Escribir en lengua ajena
El gran cl¨¢sico del desarraigo 'Extra?a para m¨ª', de Eva Hoffman, concide en las librer¨ªas con 'En otras palabras', el libro en el que la estadounidense de origen bengal¨ª Jumpa Lahiri explica por qu¨¦ ha cambiado el ingl¨¦s por el italiano como lengua literaria
El totalitarismo, la guerra, el Holocausto, el exilio: he aqu¨ª cuatro fen¨®menos que definen el siglo XX. Y todos ellos generaron las mayores migraciones que ha vivido la humanidad. Migraciones que contin¨²an entrado el siglo XXI, sea a causa de la guerra, como en Irak y Siria; por reg¨ªmenes autoritarios, casos de Rusia y Turqu¨ªa, o por motivos econ¨®micos, en muchos pa¨ªses del continente africano.
Para un exiliado uno de los problemas m¨¢s graves es el de verse enfrentado a diario con una lengua que no es la suya. Si no poderse expresar adecuadamente ni hacerse entender es una de las cosas m¨¢s angustiosas que le puede suceder a un ser humano, en el caso de los escritores esta angustia puede ocupar el centro de su existencia. La lengua ?es o no es una se?a de identidad? Ante este dilema, los escritores reaccionaron de maneras distintas, empezando por la cuesti¨®n esencial: seguir escribiendo en la lengua materna o cambiar a la lengua de acogida. Muchos han sido y son los que optaron por el dif¨ªcil camino de cambiar de lengua de expresi¨®n, empezando por el caso cl¨¢sico de Joseph Conrad. Entre otros, Ir¨¨ne N¨¦mirovsky, Milan Kundera, Samuel Beckett, Eug¨¨ne Ionesco, Jorge Sempr¨²n, Tahar Ben Jelloun, Cioran y Jonathan Littell ennoblecieron las letras francesas; Emine Sevgi ?zdamar, las alemanas; Nabokov y Aleksandar Hemon, las americanas.
Sin embargo, en los escritores, no todos los exilios ni los cambios de lengua obedecen a razones exteriores. Tambi¨¦n los hay que responden a decisiones libres. Los escritores de expresi¨®n inglesa generaron una importante ola de exilio voluntario (James Joyce dec¨ªa que el exilio es una de las armas del escritor). Tambi¨¦n las ciudades biling¨¹es o multiling¨¹es (Praga, Trieste, Barcelona) crearon en sus escritores una sensaci¨®n de identidad incierta y de desarraigo (Franz Kafka se sent¨ªa culpable por escribir en alem¨¢n en vez de en checo, lengua m¨¢s peque?a, y Juan Goytisolo apuntaba: ¡°Catalanes en Madrid y castellanos en Barcelona, nuestra ubicaci¨®n es ambigua y contradictoria, amenazada de ostracismo por ambos lados¡±).
Al ejemplo cl¨¢sico de Joseph Conrad se suman Nabokov, Beckett, Kundera o Ionesco
Estos d¨ªas se han traducido al espa?ol dos libros que analizan lo que significa cambiar de lengua para quien tiene la escritura como su raz¨®n de ser. Se trata de dos mujeres, Eva Hoffman y Jhumpa Lahiri, la primera exiliada por razones pol¨ªticas, la segunda se enfrenta al cambio de lengua como un debate existencial.
Cambiar por obligaci¨®n
El libro autobiogr¨¢fico de Eva Hoff?man, Extra?a para m¨ª, empieza as¨ª: ¡°Abril de 1959. Estoy junto a la barandilla de la cubierta superior del Batory y siento que mi vida se acaba. Observo a la multitud reunida en la orilla para despedir al barco que zarpa de Gdynia ¡ªuna multitud que de repente est¨¢ irrevocablemente al otro lado¡ª y quiero huir, regresar, precipitarme hacia la excitaci¨®n familiar. No podemos abandonar todo esto, pero lo hacemos. Tengo trece a?os y emigramos. Es una noci¨®n tan demoledora, tan definitiva que podr¨ªa muy bien significar el fin del mundo¡±. As¨ª, con esta ¡°expulsi¨®n¡±, comienza la primera parte, ¡®Para¨ªso¡¯, del libro publicado originalmente en 1989. Un texto que se ha convertido con los a?os en un ensayo cl¨¢sico sobre el exilio y la vida en una nueva lengua, como lo es tambi¨¦n ¡®Reflexiones sobre el exilio¡¯, de Edward Said, publicado en 1984 en la revista Granta.
Eva Hoffman naci¨® en Cracovia en 1945, justo al acabar la guerra, hija mayor de supervivientes jud¨ªos polacos. En Cracovia, Eva aprendi¨® a tocar el piano con virtuosismo y experiment¨® su primer amor infantil. Sin embargo, m¨¢s que por el totalitarismo comunista fue a causa del antisemitismo polaco que la autora describe con todo lujo de detalles que la familia se vio obligada a abandonar su pa¨ªs. De entre dos opciones, los padres prefirieron el boscoso Canad¨¢ al des¨¦rtico Israel, no en vano durante la guerra el bosque se hab¨ªa convertido en su refugio y salvaci¨®n.
