Torbellino Garc¨ªa S¨¢nchez
El cineasta es un constante torbellino de ideas, a veces alocadas pero tambi¨¦n frecuentemente consistentes
No solo de los Oscar vive el cine. La misma semana en que los famosos premios se entregan en Hollywood la Academia espa?ola de cine ha rendido homenaje a Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, un cineasta peculiar que, como dice su bi¨®grafo Bernardo S¨¢nchez, ¡°se dedica al cine pero no solo al suyo¡±. De hecho, adem¨¢s de haber dirigido cerca de treinta pel¨ªculas (una de las cuales, Las truchas, comparti¨® en 1977 el Oso de Oro del festival de Berl¨ªn), Garc¨ªa S¨¢nchez ha sido guionista, productor, ayudante, y sobre todo agitador y maquinador de proyectos dispares a los que con frecuencia ha dado consistencia y vida. Es un constante torbellino de ideas, a veces alocadas pero tambi¨¦n frecuentemente consistentes, como qued¨® patente en sus colaboraciones con Basilio Martin Patino, tanto en Canciones para despu¨¦s de una guerra como en las dem¨¢s arriesgadas obras del autor. O en su impulso para que Berlanga realizase por fin El sue?o de la maestra, aquel aplazado episodio de Bienvenido Mr. Marshall.
Su sentido del humor coincidi¨® con el del guionista Rafael Azcona en al menos una docena de guiones que escribieron juntos. En ellos reina el esperpento, y no solo en las magnificas versiones que en 2008 hicieron de tres obras de Valle Incl¨¢n, que precisamente titularon Esperpentos, sino en un humor sarc¨¢stico y a veces burdo ¨Cellos lo definieron como humor ¡°ib¨¦rico¡±¨C que impregna la mayor parte de sus pel¨ªculas, La corte de Fara¨®n, Pasodoble, El vuelo de la paloma, Suspiros de Espa?a y Portugal, Siempre hay un camino a la derecha, La marcha verde¡ no siempre mediante la parodia: La noche m¨¢s larga vers¨® sobre las ¨²ltimas ejecuciones del franquismo, el documental Dolores sobre la Pasionaria, Tranv¨ªa a la Malvarrosa, fue adaptaci¨®n de la novela de Manuel Vicent¡
Muchos proyectos tiene a¨²n pendientes Garc¨ªa S¨¢nchez, como el de utilizar el archivo de notas que durante a?os viene tomando sobre curiosidades de pel¨ªculas espa?olas al que recurren diversos documentalistas. Es uno de esos trabajos al servicio de los dem¨¢s tan habituales en este alborotador generoso.
Pero tiene arrebatos de des¨¢nimo cuando contempla los cambios que vive el cine, ahora sin multitudes para entrar en las salas y sin suficientes productores arriesgados como los hubo en tiempos. Y lo ve, no solo por su propia situaci¨®n de cineasta ya entrado en a?os, sino tambi¨¦n por la de su propio hijo, V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n, autor entre otras de Selfie, de la que bien dijo la cr¨ªtica de este peri¨®dico ¡°rebosa talento y gracia¡±. Puede que, sin embargo, a Garc¨ªa S¨¢nchez le falle algo la memoria sentimental y no recuerde con exactitud lo dif¨ªcil que fue siempre hacer cine en Espa?a. Aunque entonces no importaran tanto los Oscar como ahora.
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