El nuevo puzle de la arquitectura europea
Los 40 finalistas que aspiran al Premio Mies van der Rohe, entre ellos nueve proyectos con protagonismo espa?ol, revelan c¨®mo se est¨¢ reparando y reinventando el continente
La arquitectura siempre ha reflejado el poder. Por eso la m¨¢s sobresaliente que se levanta hoy en Europa lo primero que plantea es qui¨¦n y qu¨¦ es el poder. En la respuesta convive la opci¨®n de sedes ic¨®nicas ¡ªcomo la que Bjarke Engels ha levantado para la empresa Lego en Billund, Dinamarca¡ª con la de viviendas sociales ¡ªcomo las realizadas para el IBAVI en Formentera por C. Oliver, A. Mart¨ªn, X. Moy¨¤, A. Reina, y M. A. Garc¨ªas¡ª. Si el dan¨¦s ha jugado a gran escala con el producto que fabrica su cliente para dibujar su edificio, los espa?oles han definido su postura empleando exclusivamente materiales de la isla. Han asumido que, aunque esa decisi¨®n pueda comportar un retroceso tecnol¨®gico, su arquitectura quiere reivindicar la memoria, crear puestos de trabajo y poner al d¨ªa la tradici¨®n constructiva local. Entre esos dos polos, el galard¨®n que concede la Uni¨®n Europea, el Mies van der Rohe, trata de definir la mejor arquitectura continental. Ayer se conocieron los 40 finalistas. Cuando el premio se falle, en primavera, resultar¨¢ inevitable no leerlo como toma de postura.
Vivimos en el continente m¨¢s urbanizado del mundo. Sin embargo, Europa est¨¢ lejos de ser una regi¨®n ya construida por la sencilla raz¨®n de que una ciudad nunca deja de reconstruirse. Es la transformaci¨®n continua ¡ªy la capacidad de asimilar esos cambios¡ª lo que define las urbes. Seguramente por eso entre los finalistas al Mies van der Rohe las intervenciones m¨¢s sobresalientes son fundamentalmente reparadoras, de alto impacto c¨ªvico, con frecuencia pioneras y, mayoritariamente, con vocaci¨®n social. Los arreglos que proponen son a veces energ¨¦ticos, otras arquitect¨®nicos, muchas veces urban¨ªsticos y casi siempre de espacio p¨²blico. El resultado puede reconvertir la arquitectura en topograf¨ªa ¡ªcomo sucede en la nueva Terminal de Cruceros de Lisboa que Carrillo da Gra?a ide¨® como plaza p¨²blica junto al Tajo¡ª. O puede transformarla en invento -como ocurre en la intervenci¨®n para mejorar el aislamiento, sanear las fachadas y aumentar el espacio habitable de 530 viviendas de Burdeos con la que Lacaton-Vassal y Durot han dado otra impagable lecci¨®n de ¨¦tica, vocaci¨®n, prioridades y falta de ego en el Grand Parc de la ciudad francesa-.
La progresiva peatonalizaci¨®n de orillas y centros urbanos ha resultado en notables espacios p¨²blicos. Algunos tradicionales, como la plaza Skanderbeg de Tirana (Albania), y otros novedosos como el grader¨ªo de viviendas que convive con comercios que Brandlhuber y Emde, Burlon, Muck Petzet han dise?ado en Berl¨ªn. Sin embargo, es evidente que esa b¨²squeda de espacio para los peatones no est¨¢ exenta de la necesidad de hacer un hueco a las crecientes cifras de visitantes de las ciudades europeas que han aceptado el turismo ¡ªy sus consecuencias¡ª como su principal industria.
Por su parte, la arquitectura espa?ola sintetiza todas esas corrientes y a?ade cuestiones propias. De los seis proyectos finalistas erigidos en Espa?a, el m¨¢s ic¨®nico ¡ªel sobresaliente auditorio de Plasencia de Selgascano¡ª est¨¢ lejos de ser una obra nueva. Lleva m¨¢s de una d¨¦cada levantado aunque se haya inaugurado hace poco. As¨ª, un hito arquitect¨®nico internacional testimonia la falta de previsi¨®n de tantos pol¨ªticos espa?oles a la hora de realizar encargos y pensar en su mantenimiento. El resto de los proyectos nacionales deja ver la b¨²squeda de una materialidad menos formal y una progresiva reducci¨®n de acabados que caracteriza la obra de H Arquitectes, doblemente finalistas, o el ingenio de Garc¨ªa Germ¨¢n al convertir un vivero de hidropon¨ªa levantado en un "no lugar" junto a una autov¨ªa madrile?a en un ejemplo de arquitectura sostenible.
Otro atributo nacional es la cantidad de profesionales que han tenido que emigrar o han salido a trabajar. Entre la clase A de ese grupo, la Facultad de Radio y Televisi¨®n de Katowice, en Polonia, del estudio barcelon¨¦s BAAS demuestra c¨®mo la celos¨ªa puede construir un tejido urbano. En Tallin (Estonia) Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano envuelven las fachadas de vidrio del sinuoso Centro de M¨²sica Arvo P?rt con un bosque de abedules y en Gante, RCR ha elegido una estructura met¨¢lica para levantar, en contraste con la ciudad antigua, la biblioteca De Krook junto al puerto.
Reparando, reinventando o poni¨¦ndose al servicio de lo que existe, la mejor arquitectura europea se aleja cada vez m¨¢s de la voluntad de impactar para transformarse en un elemento de cohesi¨®n urbana. As¨ª, entre tanta reparaci¨®n y reinvenci¨®n, se dir¨ªa que la propia disciplina quiere reconvertirse en argamasa para unir la cada vez mayor pluralidad de las ciudades de un continente en crisis.
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