Artistas y soci¨®logos con c¨¢mara
Te¨®ricos y artistas reivindican la fotograf¨ªa como arte de los asuntos p¨²blicos y de construcci¨®n de identidad
La ficci¨®n es la condici¨®n para que lo real pueda ser pensado¡±, sentenci¨® el fil¨®sofo Jacques Ranci¨¨re a prop¨®sito de la escritura y de c¨®mo el poema pone en escena un cuerpo en una determinado contexto hist¨®rico. Al igual que las palabras, la fotograf¨ªa puede cambiar nuestra percepci¨®n de la realidad y transformar el mundo. La imagen ¡ªanal¨®gica o digital¡ª captura cuerpos ficticios ¡ªel otro fotogr¨¢fico¡ª y desv¨ªa a los cuerpos reales de las identidades y funciones que les han sido asignadas. Las fotograf¨ªas de los obreros marginados de los circuitos de producci¨®n de Lewis Hine, la madre emigrante (Migrant Mother, 1936) de Dorothea Lange, los pobladores de los astringentes pueblos del Viejo Oeste de Paul Strand o los combatientes de Vietnam que se cuelan en los hogares felices de Martha Rosler (Bringing the War Home, 2004) fueron desplazando paulatinamente la funci¨®n del arte como objeto aut¨®nomo al arte como medio revolucionario, consumando el giro del artista como genio al ¡°artista como productor¡± (Walter Benjamin).
Pero como parec¨ªa inevitable, la condici¨®n dial¨¦ctica de la fotograf¨ªa acab¨® succionada por la norma. Las advertencias del fil¨®sofo alem¨¢n estaban en su ensayo de 1934, donde anuncia el nacimiento de lo fotogr¨¢fico a partir de la alianza de lo literario y lo pol¨ªtico, y alertaba del poder de la tecnolog¨ªa fotogr¨¢fica como medio de control y cr¨ªtica: ¡°Mientras el escritor experimenta su solidaridad con el proletariado, solo como sujeto ideol¨®gico y no como productor, la tendencia pol¨ªtica de su obra, por m¨¢s revolucionaria que pueda parecer, cumplir¨¢ una funci¨®n contrarrevolucionaria¡±.
La idea de la obra como modelo de ¡°un arte que se ense?a¡± estall¨® como una supernova en los debates sobre la posmodernidad (Sontag, Owens, Foster), dando salida al a¨²n m¨¢s influyente ensayo sobre la unicidad publicado en 1935, traducido casi contempor¨¢neamente al franc¨¦s y muy tard¨ªamente al ingl¨¦s, en 1969, justo hace ahora medio siglo. En La obra de arte en la ¨¦poca de su reproductibilidad t¨¦cnica, Benjamin habla de ¡°un arte pol¨ªtico que permite que el receptor se transforme en productor¡±. La palabra deb¨ªa salvar la imagen. Nadie hab¨ªa llegado tan lejos.
Ejemplos de aquellas sospechas benjaminianas aparecen en las fotograf¨ªas que conforman la imagen universal de la Am¨¦rica de los a?os treinta y que sirvieron para representar el atractivo emocional, la eficacia y la naturaleza de cauterizaci¨®n de la memoria. Las misiones fotogr¨¢ficas del new deal inauguraron la cultura comercial urbana, el sue?o americano de la rubia que deja volar escandalosamente su vestido sobre una rejilla del metro. Se siente la brisa, ?no es delicioso?
