras el subid¨®n de El padrino. Gene Hackman se pone en la piel de un detective privado en un caso aparentemente insignificante. Sin embargo, bajo esa banalidad, descubre que se esconde un tejido m¨¢s turbio y amenazante. Rollos de cintas de audio que anticipan un vuelco en su vida a medida que empieza a enfangarse con el caso. En definitiva, un cazador cazado nadando en un mar de desconcierto.
Vestida para matar (1980) y Fascinaci¨®n (1976)
Director: Brian de Palma
Adem¨¢s de recurrir a recursos est¨¦ticos adoptados por Brian de Palma ¡ªa su vez inspirados por el cine de Hitchcock, de quien sigue siendo uno de sus disc¨ªpulos m¨¢s consumados¡ª la serie instala su quehacer narrativo en esos misterios envueltos por una inquietante atm¨®sfera. Esas intrigas alojadas en personajes de identidad incierta, en el caso de Homecoming, desconfigurada y desprogramada. Esa sensaci¨®n latente de estar ante un elemento desestabilizador que, a su vez, da pie al desarrollo de la trama. Varias pel¨ªculas de De Palma tendr¨ªan espacio en esta lista, quiz¨¢s las m¨¢s claras en la paleta utilizada por Esmail sean las dos seleccionadas.
V¨¦rtigo (1958)
Director: Alfred Hitchcock
Resulta dif¨ªcil desprenderse de la holgada sombra del maestro del suspense cuando se aborda un g¨¦nero al que puso sus pilares m¨¢s estables. El creador m¨¢s dotado de la intriga es invocado en los fotogramas de Homecoming. Especialmente a trav¨¦s de una de sus obras m¨¢s recurridas por cineastas de toda ¨ªndole. Los espirales de confusi¨®n son invocados por Esmail en su telara?a de enigmas. Adem¨¢s de citar V¨¦rtigo a nivel visual mediante planos y el trabajo interno de sus encuadres, el estado de confusi¨®n de identidad que promulgaba el de Psicosis en la pel¨ªcula de James Stewart y Kim Novak fue seguro una referencia insistente durante los preparativos y el rodaje de la serie de Amazon.
Todos los hombres del presidente (1976)
Director: Alan J. Pakula
El a?orado Alan J. Pakula, con la complicidad del recientemente desaparecido William Goldman, arm¨® en 1976 un thriller pol¨ªtico seminal dentro de la historia del s¨¦ptimo arte. Alentados por el caso Watergate, destapado por los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, y adaptando el propio libro escrito por los dos h¨¦roes del Washington Post, el binomio Pakula y Goldman urd¨ªa un intenso thriller sobre las cloacas del estado y las verdades oficiales y oficiosas. Una carga de aprieto alrededor de esa distancia que separa la ¨¦tica period¨ªstica de esa sensaci¨®n creciente de estar jug¨¢ndose el pellejo en el intento de cumplir con la obligaci¨®n profesional. Una inquietud que de alg¨²n modo queda traspasada en los recovecos del serial norteamericano. No solo en el anodino agente del Departamento de estado ¡ªinterpretado por Shea Whigham¡ª, y toda la investigaci¨®n que lleva a cabo para esclarecer lo sucedido, sino por ese trasunto de cuestionar esa versi¨®n oficial que suplanta una verdad inc¨®moda y peligrosa, as¨ª como por toda la huella est¨¦tica a la hora de componer el entorno laboral del personaje de Carrasco.
El ¨²ltimo testigo (1974)
Director: Alan J. Pakula
Pakula fue el gran instigador del thriller de la paranoia desde el seno de Hollywood. Adem¨¢s de la arriba citada, su trilog¨ªa sobre este tema la completaron Klute y El ¨²ltimo testigo (The Parallax View fue su t¨ªtulo en la versi¨®n original). Este ¨²ltimo giraba alrededor del callej¨®n sin salida en que se ve envuelto un periodista, que junto a otro seis, es testimonio del asesinato de un senador. Tras la muerte de los otros seis periodistas, el cerco se acerca irremediablemente hacia ¨¦l. ?l era Warren Beatty en esta obra de 1974.
Los tres d¨ªas del C¨®ndor (1975)
Director: Sydney Pollack
Otro referente de la intriga conspirativa de la d¨¦cada de los setenta lo estableci¨® el director de Memorias de ?frica con la historia de un funcionario de la CIA (Robert Redford) encargado de descifrar mensajes ocultos que podr¨ªan suponer un peligro para la seguridad del pa¨ªs. Un d¨ªa, en su vuelta a la oficina, descubre que todos sus compa?eros han sido asesinados. Un complot que ha evitado de milagro y que le perseguir¨¢ durante fren¨¦ticas jornadas intentado esclarecer su origen y el porqu¨¦. Hay paralelismos entre el personaje de Redford y el que interpreta Shea Whigham en el serial de Amazon.
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