Teresa Carre?o, la prodigiosa pianista de fama mundial
La tambi¨¦n compositora, cantante de ¨®pera y directora de orquesta, considerada la int¨¦rprete m¨¢s importante de los ¨²ltimos siglos, rentabiliz¨® econ¨®micamente su talento desde ni?a
Trabajadora infatigable, tanto que tuvieron que prescribirle descanso absoluto en sus ¨²ltimos meses de vida por los graves problemas de salud derivados de su agotamiento, y viajera incansable, primero emigrante por la situaci¨®n econ¨®mica de su pa¨ªs, pero m¨¢s tarde como divulgadora y estrella musical por cuatro continentes, Teresa Carre?o se dedic¨® en cuerpo y alma a la m¨²sica hasta ser considerada la pianista m¨¢s grande de los ¨²ltimos dos siglos.
La sensibilidad, la perseverancia, el amor por la libertad y una personalidad arrolladora la convirtieron en una adelantada de su tiempo en los usos y costumbres sociales. Cuatro matrimonios y siete hijos, innumerables viajes por medio mundo, emprendedora y empresaria, pero, por encima de todo, una virtuosa del piano que se code¨® con los maestros europeos m¨¢s importantes de la ¨¦poca, como Ravel, Debussy, Gounod, Rossini, Brahms o Liszt. Todos alabaron su estilo y ejecuci¨®n. La cr¨ªtica casi siempre estuvo de su lado, y su t¨¦cnica, descrita por ella como el arte de ¡°jugar con el instrumento¡±, revolucion¨® los c¨¢nones de la ortodoxia del vanguardismo alem¨¢n de finales del siglo XIX.
Mar¨ªa Teresa Gertrudis de Jes¨²s Carre?o Garc¨ªa naci¨® el 22 de diciembre de 1853, en Caracas. Su madre era prima de la mujer del h¨¦roe nacional del pa¨ªs, Sim¨®n Bol¨ªvar, su abuelo fue un compositor muy reconocido y su padre, Manuel Antonio Carre?o, fue ministro de Finanzas de Venezuela y hered¨® el amor por el piano. As¨ª es como la peque?a Teresa se cri¨® en un ambiente c¨®modo y de abundancia y con todas las facilidades para, guiada por su progenitor, dedicarse a la m¨²sica desde que aprendi¨® a andar.
Cuando ten¨ªa 5 a?os Teresa Carre?o ya practicaba con m¨¢s de 500 ejercicios musicales compuestos por su padre que conten¨ªan dificultades t¨¦cnicas y de ritmo. Continu¨® sus estudios con los pianistas Jules Hohen¨¦ y Georges Mathias, pero su vida de comodidades y atenciones exclusivas dio un giro cuando la situaci¨®n del pa¨ªs y la familiar cambiaron al arrastrar la primera a la segunda: en 1862, cuando a¨²n no hab¨ªa cumplido 9 a?os, la familia Carre?o Garc¨ªa abandon¨® Venezuela por la dif¨ªcil situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica que atravesaba el pa¨ªs. El 1 de agosto la familia parti¨® a Nueva York dejando a la hija mayor, de 15 a?os de edad, para contraer matrimonio.
De forma inmediata Teresa Carre?o recibi¨® clases del famoso maestro de origen alem¨¢n Louis Moreau Gottschalk y de Anton Rubinstein, y comenz¨® a amortizar sus progresos y claras capacidades con peque?os conciertos privados a amigos de la familia, con los que acrecent¨® su fama y contribuy¨® a sostener econ¨®micamente a la suya. Su primer concierto p¨²blico tuvo lugar el 25 de noviembre de ese a?o en la sala Irving Hall de Nueva York. La cr¨ªtica fue tan favorable que en los siguientes 36 d¨ªas hasta el final de a?o la ni?a ofreci¨® cinco presentaciones m¨¢s, entre las que destac¨® la de la Academia de M¨²sica de Brooklyn.
Un a?o despu¨¦s, en oto?o de 1863, y sin llegar a¨²n a los pedales del piano, ofreci¨® un concierto privado en la Casa Blanca ante Abraham Lincoln, en el que interpret¨® varias piezas de su maestro Gottschalk, uno de los favoritos del presidente norteamericano. Como an¨¦cdota, recordada a?os despu¨¦s por ella misma, se dio cuenta de que el piano de cola del recinto presidencial estaba desafinado y se enrabiet¨® diciendo que no tocar¨ªa m¨¢s, aunque Lincoln logr¨® que accediera a interpretar una sus canciones favoritas, ¡®Listen to the mocking bird¡¯ (Escuchar al ruise?or) y la peque?a lo hizo con algunas variaciones respecto a la partitura original.
Con esa edad, 9 a?os, y considerada una ni?a prodigio, Carre?o debut¨® como solista con la Orquesta Sinf¨®nica de Boston y con la Filarm¨®nica de Londres, y comenz¨® una carrera imparable de conciertos por La Habana (Cuba), pero tambi¨¦n por Estados Unidos en ciudades como Filadelfia, Miami, Baltimore¡, entre otras. Con el mismo ¨¦xito, debut¨® en Par¨ªs el 3 de mayo de 1866, y a esta actividad le siguieron varias presentaciones que le permitieron introducirse en el medio musical de la capital francesa. All¨ª conoci¨® a celebridades mundiales de la m¨²sica como los compositores Rossini, Gounod, Debussy, Brahms, Ravel y Vivier. Tuvo la oportunidad de tocar con Franz Liszt, al que dej¨® asombrado con sus facultades interpretativas. El compositor italiano Gioacchino Rossini y a la cantante oper¨¢tica Adelina Patti la motivaron para que estudiara canto, y as¨ª fue como tambi¨¦n debut¨® como mezzosoprano en la ¨®pera ¡®Los hugonotes¡¯, de Giacomo Meyerbeer.