La fotograf¨ªa puede cambiar nuestra percepci¨®n de la realidad y transformar el mundo
El storyboard de 100.000 fotograf¨ªas impulsado por la Farm Security Administration (FSA) de Roy Stryker se publicit¨® en exposiciones (The Family of Man; MOMA, 1955) y semanarios ilustrados (Life, Look) a la manera de una superproducci¨®n hollywoodiense, versi¨®n country de la propaganda sovi¨¦tica. Dorothea Lange ayud¨® al comisario de la muestra del MOMA, Edward Steichen, a reclutar fot¨®grafos para el proyecto. Firmemente comprometida con los movimientos de emancipaci¨®n social, Lange consideraba sus fotograf¨ªas documentos sociales, herramientas para otorgar el poder a las clases populares. La exposici¨®n que ahora le dedica el Jeu de Paume hace hincapi¨¦ en su activismo y pone el foco en c¨®mo construy¨® su fotograf¨ªa m¨¢s conocida, la madre inmigrante como una virgen flanqueada por dos ¨¢ngeles sin rostro. La posici¨®n de Lange contrasta con Walker Evans y su predilecci¨®n por las fachadas de los edificios y las calles vac¨ªas de su contenido humano, como escenas de un crimen (Eug¨¨ne Atget). ¡°Lo que usted tiene no son fot¨®grafos, sino un grupo de soci¨®logos con c¨¢mara. El arte no es nunca un documento, aunque puede adoptar ese estilo¡±, le recrimin¨® a Stryker.
El valioso libro de ensayos y entrevistas de Jorge Ribalta, que titula nost¨¢lgicamente El espacio p¨²blico de la fotograf¨ªa, actualiza aquellos argumentos y reivindica la funci¨®n de la fotograf¨ªa como un arte de los asuntos p¨²blicos, construcci¨®n de identidad y de conciencia. ¡°El potencial de objetividad de un tipo de representaci¨®n que permite comprender la complejidad social debe ser defendido como instrumento de emancipaci¨®n frente a la obsolescencia programada de la posfotograf¨ªa¡±, explica. Siguiendo a la te¨®rica israel¨ª Ariella Azoulay, el fot¨®grafo y te¨®rico barcelon¨¦s (1963) insiste en la condici¨®n rea?lista de la fotograf¨ªa como ¡°un contrato social que, como tal, debe ser permanentemente renovado¡±, y resalta la importancia del espacio expositivo como ¡°experiencia corporal que concede una visi¨®n expandida a la fotograf¨ªa¡±, lo que hoy llamar¨ªamos ¡°instalaci¨®n¡±, un formato casi centenario que ya aparece en los dise?os de El Lissitzky para sus tres pabellones sovi¨¦ticos en Alemania (1928-1930) y que el propio Ribalta puso en pr¨¢ctica como comisario en la muestra sobre Marc Pataut y el colectivo Ne Pas Plier (Primeras tentativas. Reina Sof¨ªa, 2018).
Esta renovada gram¨¢tica de la fotograf¨ªa basada en una concepci¨®n inmersiva y din¨¢mica le sirve al artista Pedro G. Romero para recrear en el MNAC las celdas psicot¨¦cnicas de Alfonso Laurencic como parte de su Archivo F.X. Originalmente dise?adas dentro de espacios sagrados por un exc¨¦ntrico decorador, director de orquesta y buscavidas, aquellas ¡°chekas¡± eran habit¨¢culos decorados con dise?os constructivistas y de la Bauhaus, donde los rojos torturaban refinadamente a sus enemigos. Romero las acompa?a de copias digitales y hojas de libre circulaci¨®n con fotograf¨ªas y textos relacionados con la historiograf¨ªa art¨ªstica del siglo XX. El d¨¦cor dentro del museo ficticio del poeta-artista belga Marcel Broodthaers, cuya obra signific¨® un regreso a la intuici¨®n hist¨®rica de Benjamin, cuando se preguntaba por qu¨¦ el receptor se neg¨® a ser lector para convertirse en consumidor.
El espacio p¨²blico de la fotograf¨ªa. Jorge Ribalta. Editorial Arcadia-La Virreina. Barcelona, 2018. 324 p¨¢ginas.
Habitaci¨®n. El Archivo F.X. Las chekas psicot¨¦cnicas de Laurencic y la funci¨®n del arte. MNAC. Barcelona. Hasta el 28 de abril.
Politiques du visible.?Dorothea Lange. Jeu de Paume. Par¨ªs. Hasta el 27 de enero.
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