Lorena Bobbitt, la verdadera historia de la mujer que castr¨® a su marido
Un documental aborda el fen¨®meno medi¨¢tico en el que se convirti¨® el caso de la joven que mutil¨® a su marido en 1993 tras m¨¢s de cuatro a?os de malos tratos
Lorena Gallo,?nacida en Ecuador, menuda y ferviente cat¨®lica, conoci¨® a John Bobbitt en 1988. Ella era entonces una joven de 18 a?os, virgen, y ¨¦l un exmarine de 21, de cuerpo atl¨¦tico y ojos azules. A los 10 meses de noviazgo, se estaban ba?ando en una piscina cuando Bobbitt se sumergi¨® y sac¨® del fondo un anillo de compromiso. Lorena acept¨® la propuesta de quien hab¨ªa sido su ¨²nico novio.?Un mes despu¨¦s de la boda, celebrada en junio de 1989, John conduc¨ªa borracho el coche con Lorena de acompa?ante; ella le pidi¨® que se detuviese y ¨¦l le respondi¨® golpe¨¢ndola. Fue el primero de muchos incidentes. Siguieron cuatro a?os y medio de maltratos y violaciones, hasta que la noche del 23 de junio de 1993, Lorena, agotada y pose¨ªda por la rabia, se arm¨® con un cuchillo de cocina?y castr¨® a su marido mientras dorm¨ªa.
Ese acto la hizo famosa. La historia, no: los medios se quedaron con la punta del iceberg y la noticia se dio como una broma con titulares vulgares y juegos de palabras.
Un cuarto de siglo despu¨¦s de aquel fen¨®meno medi¨¢tico, Amazon estrena una serie documental titulada Lorena, en la que se cuenta lo que pas¨® antes, durante y despu¨¦s de aquella noche. Son cuatro cap¨ªtulos de una hora, disponibles ya en la plataforma y producidos por Jordan Peele (ganador del Oscar con?D¨¦jame salir). El relato revisa con perspectiva de los tiempos del #MeToo lo mal que se abord¨® un caso de violencia machista, cuando acababa de aprobarse en los 50 Estados de la Uni¨®n el delito de violaci¨®n dentro del matrimonio. Tambi¨¦n revela que John (cuyo miembro fue cosido sin grandes secuelas f¨ªsicas) continu¨® acechando a Lorena por correo electr¨®nico y cartas.
Los dos primeros episodios ayudan a entender la historia con el relato de los dos juicios que hubo sobre el caso. En el primero, se juzga a John por agresi¨®n sexual en el matrimonio. Lorena da un err¨¢tico testimonio: "?l siempre tiene un orgasmo y no espera a que yo tenga uno. Es ego¨ªsta". La desafortunada frase, que el abogado justific¨® diciendo que Lorena no hablaba bien ingl¨¦s, se sum¨® a otras dudas: unas bragas rasgadas, que supuestamente probaban la violaci¨®n, pero que un cient¨ªfico forense de la defensa insisti¨® en que hab¨ªan sido cortadas con tijeras. En aquel juicio, John fue declarado inocente, aunque reconoci¨® haber empujado a su mujer un par de veces para impedir que ella le golpeara a ¨¦l. Lorena pesaba 43 kilos; ¨¦l, 90.
El segundo juicio tiene lugar dos meses despu¨¦s de que aquel jurado de nueve mujeres y tres hombres declarara inocente a Bobbitt. Ahora Lorena es juzgada por agresi¨®n. Por el estrado pasaron decenas de personas que hab¨ªan sido testigos de los malos tratos. Compa?eras de trabajo que hab¨ªan o¨ªdo sus lloros; clientas del sal¨®n de belleza en el que trabajaba que vieron los moretones en sus brazos; vecinos que hab¨ªan escuchado los golpes. Incluso unos amigos de John reconocieron que este les hab¨ªa dicho que, al practicar sexo, ¡°le excitaba¡± forcejear a las mujeres y que suplicaran por piedad. La abogada pregunta al jurado: ¡°?Qu¨¦ tiene m¨¢s valor para ustedes? ?Un pene o una vida?¡±. Gallo fue declarada no culpable por haber actuado bajo un estado de ¡°perturbaci¨®n mental temporal¡±.