En el segundo cap¨ªtulo, ¡®Exilio¡¯, Eva y los suyos llegan a Vancouver, donde empiezan una vida en una nueva lengua y en un ¨¢mbito desconocido. La autora describe las percepciones que evoca en ella la sociedad canadiense de finales de los cincuenta. Si no fuera porque carec¨ªa de un hogar al que volver, la familia podr¨ªa vivir el traslado como una aventura; pero la p¨¦rdida irrevocable del pa¨ªs natal convierte su experiencia en tr¨¢gica. Los padres son demasiado mayores para cambiar su escala de valores, Eva y su hermana han perdido sus puntos de referencia y se sienten extraviadas en la nueva sociedad, tan competitiva y exigente.
Sin embargo, no queda otro remedio que adaptarse: Eva devora hamburguesas en coches descapotables llenos de adolescentes alborotadores, sale con chicos que la encuentran incomprensiblemente sofisticada y cuenta chistes que no resultan graciosos a nadie: los j¨®venes canadienses no comprenden el humor de la Europa del Este. Adem¨¢s, Eva nota que sus compa?eros ap¨¢ticos desestiman su faceta de virtuosa del piano, pero aun as¨ª la conserva como parte de su identidad.
Hoffman acaba resultando una extra?a tanto para sus propios padres como para los polacos de su generaci¨®n
Solo tras a?os de exposici¨®n al ingl¨¦s, ya en Nueva York tras sus estudios en Vancouver, Dallas y Boston, Eva decide renunciar al piano y con ¨¦l a su vieja identidad. Lo cuenta en el tercer y ¨²ltimo cap¨ªtulo, ¡®El Nuevo Mundo¡¯. Siente entonces que se ha convertido en una criatura h¨ªbrida cuyas dos terceras partes ¡°proceden de materiales americanos¡±; es ¡°una especie de extranjera residente¡±. A veces piensa en las palabras de Theodor Adorno, exiliado de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, que avis¨® a los inmigrantes que si pierden su condici¨®n de extranjeros perder¨¢n su alma. Eva se propone lo contrario: formar parte del ambiente intelectual de Nueva York como ensayista en ingl¨¦s y dejar de ser extranjera sin perderse a s¨ª misma. Cuando finalmente logra transformarse en una intelectual neoyorquina, acaba resultando una extra?a tanto para sus propios padres, aferrados a los valores de anta?o, como para los polacos de su propia generaci¨®n.
Este libro ingenioso y perspicaz, escrito con vivacidad e iron¨ªa, captura en t¨¦rminos profundamente humanos lo que es la esencia de la experiencia del exilio. Millones de personas se sintieron como la autora a lo largo del ¨²ltimo siglo y en las dos d¨¦cadas de este. Eva Hoffman acaba su ensayo concluyendo que, una vez perdido todo, al emigrante se le hace dif¨ªcil caer en brazos de cualquier fe, sea religiosa o pol¨ªtica. De manera que se convierte en aquel que no es de nadie ni de ning¨²n lugar, en el ¨²nico ser ¡°realmente irreligioso¡±.
Cambiar por elecci¨®n
Tambi¨¦n Jhumpa Lahiri escribe sobre el cambio de lengua en su ensayo En otras palabras, un texto tan sincero que se lee casi como una confesi¨®n. La escritora estadounidense de origen bengal¨ª siempre ha tratado en sus novelas y cuentos los temas de la nacionalidad y la ausencia de identidad, el sentido de pertenencia, la asimilaci¨®n y la p¨¦rdida voluntaria de la tradici¨®n. En este su primer libro de ensayo, la escritora comparte con el lector los motivos que la han llevado a cambiar de lengua de expresi¨®n literaria, del ingl¨¦s al italiano. Y es que de eso se trata: Jhumpa confiesa que su paso al italiano es irreversible.
Si para tantos escritores el cambio de lengua es doloroso, ?por qu¨¦ Lahiri, autora que escribe en la lengua m¨¢s hablada del mundo, decidi¨® dar este paso? En su libro confiesa que, a diferencia de su madre, que durante 50 a?os en el extranjero cultiv¨® sus ra¨ªces indias, la rebeli¨®n de la hija consisti¨® en asimilarse en Am¨¦rica. Lahiri considera Estados Unidos su pa¨ªs, su ingl¨¦s es perfecto, y su esfuerzo por conseguir su prop¨®sito de una asimilaci¨®n completa fue enorme. ?Por qu¨¦ entonces ha decidido abandonarlo?
Jhumpa Lahiri huye del ingl¨¦s a pesar de que entr¨® en ¨¦l por la puerta grande ganando el Pulitzer
Lahiri huye del ingl¨¦s. Huye de ¨¦l a pesar de que su italiano no resulta, hoy por hoy, tan brillante. Y no solo huye del idioma, sino de todo lo que esta lengua y cultura han simbolizado para ella. Durante casi toda su vida el ingl¨¦s y lo que encarna fue una lucha extenuante, ¡°un conflicto pasional, un continuo sentimiento de fracaso del que deriva casi toda mi angustia. El ingl¨¦s representa una cultura que deb¨ªa superar, interpretar. Tem¨ªa que representara una ruptura entre mis padres y yo¡±.
