Un l¨¢piz y tres colores para retratar el paso por el psiqui¨¢trico
En ¡®Duermo mucho¡¯ Maria Manonelles vuelca su experiencia en el hospital y reflexiona sobre lo normal y lo anormal
Maria Manonelles (Ibiza, 1996) utiliz¨® un solo l¨¢piz para retratar su estancia en un psiqui¨¢trico. Se plante¨® utilizar l¨¢pices de tres colores diferentes para ilustrar la experiencia, pero lo descart¨® por pragmatismo: cada vez que ten¨ªa que sacar punta al l¨¢piz, ten¨ªa que pedir permiso al personal m¨¦dico. Cualquier objeto afilado, cualquier objeto que pueda servir para quitarse la vida, est¨¢ prohibido en la Unidad de hospitalizaci¨®n de agudos del Parque de Salud del Mar, en Barcelona.
¡°Ten¨ªa que dibujar porque tengo mala memoria. Me dec¨ªa que cada detalle era muy importante, que ten¨ªa que anotarlo¡±, cuenta Manonelles en su apartamento en el barrio de Gracia, un piso compartido con otras tres personas, dos gatos y un h¨¢mster. Manonelles autoedit¨® una primera versi¨®n de Duermo mucho, y ahora la editorial Fragile Movement lo publica ampliado. El relato es duro, pero con dosis de humor, como las palabras que la autora escribe para cerrar el libro, tras cinco semanas ingresada: ¡°Me echaron porque ellos necesitan camas. Y yo duermo mucho. Rob¨¦ el pijama¡±.
Manonelles dibuja al principio de Duermo mucho ocho figuras que parecen maniqu¨ªs crispados, para mostrar sus atuendos pero tambi¨¦n la desnudez en el hospital, y para dar cuenta de su predilecci¨®n por aquel pijama: ¡°Me dieron un pijama azul muy grande, y como me quedaba muy escotado y en la unidad hac¨ªa mucho fr¨ªo, me ofrecieron un esparadrapo para acabar de cerrarme la camisa. Aunque el pijama era inc¨®modo para dormir y ten¨ªa que doblarme los pantalones para no arrastrarlos por el suelo, me gustaba llevarlo puesto. Siempre me ha gustado llevar uniformes en el trabajo y a¨²n no hab¨ªa tenido la oportunidad de vestir el uniforme oficial de loca¡±.
Me reconocen un 45% de discapacidad. Otros se lo tomar¨ªan mal, pero es bueno reconocer tus l¨ªmites, vives mejor si lo haces. Si no asumes tus l¨ªmites, te la pegar¨¢s
A Manonelles le diagnosticaron trastorno de personalidad mixto, adem¨¢s de ansiedad y depresi¨®n. Recibi¨® este 24 de diciembre lo que ella considera un regalo, su tarjeta de discapacidad de la Generalitat: ¡°Tendr¨¦ estudios gratis, descuentos en el transporte... Me reconocen un 45% de discapacidad. Otros se lo tomar¨ªan mal, pero es bueno reconocer tus l¨ªmites, vives mejor si lo haces. Si no asumes tus l¨ªmites, te la pegar¨¢s¡±. Manonelles descubri¨® sus l¨ªmites en verano de 2016. Trabajaba ocho horas diarias en una empresa de audiovisuales y por la tarde asist¨ªa a sus estudios de dibujo en la Escuela Massana. ¡°Pet¨¦ porque yo no estoy capacitada para mantener una jornada laboral normal¡±, dice Manonelles. Por petar se entiende lo que ella expone en dos p¨¢ginas de Duermo mucho:¡°Mi cabeza no pod¨ªa y no pod¨ªa, no pod¨ªa, no pod¨ªa, no puede, mi cabeza, no, no puede, no s¨¦ qu¨¦ hacer, no puedo, no puedo, no puedo¡±. Antes del ingreso, su psic¨®loga le hab¨ªa pedido que dibujara sus sensaciones mientras sufr¨ªa ataques de ansiedad. Manonelles construye una escena superponiendo todos aquellos dibujos. El resultado es una nube de oscuridad que engulle a la protagonista.
Manonelles introdujo posteriormente en el libro detalles en azul. Blanco, negro y azul son los colores de Duermo mucho porque son los colores corporativos del Hospital del Mar. Se acostumbr¨® tanto al azul y blanco que tras salir del centro, compr¨® para su casa objetos de Ikea de estos colores. La mayor¨ªa de dibujos fueron realizados durante su ingreso. Los que cre¨® despu¨¦s parecen tener una voluntad m¨¢s estil¨ªstica y menos emocional. Como una chumbera que simboliza las cartas que le mandaba su abuela desde Ibiza. Su abuela le hablaba de la naturaleza, de su infancia y de un futuro optimista: ¡°Ten¨ªa que prever que una se?ora que colecciona peluches y los cuelga en ¨¢rboles y en las plantas del jard¨ªn para recrear una selva me escribir¨ªa algo diferente¡±. Manonelles se plantea otro libro a partir de las cartas con dibujos y recortes que le manda su abuela.
Duermo mucho tambi¨¦n sirve para reflexionar sobre la delgada l¨ªnea que utilizamos para diferenciar entre lo normal y lo anormal. Sus padres, divorciados, la visitaban juntos durante el ingreso, en una extra?a unidad familiar; en las dos horas diarias permitidas para salir del centro, su madre cazaba pok¨¦mon con el m¨®vil mientras paseaban por el frente mar¨ªtimo; otro interno consegu¨ªa entretenerla coleccionando anuncios de electrodom¨¦sticos que encontraban en los ejemplares de prensa que ten¨ªa el hospital.
Manonelles solo pierde un momento la sonrisa durante la entrevista, cuando al periodista se le escapa una expresi¨®n de compasi¨®n. El libro empieza con la ilustraci¨®n de dos butacas parecidas a los sillones de trabajo del dentista. Eran las sillas ¡°c¨®modas¡±, dice Manonenlles, las que ten¨ªan vistas al mar en la unidad. Detr¨¢s de las butacas crecen dos sombras: ¡°Representan lo que la gente no ve de la enfermedad mental¡±. Su interlocutor lo lamenta, pero ella corta, tajante: ¡°Nada de compadecerse, es peor¡±.
Un santoral feminista
Maria Manonelles est¨¢ enfrascada en un segundo trabajo, sobre las mujeres en la iglesia cat¨®lica. Ha realizado recesos espirituales en Montserrat, estudia la vida de monjas y de santas. El objetivo es crear una suerte de santoral feminista, aproximarse a su historia de forma diferente a lo que encontramos habitualmente en los museos, dice Manonelles. Pone como ejemplos a santa Dimpna, que fue ermita?a en Geel (B¨¦lgica) y a donde todav¨ªa hoy peregrinan personas con enfermedades mentales, o a santa Eulalia: ¡°El arte siempre retrata el martirio de Santa Eulalia, yo preferir¨¦ mostrar el momento ¨¦pico en el que, siendo ni?a, se planta ante el gobernador romano por haber prohibido el culto cristiano¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.