La hipoteca del matrimonio
El relato pocas veces fluye por culpa de la puesta en escena, con demasiados planos-contraplanos y sin confianza en la comicidad plena del plano general
Si el camino recorrido por Juana Mac¨ªas en sus tres pel¨ªculas, desde el drama de autor hasta la comedia pura de objetivos plenamente comerciales, es consecuente con su propio ideario o resultado de las complejas circunstancias de la industria del cine espa?ol solo lo puede responder la propia directora. Pero, despu¨¦s de nueve a?os de carrera en el largometraje, tras ganar el Goya al mejor corto con Siete caf¨¦s por semana en 2001, Mac¨ªas ha culminado con Bajo el mismo techo un proceso en el que ha salido victorioso el g¨¦nero c¨®mico, quiz¨¢ lo menos vigoroso de su cine, quedando de momento en la cuneta las sutilezas sin afectaciones y los detalles de montaje de Planes para ma?ana (2010), y los apuntes m¨¢s desesperanzados de la comedia dram¨¢tica Embarazados (2016).
BAJO EL MISMO TECHO
Direcci¨®n: Juana Mac¨ªas.
Int¨¦rpretes: Silvia Abril, Jordi S¨¢nchez, ?lvaro Cervantes, Malena Alterio, Daniel Guzm¨¢n.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2019.
Duraci¨®n: 97 minutos.
Siempre de la mano de Juan Moreno en el guion y la producci¨®n, con el apoyo en la escritura de Anna R. Costa, coautora de Arde Madrid, en su segunda y tercera pel¨ªculas, Mac¨ªas ha compuesto una s¨¢tira sobre el matrimonio en los tiempos de la hipoteca para varias vidas, la especulaci¨®n inmobiliaria, la crisis econ¨®mica y la batalla de g¨¦neros. Un tema muy atractivo, con infinitas posibilidades, del que no acaban de salir airosos, porque lo ideal en estos casos es que, bajo el caparaz¨®n del chiste, el griter¨ªo y el rid¨ªculo de los personajes, subyazca una amargura y una molestia para el espectador que no llega a producirse. Y (casi) todo lo relacionado con el sexo es de una explicitud que denota poca confianza en la categor¨ªa del espectador: y ah¨ª el plano detalle de la erecci¨®n bajo las s¨¢banas podr¨ªa ejercer de paradigma.
Que la pel¨ªcula recoja demasiados asuntos de la fundamental La guerra de los Rose (Danny DeVito, 1989), algo que los autores llegan incluso a verbalizar en un di¨¢logo, es casi lo de menos. Porque, independientemente de la evidente semilla, hay ideas interesantes: como siempre en Mac¨ªas, la plena contemporaneidad del relato y los matices feministas, adem¨¢s de esa idea del chalet perfecto en las afueras como antesala del infierno, esa mentira de la progres¨ªa que ya nos cont¨® Jos¨¦ Luis Garci en Las verdes praderas (1979).
Sin embargo, el relato pocas veces fluye por culpa de la puesta en escena, con demasiados planos-contraplanos y sin confianza en la comicidad plena, f¨ªsica y sutil del plano general, esa que puede llevar al absurdo, y tambi¨¦n del montaje, mec¨¢nico y entrecortado, incluso en la aparici¨®n de los carteles con cada uno de los cap¨ªtulos, que en lugar de englobar mediante m¨²sica y sonido lo que hace es fraccionarlo a¨²n m¨¢s. Sus prop¨®sitos despendolados, en la l¨ªnea de exitosas series de televisi¨®n, son muy elocuentes, pero parad¨®jicamente Bajo el mismo techo es mejor en los momentos en los que todo se calma (el montaje, las interpretaciones y el ritmo), como esa conversaci¨®n en plano general del ¨²ltimo tramo, con una visi¨®n sobre la fidelidad y la vida en pareja que, por fin, evidencia cierta incomodidad.
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