No obstante, fue en ingl¨¦s que Lahiri entr¨® en las letras internacionales por la puerta grande: el Premio Pulitzer a su ¨®pera prima, El int¨¦rprete del dolor. Sin embargo, su ¨¦xito le parece inmerecido, conseguido demasiado pronto y con excesiva facilidad. Por eso, con el cambio de lengua, la escritora desea recuperar la oportunidad de sentirse una aprendiza.
Al igual que todos los autores que han cambiado de pa¨ªs y de lengua, Jhumpa Lahiri podr¨ªa firmar lo que proclama Eva Hoffman: ¡°Porque he aprendido la relatividad de los significados culturales en mi propia piel, no puedo considerar definitivo un ¨²nico conjunto de significados. En mi vida p¨²blica, social, me situar¨¦ siempre en los intersticios entre culturas y subculturas. Encuentro en esta posici¨®n un punto de apoyo digno de Arqu¨ªmedes para contemplar el mundo¡±.
¡®Extra?a para m¨ª¡¯. Eva Hoffman. Traducci¨®n de Sergio S¨¢nchez. B¨¢ltica, 2018. 338 p¨¢ginas. 20,95 euros.
¡®En otras palabras¡¯. Jumpa Lahiri. Traducc8i¨®n de Marilena De Chiara Salamandra, 2019. 160 p¨¢ginas. 15 euros.
Grandes obras en otras palabras
Ir¨¨ne Nemirovsky, Suite francesa
La autora naci¨® y vivi¨® su infancia y adolescencia entre ciudades ucranianas y rusas. A ra¨ªz de la revoluci¨®n rusa la familia huy¨® a Francia a trav¨¦s de Finlandia. Suite francesa es la novela m¨¢s conocida de la autora. En ella Nemirovsky retrata el sobresalto que represent¨® la invasi¨®n nazi de Francia en 1940 y el ¨¦xodo que la sigui¨®. Como si se tratara de un documental cinematogr¨¢fico filmado en directo, Suite francesa dibuja el comportamiento de la gente que de repente se encuentra en una circunstancia sin precedentes, una situaci¨®n l¨ªmite. Es entonces cuando se revela lo m¨¢s rec¨®ndito del car¨¢cter de cada uno de los personajes. Solo un exiliado pod¨ªa escribir un libro como este sobre el desplazamiento f¨ªsico pero tambi¨¦n emocional, sobre la espera de la huida y el ¨¦xodo en s¨ª.
Nabokov, Pnin
El protagonista de la novela, Timofey Pnin, es una especie de doble de Nabokov. Ante todo, Pnin es el personaje m¨¢s aut¨¦ntico y entra?able de toda la obra nabokoviana. En su condici¨®n de exiliado ruso en Estados Unidos, que hab¨ªa pasado por Europa, al igual que el novelista, Pnin se esfuerza por mantenerse leal a s¨ª mismo. Es un personaje donquijotesco: hace lo que desde su punto de vista debe hacer, es firme y constante en sus ideales. Ese so?ador intenta luchar ¨Ca su manera, con un libro en la mano¨C contra los excesos del pragmatismo americano, al igual que Don Quijote se bat¨ªa contra los molinos de viento.
Kundera, La ignorancia
No hay retorno del exilio: este es el mensaje de La ignorancia, novela de pensamiento del autor de origen checo que hace un cuarto de siglo decidi¨® empezar a escribir en franc¨¦s. Durante la ausencia del exiliado, cuenta la novela a trav¨¦s de los personajes de Josef e Irena, la vida y las circunstancias han cambiado tanto en su pa¨ªs de origen, y su lengua materna ha sufrido una metamorfosis tan grande que el fugitivo que regresa a su patria no la reconoce como su casa. Por el otro lado, el exiliado tambi¨¦n ha cambiado. Durante su estancia en el pa¨ªs de adopci¨®n ha adquirido nuevos puntos de referencia y un nuevo sistema de valores y en su pa¨ªs de origen resulta un desconocido, un extranjero. El exiliado nunca m¨¢s pertenecer¨¢ a ning¨²n lugar concreto. Su identidad est¨¢ en el desarraigo.
Jonathan Littell, Las ben¨¦volas
Littell es un estadounidense que estudi¨® en Francia, reside en Barcelona y que usa el franc¨¦s como lengua literaria. La novela est¨¢ escrita en forma de memorias de un antiguo alto mando de las SS en las que este personaje ficcional narra sus actividades durante el Tercer Reich. La obra pone al lector en el coraz¨®n del horror nazi, m¨¢s que cualquier otro libro que se haya escrito sobre el tema. En su novela, cuyas intenciones y alcance hacen pensar en Guerra y paz de Tolstoi, el autor se introduce en la conciendia de un individuo cualquiera que se convierte en un asesino de masas.
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