De Par¨ªs viaj¨® tambi¨¦n a Espa?a y, sin apenas descanso, continu¨® ofreciendo conciertos por medio mundo. A los 19 a?os, en 1873, contrajo matrimonio con Emile Sauret, un violinista con quien tuvo al a?o siguiente a su primera hija, Emilia Sauret Carre?o. Sin embargo, la dedicaci¨®n de Teresa a la m¨²sica la obligaban a dejarla al cuidado de una amiga alemana. Teresa perdi¨® a su segundo hijo y experiment¨® sus primeros fracasos en una gira musical organizada por ella. El matrimonio acab¨® separ¨¢ndose y, ante las dificultades econ¨®micas, la pianista acept¨® la terrible propuesta de su amiga alemana de adoptar a su hija con la condici¨®n de que no la viese nunca m¨¢s.
En 1876 Teresa se cas¨® con el bar¨ªtono italiano Giovanni Tagliapietra, integrante de la compa?¨ªa con la que estaba de gira y fundaron una empresa de conciertos, la Carre?o-Donaldi Operatic Gem Company. Teresa tuvo tres hijos: Lul¨² (1878), Teresita (1882) y Giovanni (1885), a los que se dedic¨® en cuerpo y alma tratando de compaginar su actividad empresarial y musical y para no cometer el mismo error que con su primera hija dada en adopci¨®n.
En febrero de 1887 regres¨® a su Venezuela natal invitada por presidente Guzm¨¢n Blanco, pero sufri¨® su segundo fracaso profesional. La escasa calidad de su compa?¨ªa de ¨®pera, unida al rechazo del p¨²blico por relacionarla con la propaganda pol¨ªtica gubernamental y adem¨¢s el hecho de que fuera divorciada, algo impensable en aquel momento, convirtieron aquella estancia en un martirio. Tanto fue as¨ª que incluso la noche de la primera funci¨®n el director no se present¨® y fue cuando Teresa, obligada por las circunstancias, debut¨® como directora de orquesta para no suspenderla.
Adem¨¢s, el Tribunal de Comercio del Distrito Federal oblig¨® a que Teresa permaneciera en el pa¨ªs por una demanda de deudas de uno de los miembros de la compa?¨ªa, si bien, al final, con ayuda del presidente Guzm¨¢n Blanco pudo regresar a Estados Unidos seis meses despu¨¦s. A pesar de que solo en dos ocasiones estuvo en Venezuela, y por 10 a?os en total, conserv¨® siempre su nacionalidad de nacimiento.
En 1889 Teresa Carre?o se separ¨® de su segundo marido y se estableci¨® con sus hijos en Alemania, donde continu¨® ofreciendo conciertos y se gan¨® el respeto del exigente p¨²blico, consagr¨¢ndose como concertista de fama internacional. All¨ª contrajo matrimonio por tercera vez, en esta ocasi¨®n con el famoso pianista Eugen d¡¯Albert, con quien tuvo dos hijas m¨¢s: Eugenia y Hertha, pero no fue su ¨²ltimo matrimonio, ya que en 1902 se cas¨® con Arturo Tagliapietra, hermano de su segundo esposo, Giovanni.
Al estallar la Primera Guerra Mundial Teresa inici¨® una gira por Espa?a, Cuba y Estados Unidos. En 1917 prepar¨® una gira por Sudam¨¦rica, pero antes de realizarla ofreci¨® un exitoso concierto con la Filarm¨®nica de La Habana. Al acabar ¨¦ste se sinti¨® indispuesta y el m¨¦dico que la atendi¨® la aconsej¨® que cancelara sus compromisos art¨ªsticos y regresara a Nueva York. En Estados Unidos le diagnosticaron par¨¢lisis parcial del nervio ¨®ptico, que amenazaba con extenderse al cerebro. Le prescribieron reposo absoluto y una dieta, pero a pesar de todas las precauciones falleci¨® el 12 de junio de ese mismo a?o, a los 63 a?os, en su apartamento de Manhattan, donde en el a?o 2003 se descubri¨® una placa conmemorativa en su nombre. Sus cenizas fueron llevadas a Venezuela en 1938 y desde el 9 de diciembre de 1977 reposan en el Pante¨®n Nacional. En su honor, el principal complejo cultural de Caracas, inaugurado en 1983, lleva su nombre.
En sus m¨¢s de 50 a?os de carrera profesional Teresa Carre?o destac¨® como pianista, cantante de ¨®pera, empresaria art¨ªstica y consejera y maestra de generaciones de artistas de su tiempo. Entre sus m¨¢s de 75 obras como compositora figuran el ¡®Himno a Bol¨ªvar¡¯, ¡®Saludo a Caracas¡¯, el vals ¡®A Teresita¡¯, dedicado a su hija y el ¡®Cuarteto para cuerdas en si bemol¡¯, un legado de incalculable valor para una venezolana ilustre de fama mundial y cuya m¨²sica sigue de actualidad.
Babelia
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