A solas con Bruce Springsteen
Uno de los ¨²timos espect¨¢culos del roquero en Broadway, mezcla de m¨®nologo confesional y repaso ac¨²stico a sus grandes ¨¦xitos, llegar¨¢ a Netflix el 16 de diciembre en forma de documental
Bruce Springsteen en el Walter Kerr. Un peque?o teatro de Broadway para unas 900 personas. Tres veces a la semana. ?l solo, sin banda. Las entradas se agotan el d¨ªa que salen a la venta. Unos 2.000 d¨®lares en la reventa. Me inscribo todos los d¨ªas en el sorteo de tickets del teatro, pero nunca toca. De repente, me llaman para hacer una cr¨®nica. Y me toca de verdad.
No es un concierto al uso. Es un espect¨¢culo de Broadway que combina el mon¨®logo con la m¨²sica, y aunque parezca que los comentarios del m¨²sico de Nueva Jersey sean improvisados, hay mucho trabajo actoral detr¨¢s. Sorprende al principio que hable tanto, da la sensaci¨®n de que estamos en su local de ensayos. Coge la guitarra y empieza a tocar Growin¡¯ Up pero se detiene para hablar. Habla de manera ir¨®nica sobre su vida y su manera de ser, y la gente lo pasa bien.
Pero no todo es humor. Cuenta pasajes muy duros de su infancia. Se sienta al piano para tocar My Hometown. Evoca el ¨¢rbol en el que jugaba con su hermana. El recuerdo de su padre, que quemaba su vida entre el trabajo y el bar. Iban a buscarlo al pub para tratar de llevarlo a casa. Quer¨ªa mucho a su padre. Era su h¨¦roe, un h¨¦roe ausente y derrotado. En sus primeros conciertos, Springsteen se pon¨ªa el buzo obrero. Quer¨ªa cantar con la voz de su padre, que le esperaba sentado a oscuras en la cocina. ¡°Ahora s¨¦ que lo que ten¨ªa era depresi¨®n¡±.
Su madre era todo lo contrario. Muy vital, la que sosten¨ªa la idea de familia. ¡°Mi madre era joven en plena II Guerra Mundial. Bailaba mucho, bailar era necesario para sobrevivir¡±. Ahora la visita en la residencia, y aunque casi no habla, Bruce le pone m¨²sica y ella mueve las manos. Baila. ¡°Mi madre sigue bailando para sobrevivir¡±.
Nueva Jersey est¨¢ muy presente. El pueblo del que siempre quiso huir, aunque nunca lo consigui¨® del todo. ¡°Vivo a 10 minutos del lugar donde nac¨ª¡±. La gente se r¨ªe. Un d¨ªa, su hermana se cas¨® y ¨¦l quiso salir de casa para recorrer el pa¨ªs. ¡°El pa¨ªs era hermoso entonces¡±. No hab¨ªa m¨®vil y te pod¨ªas perder completamente. Es la ¨¦poca de sus discos m¨¢s personales. Toca Thunder Road y The Promised Land,?solo con guitarra y arm¨®nica. Se acerca al p¨²blico y canta sin micro.
Hab¨ªa un cantante que le entusiasmaba, para ¨¦l era el mejor cantante del mundo, Walter Cichone. Siempre iba vestido con traje, muy elegante. Bruce lo admiraba, e iba a verlo todas las noches y trataba de copiar sus movimientos en casa. Walter y los miembros de su maravillosa banda murieron en la guerra de Vietnam. Springsteen se pregunta por qu¨¦ enviaron a todos esos j¨®venes a la muerte si los que mandaban sab¨ªan que no iban a ganar. As¨ª naci¨® Born in the USA. Una canci¨®n no patri¨®tica, sino antibelicista, y que ¨¦l interpreta como un blues roto.
Sobrecogen las palabras sobre Clarence Clemons, su gran amigo desde 1972 y muerto en 2011. Form¨® parte de la E Street Band desde su primer disco, Greetings from Ashbury Park. Habla de la seguridad que le daba su amigo y cuenta que en una banda de rock lo m¨¢s importante no es que los m¨²sicos sean los mejores, sino la comuni¨®n que se crea entre ellos. Por eso siempre toca con los mismos, aunque no sean los mejores.
Uno de los momentos m¨¢s bellos llega con un dueto con Patti Scialfa, su esposa desde hace m¨¢s de 30 a?os, en Tougher than the Rest, interpretada al piano, sobre la dificultad de las largas relaciones de pareja, y de que la vida siempre te obliga a elegir. Y en cada elecci¨®n hay una duda. Hay un momento para la pol¨ªtica, sobre la necesidad de tomar parte en la vida p¨²blica. ¡°Mucha gente dio su vida por las libertades. Y ahora veo que todo eso por lo que luchamos hace a?os y que pens¨¢bamos superado, todo eso, se est¨¢ poniendo en duda¡±.
Dancing in the Dark y Land of Hope and Dreams, interpretadas sin interrupci¨®n, son una invitaci¨®n al baile y a vivir la vida. En un largo y emotivo mon¨®logo final habla de los que est¨¢n y los que faltan. ¡°Todos est¨¢n conmigo, mi padre, Clemence, Walter¡, todos est¨¢n aqu¨ª. Todos viven en m¨ª porque los recuerdo¡±. Seg¨²n Bruce, las almas son cabezotas y no nos abandonan tan f¨¢cilmente. Acaba dese¨¢ndonos suerte, suerte con vuestras vidas y con nuestros seres queridos, y toca Born to Run.Vuelvo a casa contento pero tocado emocionalmente. Me acuerdo de los m¨ªos, de mis padres, del amigo que falleci¨®. Es lo que tiene Bruce. Siempre te hace sentirte parte. Es honesto y humano. Y un gran artista.
Babelia
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