El abuelo Rosendo y punto
El m¨²sico madrile?o, que se jubil¨® el pasado a?o, cumple 65 a?os con el aura intacta de ser el gran abanderado del rock urbano espa?ol

Lleva tanto tiempo dando guerra e incordiando que, a veces, cabe preguntarse qu¨¦ fue antes en Espa?a: ?el rock urbano o Rosendo? El m¨²sico madrile?o cumple hoy 65 a?os, de los cuales casi 50 ha estado subido a un escenario. En 2018, anunci¨® que se retiraba y muchos se llevaron las manos a la cabeza. Rosendo Mercado, m¨¢s conocido como El abuelo por sus fans, parec¨ªa no acabarse nunca.
El abuelo anda jubilado desde que dio su ¨²ltimo concierto en Barcelona el pasado 23 de diciembre. Es un retiro voluntario, que ya anunci¨® el pasado marzo en un comunicado. ¡°Ni quemarse ni desvanecerse, dejarlo en lo m¨¢s alto¡±, apunt¨®. Una idea que fue defendiendo en sus distintas actuaciones a modo de despedida durante 2018. Y as¨ª lo ha dejado, en lo alto, con ganas de m¨¢s a un p¨²blico fiel y entregado a la causa de este superviviente sin aires de estrella, aunque en Madrid lleg¨® un momento que no pod¨ªa ni salir a comprar el pan, como le pasa, por ejemplo, a Sabina.
Pese a esta retirada efectiva, no se puede creer realmente que el tel¨®n haya ca¨ªdo para siempre. Es casi imposible que no se vuelva a ver a Rosendo sobre un escenario en el futuro. Terminar¨¢ atendiendo a necesidades personales, ese gusanillo que le salta a todo m¨²sico, tras el descanso del guerrero, y razones de l¨®gica como colaboraciones emblem¨¢ticas y apariciones solidarias. Incluso no hay que descartar que termine por llegar un concierto de homenaje con su participaci¨®n. Mientras tanto, ¨¦l ha reconocido que seguir¨¢ componiendo en el pueblo donde vive ahora, alejado de la capital. Del rock no se sale. Rosendo menos.
A¨²n con sus dejes repetitivos y la falta de una exploraci¨®n art¨ªstica m¨¢s atrevida, Rosendo solo hay uno. Criado en los barrios de Lavapi¨¦s y Carabanchel, este m¨²sico, que se dio a conocer en ?u dentro de lo que se conoci¨® como el rollo y luego se hizo un referente en Le?o, ha radiografiado a la sociedad espa?ola con ojo combativo e ingenioso. Siempre disparando con su rock ¨¢spero. Con sus gre?as y su acento barrial, es el ep¨ªtome del rock urbano, un g¨¦nero que, si bien ya no vive el esplendor de d¨¦cadas pasadas, sobrevive en la trinchera, con su esp¨ªritu de extrarradio. Fuera de los intereses de la industria discogr¨¢fica actual y del radar de los medios de comunicaci¨®n, a¨²n surgen bandas y m¨²sicos que encuentran inspiraci¨®n en el estilo ce?udo y guerrero de Rosendo.
No es de extra?ar. Rosendo, el m¨¢s imperfecto de los m¨²sicos que nunca fallan, siempre ha sido digno de estudio. No tiene virtudes sobresalientes como m¨²sico ni cantante y, con todo, ha construido un artista may¨²sculo e irrompible, todo calle, todo filo, todo pegada, nada insobornable. Su carisma es como el de los l¨ªderes que inspiran al generar confianza, pero tambi¨¦n al ser de los pocos que se ponen en primera l¨ªnea de batalla.
Demonios c¨®mo ha cantado siempre, con esa urgencia y socarroner¨ªa tan propias del barrio, tan vivas y reales, jug¨¢ndose el tipo con su aura de perdedor melenudo pero con chuler¨ªa. Como dec¨ªa Luz Casal, con quien ha compartido tan buenos momentos sobre un escenario, Rosendo no hubiese durado ni una clase en la academia de canto a la que acudi¨® ella de joven, pero a ver c¨®mo narices consegu¨ªan los profesores sacar de sus alumnos lo que transmit¨ªa el feo -as¨ª le gritan en sus conciertos sus fans-. Su voz ¨¢cida e imperfecta es rock and roll puro. Suena a bar de la esquina, a noche de parranda, a amanecer con resaca orgullosa. Y, ciertamente, Rosendo jam¨¢s hubiese durado un minuto en Operaci¨®n Triunfo. Ni siquiera habr¨ªa pasado el corte preliminar.
Su jerga es imbatible. Las letras de sus mejores canciones son como refranes populares, capaces de interpretar la realidad con un poderoso pragmatismo, como sacadas de la filosof¨ªa vital de Sancho Panza, que simboliza a toda una Espa?a. Adem¨¢s, tienen una gloriosa fuerza de enganche psicol¨®gico, que ya quisieran para s¨ª muchos poetas. Bastar¨ªa con citar frases como ¡°veo, veo mamoneo¡± o ¡°voy a ser el enemigo disparando pan de higo¡± para entender el magn¨ªfico verbo de alba?il, cuyo cancionero est¨¢ repleto de esos fogonazos callejeros que tienen ritmo y concordancia, que iluminan en su corte sarc¨¢stico.
Afirmaba Rosendo en la ¨²ltima entrevista con este peri¨®dico: ¡°El rock es mala leche. Y punto¡±. Parafrase¨¢ndole, se puede concluir que, gracias a esa mala leche, a sus 65 a?os, el abuelo Rosendo es ¨²nico. Y punto.
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