Bienvenidos al a?o del ¡®sfumato¡¯
Dos efem¨¦rides coincidir¨¢n en 2019, el quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci y el a?o en que Ridley Scott sit¨²a 'Blade Runner'. Justo un siglo atr¨¢s Duchamp masculiniz¨® el cuadro m¨¢s famoso del mundo
Una de las ¨²ltimas creaciones de Leonardo da Vinci (1452-1519) es un conjunto de dibujos de unos personajes disfrazados para lo que parece una mascarada. Est¨¢n pintados al carboncillo, con trazo firme y preciso, y a la vez envueltos en un fondo neblinoso. Hay un jinete con un sofisticado sombrero de ala ancha que monta un caballito de madera, un joven con unas vaporosas mangas que lleva al cinto un cuerno de caza, un andrajoso mendigo que parece m¨¢s un actor y una mujer de potentes piernas que hacen pensar que se trata de un hombre. Leonardo titul¨® este ¨²ltimo dibujo La Dama que se?ala, y es ciertamente inquietante. Su cuerpo est¨¢ representado de perfil, un brazo apunta hacia delante mientras la cabeza se vuelve hacia nosotros. Tiene la misma sonrisa enigm¨¢tica que la Mona Lisa. Es posible que Leonardo la pintara en paralelo a su retrato m¨¢s famoso y que le llev¨® 16 largos a?os de asertivos toques y pentimentos (1503-1519). En ¨¦l, la esposa de Francesco del Giocondo hace con su mano derecha un gesto de admonici¨®n que recuerda al del ¨¢ngel bizco de Paul Klee que ¡°entona su himno frente a Dios antes de disolverse en la nada¡± (Walter Benjamin).
Leonardo da Vinci falleci¨® el 2 de mayo de 1519. En pocos meses habr¨¢ transcurrido medio milenio de eras malgastadas y acontecimientos que jam¨¢s hubi¨¦ramos imaginado o que quiz¨¢s se han perdido ya en el tiempo, como l¨¢grimas en la lluvia. Servir¨¢n, al menos, para pensar en la urgencia de volver a las lecciones del sabio humanista que, bajo la piel de la pintura, dispuso las bases de la posterior revoluci¨®n cient¨ªfica y de tantas narraciones visuales que comenzaron con las palabras de Zaratustra a la multitud: ¡°Estamos cansados del hombre. El ser humano es algo que debe ser superado¡±. Nietzsche no se refer¨ªa a una evoluci¨®n en clave darwinista, sino a la creaci¨®n de una nueva naturaleza, una biol¨ªtica en la que la especie humana no ser¨ªa m¨¢s que un puente natural entre el simio y el poshumano, un ser dise?ado por el propio hombre para sucederle y superarle. Un ultrahombre.
El realizador norteamericano Ridley Scott situ¨® los acontecimientos de su Blade Runner (1982) en el mes de noviembre de 2019. El filme est¨¢ inspirado en la novela de Philip K. Dick ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? y plantea el dilema del presente corrompido dominado por la posibilidad del perfeccionamiento gen¨¦tico, la procreaci¨®n artificial y la transferencia mental a organismos cibern¨¦ticos. Entre estas dos efem¨¦rides ¡ªla muerte de Da Vinci y la pel¨ªcula protagonizada por unos seres m¨¢s humanos que los humanos¡ª hay curiosos paralelismos que en alg¨²n momento aparecen atravesados por la simp¨¢tica mirada de Marcel Duchamp, el m¨¢s significativo es que el artista franc¨¦s fue el primer ¡°contempor¨¢neo¡± en seguir las lecciones de Leonardo sobre el arte entendido como ¡°cosa mentale¡±. Para devolverle el favor de la lecci¨®n aprendida, Duchamp, que ya hab¨ªa decidido abandonar la pintura por considerarla ¡°un asunto meramente olfativo y retiniano¡±, escogi¨® el a?o 1919, justo cuatro siglos despu¨¦s de que Leonardo concluyera su Gioconda, para crear L.H.O.O.Q., un ready made hecho sobre una postal barata donde se ve a Mona Lisa con un bigote y una perilla pintados sobre su famosa sonrisa. Pas mal, si consideramos que el propio Leonardo contaba tambi¨¦n con una copia, ¡°la Gioconda del taller de Leonardo¡± (1516, Museo del Prado). Como la replicante Rachel (Sean Young), la bella criatura que sedujo al implacable Rick Deckard (Harrison Ford), el ¨®leo de Da Vinci sigue siendo un misterio. La teor¨ªa m¨¢s divulgada es que podr¨ªa ser un autorretrato travestido del propio Leonardo. A Duchamp tambi¨¦n le gustaba travestirse, prueba de ello es su alter ego Rrose S¨¦lavy.
Otro aspecto que conecta la visi¨®n del Leonardo matem¨¢tico con el futuro tecnol¨®gico es el anhelo humano de volar. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910) es un ensayo de Sigmund Freud donde se aplica el psicoan¨¢lisis cl¨ªnico a una fantas¨ªa de ni?o. M¨¢s all¨¢ de algunas consideraciones sobre el amor del beb¨¦ hacia la madre y la conexi¨®n er¨®tica cola-boca-pecho, lo relevante del texto de Freud es que narra, a partir de los cuadernos de Leonardo, c¨®mo el peque?o habr¨ªa sido visitado en su cuna por un ave, el milano, que le introduce la cola en la boca (¡°con su cola abri¨® mi boca y la golpe¨® dos veces¡±).
El propio Da Vinci anot¨® que ¡°es en el milano donde mejor se observan los mecanismos del vuelo¡±, en especial los movimientos de la cola, que tendr¨ªan las caracter¨ªsticas apropiadas para dise?ar un ingenio volador tan sofisticado como los temibles cazas del filme de Scott planeando sobre una megal¨®polis desdibujada por los anuncios luminosos y el sfumato de gases y cocinas callejeras.
Ahora sabemos lo que ocurri¨® en 2019. Podemos deshacerlo, mejorarlo o dejarlo en lo que fue. Una mascarada.
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