Per¨² al otro lado del Pac¨ªfico
El contexto art¨ªstico del pa¨ªs andino se define por una mirada al pasado, muy local, y por artistas que habitan la escena global
Pachacamac es un santuario extraordinario con m¨¢s de 3.000 a?os de historia. Sin duda, merece ser visitado, pero no parece un destino muy congruente para hacerse una idea del arte contempor¨¢neo de Per¨². Y sin embargo fue la primera parada de una peque?a comitiva de periodistas espa?oles que, con esa finalidad, visit¨® Lima hace tres meses con motivo de la elecci¨®n de Per¨² como pa¨ªs invitado a la feria de Arco de Madrid. ?Un yacimiento arqueol¨®gico? Hubo cierta perplejidad inicial. Lo m¨¢s contempor¨¢neo que se apreciaba era la arquitectura de su museo. Todo lo dem¨¢s, extraordinario, y en gran medida ignorado: pero todo de las civilizaciones prehisp¨¢nicas y anteriores a los incas que asimilaron y sintetizaron la rica herencia. Pronto, conforme avanzaban las explicaciones, las entrevistas, las galer¨ªas, los encuentros y los d¨ªas, la sorpresa inicial fue cobrando sentido. Fueron constantes las referencias a la reivindicaci¨®n de las ra¨ªces, del arte prehisp¨¢nico, del indigenismo, de las culturas amaz¨®nicas y andinas, siempre postergadas, as¨ª como las menciones a un arte aut¨®ctono, pero conectado con el mundo.
Algunas de estas huellas son muy evidentes en las obras abstractas que se inspiran en los tejidos decorados con ken¨¦, los dibujos tradicionales de la etnia shipibo konibo; otras recuerdan a los fardos funerarios de la ancestral cultura paracas, que momificaban a sus nobles envolvi¨¦ndoles con decenas de telas; y tambi¨¦n hay quipus, los nudos y cuerdas que empleaban los incas y otras culturas como registro contable (al modo de los ¨¢bacos). Es el caso de la veterana Teresa Burga, precursora del arte conceptual en Per¨² en los a?os sesenta y setenta, cuya obra se exhibe en Arco. Para materializar su trabajo m¨¢s renombrado, Perfil de la mujer peruana, basado en encuestas, elabor¨® un quipu con datos junto a maniqu¨ªes que enfrentaban la imagen femenina est¨¢ndar con el prototipo de la mujer peruana, adem¨¢s de v¨ªdeos, audios y diapositivas. ¡°Toda informaci¨®n es objeto de arte¡±, se?al¨® la artista en el viaje organizado por el Gobierno peruano.
El barrio de Barranco en Lima concentra el mayor n¨²mero de galer¨ªas y estudios de artistas, en un mercado a¨²n peque?o
Tambi¨¦n es muy perceptible la influencia de las acontecimientos pol¨ªticos y sociales m¨¢s recientes en un pa¨ªs con 32 millones de habitantes que vivi¨® una dictadura y una guerra civil entre 1980 y 2000. Por ejemplo, los v¨ªdeos que grababa la mano derecha de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, que recog¨ªan las conversaciones de su propio Gobierno entre el corruptor y el corrompido, han provocado tambi¨¦n una respuesta art¨ªstica desde el mismo soporte. Sendero Luminoso y el terrorismo causaron decenas de miles de muertos, una herida que no est¨¢ cicatrizada y que tiene su reflejo en el arte.
A partir del nuevo mileno, y en coincidencia con el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs y la apertura democr¨¢tica, se empieza a crear un circuito de galer¨ªas, un incipiente mercado y una paulatina profesionalizaci¨®n de los artistas que miran hacia el exterior. En 2013 se organizan las ferias PARC y Arte Lima. Esta ¨²ltima ha logrado consolidarse con presencia sobre todo latinoamericana en su sede de la Escuela Militar, que ahora cuenta con su propio estand, a pesar del rechazo castrense inicial.
No obstante, el mercado del arte en Per¨² ¡°es a¨²n peque?o¡±, reconoc¨ªa la entonces ministra de Cultura, Patricia Balbuena (dimiti¨® a los pocos d¨ªas al revelarse un caso de corrupci¨®n en su gabinete). La mitad del presupuesto del Ministerio va destinado a las excavaciones arqueol¨®gicas con miles de huacas (yacimientos) abiertas. De hecho, uno de los principales problemas que afronta el Ministerio con menos de un decenio de vida es c¨®mo proteger sus tesoros del saqueo. Entre los lime?os era habitual tener en sus hogares alg¨²n huaco (cer¨¢mica precolombina) hallado, por ejemplo, jugando en la calle, seg¨²n recordaba una vecina de la agitada capital de nueve millones de habitantes.
