Puter¨ªo
Autenticidad, sensaci¨®n de verdad, sabiendo que esta puede ser muy compleja. Todo ello unido a un talento excepcional. Es lo que representa para m¨ª un se?or llamado David Simon
Autenticidad. Es un concepto que respeto y admiro, Tal vez por ser infrecuente. La posmodernidad y cierta modernidad, tan adictas ellas, gen¨¦tica o vocacionalmente, a la impostura, la farsa y el vac¨ªo, intentaron devaluar esa forma de ser y de estar, pero lo tienen jodido. No hacen falta explicaciones para entender lo que significa ¡°alguien aut¨¦ntico¡±, gente legal, verdadera profesionalidad. Y puede ser extensible a tipos que funcionan al margen de la ley.
Autenticidad, sensaci¨®n de verdad, sabiendo que esta puede ser muy compleja. Todo ello unido a un talento excepcional. Es lo que representa para m¨ª un se?or llamado David Simon, creador y alma de la mejor serie que he visto nunca, o sea, The Wire. No ha vuelto a alcanzar ese estado de gracia, pero su originalidad y su ambici¨®n art¨ªstica se perciben en todo lo que firma. Trem¨¦ no fue un ¨¦xito, pero es uno de los homenajes m¨¢s hermosos y agridulces que he visto hacia la gente que vive por y para la m¨²sica. En esa Nueva Orleans que sobrevive a la desolaci¨®n del Katrina y a la ferocidad de los buitres inmobiliarios y pol¨ªticos.
Y me gusta The Deuce, la reconstrucci¨®n m¨¢s s¨®rdida y realista del puter¨ªo callejero en nueva York a principios de los setenta. En la segunda temporada, el porno filmado, los peepshows, los burdeles lumpen controlados por la mafia y la decisi¨®n de algunas putas de independizarse de sus explotadores novios y controlar su propio negocio hacen que los macarras negros se mosqueen y tiemblen. El mundo que retrata Simon, tan duro como deprimente, tambi¨¦n dotado de algunos peque?os oasis en esa terrible cotidianeidad, sigue rebosando fuerza y verosimilitud. Ayud¨¢ndole a construir esa oscura realidad, tragic¨®mica en ocasiones, con personajes y situaciones matizadas y cre¨ªbles, contin¨²an escritores tan inventivos como Pelecanos y Price, que, junto al gran Dennis Lehane, contribuyeron a que The Wire fuera una obra de arte.
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