Una Villa Rotonda del siglo XXI
Emilio Tu?¨®n actualiza la famosa villa de Palladio arraigando la modernidad y cambiando solemnidad por sobriedad
Lo que no es tradici¨®n es plagio. Esa idea de Eugenio d¡¯Ors que empuja a digerir el conocimiento para volver a alumbrarlo es la que mejor describe la casa que Emilio Tu?¨®n ha construido en C¨¢ceres.
Aunque hay una arquitectura que busca representar a su tiempo, tal vez uno de los mayores logros de un edificio sea lo contrario: quedar fuera del tiempo. No sucede solo con inmuebles que revisan estilos cl¨¢sicos, ocurre tambi¨¦n con la vanguardia. Hay casas de principios del siglo XX ¡ªla Schroeder de Gerrit Rietveld o las de los profesores de la Bauhaus de Walter Gropius¡ª para las que todav¨ªa no ha llegado el momento. Aunque la sobriedad y la prudencia vacunan contra el desgaste de las modas, la arquitectura se desentiende del tiempo cuando lo que aporta es m¨¢s que esencial, sustancial, es decir, cuando establece una manera de relacionar el enclave y las personas.
Esta Casa de Piedra concita expectaci¨®n porque deja ver c¨®mo uno de los grandes arquitectos actuales ¡ªautor del Musac de Le¨®n o del Museo de las Colecciones Reales de Madrid¡ª trabaja en la escala peque?a. Tambi¨¦n porque Tu?¨®n hab¨ªa dise?ado muy pocas viviendas y siempre con su desaparecido socio Luis Moreno Mansilla. As¨ª, este proyecto ¡ªfirmado con Carlos Mart¨ªnez Albornoz¡ª evidencia un ideario maduro que antepone las necesidades de los otros a las de marcar el lugar. Lo hace respetando las encinas y recost¨¢ndose en la ladera para mirar la ciudad. La cuarcita local relaciona el nuevo edificio tanto con el solar, en la Sierrilla de C¨¢ceres, como con el centro hist¨®rico, donde Tu?¨®n remodel¨® la Fundaci¨®n Helga de Alvear ¡ªa punto de inaugurar su ampliaci¨®n¡ª y el hotel Atrio actualizando la huella arquitect¨®nica humilde y sin embargo regia de la ciudad.
Esta Casa de Piedra deja ver c¨®mo uno de los grandes arquitectos trabaja en escala peque?a
A este palacio de casi 500 metros es el respeto al sitio y la reinterpretaci¨®n de la tradici¨®n, y no los oropeles o el tama?o, lo que le confiere nobleza. Volum¨¦tricamente, es un prisma de planta cuadrada agujereado con tres huecos en cada una de sus cuatro fachadas. El granito enmarca esas aperturas. En el interior, nueve estancias rodean la magistral escalera central que organiza la circulaci¨®n. Son todas iguales. Pero su suma ¡ªpara el sal¨®n-comedor o si se descubre la cocina tras una corredera¡ª modifica y rehace el espacio. La planta cuadrada, la simetr¨ªa en torno a la escalera y la comunicaci¨®n de las estancias con el exterior remiten a la vez a la Villa Rotonda de Palladio ¡ªllamada as¨ª por la perfecci¨®n del c¨ªrculo imaginario en el que se inscrib¨ªa su planta cuadrada¡ª y al despojo que Adolf Loos pregonaba desde su lucha contra el ornamento. Por eso, la casa no puede ser m¨¢s cl¨¢sica ni m¨¢s contempor¨¢nea a la vez: desnudando el orden renacentista y vistiendo la modernidad, pasa a formar parte del lugar. Tan arraigada en la sierra como en la tradici¨®n, se le adivina un futuro fuera del tiempo de f¨¢cil mantenimiento ¡ªel que favorece la piedra¡ª y con ambici¨®n de que la vegetaci¨®n ¡ªincluido el paisajismo de Benavides Laperche¡ª mande pronto sobre ella.
El interior es un ejercicio de ebanister¨ªa y matem¨¢ticas. La base c¨¢lida de roble sirve para ocultar las instalaciones. La parte superior respira pintada de blanco y liberada de ruidos visuales. Un orden que no esclaviza caracteriza la casa, recoge las necesidades de los usuarios para que sean ellos los que se apropien de los espacios.
Sobre el mantenimiento de los edificios est¨¢ casi todo por escribir. Tenerlo en cuenta implica pensar en las personas. Ayudarlas no solo en los momentos felices ¡ªla inauguraci¨®n¡ª, sino previendo tambi¨¦n los dif¨ªciles: la limpieza o el d¨ªa en el que el servicio dom¨¦stico desaparezca. Han sido esos instantes los que han acabado con el sue?o de las mejores viviendas del siglo XX. Las que permanecen, fuera del tiempo, se mantienen tambi¨¦n por su previsi¨®n. Tener en cuenta el esfuerzo de los usuarios en las d¨¦cadas futuras confiere m¨¢s autoridad a un arquitecto que cualquier gesto arquitect¨®nico.
Por eso esta vivienda de Emilio Tu?¨®n es a la vez un marco para que suceda la vida y una capa m¨¢s de suelo en el lugar. Cede el protagonismo a la vegetaci¨®n y a las personas sin dejar de recordar que la mejor arquitectura ordena, pero no da ¨®rdenes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.