Ese incipiente apoyo del Gobierno a las artes visuales se escenifica en su apuesta por Arco y por el desembarco en Madrid de las numerosas exposiciones paralelas coordinadas por Fietta Jarque. Artistas, galeristas y conservadores reiteraron su confianza en que la feria, que no deja de tener un objetivo comercial, abra una puerta de entrada en Europa. Se notan las ganas de salir al mundo. Buena parte de los coleccionistas lime?os de arte contempor¨¢neo (la actividad se concentra pr¨¢cticamente solo en la capital) ha solido comprar fuera del pa¨ªs. Y la mayor parte de los m¨¢s reconocidos artistas peruanos se ha labrado su carrera en el exterior. Prueba de ello es que la comisaria de la exposici¨®n institucional peruana en Arco, Sharon Lerner, ha incluido galer¨ªas extranjeras en su selecci¨®n. ¡°La escena del arte contempor¨¢neo peruano es una revisi¨®n constante del pasado, hemos tenido siempre una mirada muy local, pero esto viene motivado tanto por la fuerte presencia de la historia en el pa¨ªs como por un relativo aislamiento a finales del siglo XX: aqu¨ª los blockbusters son las muestras hist¨®ricas¡±, sostuvo Lerner.
Frances Wu regenta una galer¨ªa que lleva su nombre en el distrito m¨¢s arty de Lima, Barranco, frente al oc¨¦ano. Adem¨¢s de algunos museos privados y de decenas de estudios de artistas, que organizan jornadas de puertas abiertas, all¨ª se emplazan tambi¨¦n las salas 89m2 y Crisis y el Hotel B, que se ampli¨® absorbiendo la que fuera la galer¨ªa se?era de la ciudad, Luc¨ªa de la Puente. Ahora cuelgan los cuadros en sus estancias del establecimiento de su hermana Susana. Wu considera escaso el apoyo institucional para el arte contempor¨¢neo y muy reducido el mercado. ¡°Desde el Gobierno lo han considerado elitista y no saben qu¨¦ apoyar, mientras que tampoco ha habido una clase media interesada: aqu¨ª se colecciona con las orejas, por el nombre de los artistas, no con los ojos¡±, comenta. Aunque ha bajado el n¨²mero de galer¨ªas, se ha animado la vida art¨ªstica con numerosas inauguraciones en centros culturales y salas de diversa ¨ªndole, muchas de ellas pr¨®ximas a la cornisa del Pac¨ªfico.
Este oc¨¦ano tampoco es ajeno a las teor¨ªas de la pl¨¢stica latinoamericana. Hace cuatro d¨¦cadas, la cr¨ªtica argentina radicada en Colombia Marta Traba sugiri¨® que los pa¨ªses andinos Ecuador, Per¨² y Bolivia (este sin costa), con m¨¢s poblaci¨®n ind¨ªgena, poca industrializaci¨®n y menos inmigraci¨®n europea (y m¨¢s china y japonesa, en el caso de Per¨²), ¡°representaban un ¨¢rea de resistencia a la entrada de nuevos aires europeos¡±, explic¨® Jorge Villacorta, cocomisario del espacio dedicado al videoarte peruano y del estand institucional de Arco. ¡°La de Traba es una visi¨®n hiperdogm¨¢tica, pero aun as¨ª ayuda en algo. Los pa¨ªses atl¨¢nticos de Am¨¦rica del Sur, entre 1940 y 1955, experimentaron circunstancias de apertura a las vanguardias europeas, facilitada por los frecuentes viajes transatl¨¢nticos. Fue importante el retorno temprano de Joaqu¨ªn Torres Garc¨ªa de Par¨ªs a Montevideo. Tambi¨¦n el surgimiento del Grupo Mad¨ª de abstracci¨®n geom¨¦trica de corte constructivista en Argentina. Y a partir de 1951, la Bienal de S?o Paulo (Brasil), adem¨¢s de la r¨¢pida evoluci¨®n, bajo esa esfera de influencia, de artistas como Lygia Clark, Willys de Castro y H¨¦lio Oiticica. No hay que olvidar que en Venezuela surgen tambi¨¦n Armando Rever¨®n, Carlos Cruz D¨ªez y Jes¨²s Rafael Soto a la par con el desarrollo industrial de su pa¨ªs¡±. Ahora Per¨² quiere explorar nuevas rutas con su arte contempor¨¢neo cargado del esplendor de su pasado.
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