Pero no son los crudos testimonios lo que se recuerda de aquello. Fueron los chistes a costa de Lorena en programas como el del famoso David Letterman o Saturday Night Live. Por ejemplo: ¡°Qu¨¦ bueno que encontraron el miembro, hubiera sido raro verlo en un cart¨®n de leche¡± (donde suelen publicarse los retratos de los desaparecidos en EE UU)¡±, o ¡°El men¨² de hoy est¨¢ patrocinado por Lorena Bobbitt: salchichas a la parrilla¡±. En una entrevista publicada en The New York Times recientemente, Lorena reflexionaba: "Fui objeto de tantas bromas en los a?os noventa y para m¨ª fue simplemente cruel... ?Por qu¨¦ se re¨ªan de mi sufrimiento?¡±.
John Bobbit se convirti¨® en celebridad. La cirug¨ªa que le permiti¨® continuar con su vida sexual fue tambi¨¦n su billete a la industria del porno. Fue una estrella, pero de las fugaces. Lo intent¨® todo para no desaparecer de la far¨¢ndula: desde oficializar bodas en Las Vegas hasta gestionar un burdel. El documental de Peele narra la cantidad de veces que ha sido detenido, y como acab¨® en la c¨¢rcel dos veces por haber agredido a mujeres. Una de las v¨ªctimas ofrece un desgarrador testimonio en la serie. John no reconoce culpa alguna y con la mirada fija en la c¨¢mara argumenta que lo acusan para aprovecharse de su ¡°fama¡±.
Lorena, que se volvi¨® a casar y tiene una hija, fund¨® Lorena's Red Wagon, una fundaci¨®n dedicada a ayudar a supervivientes de violencia dom¨¦stica. Ahora acepta las bromas en los programas de televisi¨®n porque ¡°vale la pena mientras haya una mujer escuchando y a la que le pueda dar esperanza¡±. En una de las escenas finales del documental se la ve sentada frente a una mesa cubierta de cartas. Son de John. Hay algunas todav¨ªa sin abrir. En unas le dice que siempre ser¨¢ el amor de su vida y en otras le plantea ideas tan desquiciadas como tener un hijo para contarlo en exclusiva a un medio y que les paguen una fortuna por ello. En una del mont¨®n, se confiesa: ¡°?Recuerdas cuando me dijiste una vez que no sab¨ªa tratar a las mujeres? Bueno, ten¨ªas raz¨®n¡±.
El D¨ªa de los Enamorados acosadores
A principio de los noventa la revista Time public¨® en su portada del 14 de febrero la imagen de un se?or vestido de traje con el rostro de un cerdo. "?Realmente los hombres son tan malos?", era el t¨ªtulo que encabezaba la edici¨®n del d¨ªa de San Valent¨ªn. La pregunta llegaba tres a?os despu¨¦s de que Anita Hill denunciara al juez Clarence Thomas por acoso sexual y a¨²n as¨ª lo nombraran miembro del Tribunal Supremo; dos a?os despu¨¦s de que William Kennedy Smith, sobrino del difunto presidente John Kennedy, fuese declarado inocente del delito de violaci¨®n. Y al a?o del revuelo de los Bobbitt.
Han pasado 25 a?os y Estados Unidos tiene un presidente con una veintena de denuncias de acoso sexual que ha nombrado a un juez denunciado por abuso como nuevo miembro del Alto Tribunal. El esc¨¢ndalo del depredador sexual Harvey Weinstein, otrora productor de Hollywood, desencaden¨® una ola de denuncias en todos los campos laborales que no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos dos a?os. La portada de Time sigue vigente.
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