Sin presentador ni guion: as¨ª se hace una de las peores galas de los Oscar
La ceremonia dur¨® tan solo 3 horas y 19 minutos, pero fueron 199 minutos de bostezos en los que la Academia releg¨® el buen cine para ensalzar un filme conciliador
La ¨²ltima vez que los Oscar no tuvieron presentador fue en 1989, y la gala empez¨® con Rob Lowe bailando con Blancanieves. En 2019 la ceremonia arranc¨® con Queen y acab¨® con Julia Roberts despidiendo con pocas ganas al pelot¨®n del equipo de Green Book. No hemos mejorado. Hemos empeorado.
Por mucho que en Madrid desde el plat¨® de Movistar se ense?ara un archivador con un mont¨®n de p¨¢ginas, asegurando que all¨ª estaba el guion, no hubo chispa en los presentadores, que sal¨ªan a entregar premios o a introducir a otros candidatos. ?Guion? ?Qu¨¦ guion? Solo cuando se sal¨ªan de los di¨¢logos previamente redactados, cuando aportaban sus propias palabras a la entrega, la gala volaba algo m¨¢s. El mon¨®logo inicial fue sustituido por el primer premio: el de mejor actriz secundaria. Por suerte, a alguien se le ocurri¨® que ese Oscar lo entregaran Amy Poehler, Maya Rudolph y Tina Fey, tres maestras de la comedia, con lo que s¨ª hubo un arranque con picard¨ªa.
El resto fue sencillamente una concatenaci¨®n de premio tras premio, en la que la voz en off anunciaba a quien sal¨ªa al escenario. ?Qu¨¦ han ganado? Una duraci¨®n de tres horas y 19 minutos, la m¨¢s corta del ¨²ltimo lustro, con lo que se acercan a las deseadas tres horas que ans¨ªa la Academia... o mejor, la cadena ABC, encargada de la retransmisi¨®n. Por cierto, Kevin Hart, el presentador que renunci¨® a su labor tras salir a la luz unos antiguos comentarios digitales hom¨®fobos, se fue al gimnasio y luego vio los premios. Se aburrir¨ªa. De acuerdo, algunos c¨®micos han sido sosos, otros se pasaron de frenada, pero al menos hab¨ªa un pegamento que unificara la ceremonia. Durante la noche vivimos una mera entrega de premios, como quien reparte pizzas. Ni v¨ªdeos de alabanza al cine, ni chistes, ni momentos memorables impulsados desde la misma organizaci¨®n.
Estatuillas a imitadores
Si adem¨¢s ahondamos en la parte puramente cinematogr¨¢fica, del miedo pasamos al p¨¢nico. Vale que los tres premios a Alfonso Cuar¨®n son justos, especialmente el de direcci¨®n. Que por fin M¨¦xico gana el Oscar a pel¨ªcula de habla extranjera. O que Olivia Colman merece todos los parabienes por su reina en La favorita. O que ya era hora de que Spike Lee ganara el Oscar ¡ªle ha pasado como a Paul Newman, que recibi¨® primero uno de honor antes que otro competitivo¡ª. Pero uno empieza a estar harto de estatuillas a imitadores de figuras hist¨®ricas, a que no se reconociera a Ethan Hawke por El reverendo ¡ªno, no estaba ni nominado¡ª, a que Paul Schrader, el maestro del guion, se fuera de vac¨ªo... Un dato doloroso: Rami Malek ya tiene su Oscar, Glenn Close y Willem Dafoe siguen sin ninguno. Otro: Bohemian Rhapsody gan¨® anoche cuatro estatuillas, El padrino gan¨® tres. Solo pod¨ªa ocurrir algo peor que ganara Green Book: que en su lugar lo hiciera el telefilme sobre la vida de Freddie Mercury con el que Brian May sigue esquilmando el legado Queen.
Green Book es un filme complaciente, timorato, con alguna secuencia bochornosa, en el que los actores est¨¢n muy por encima del material dram¨¢tico ¡ªy no digamos de la direcci¨®n¡ª. Es el Oscar de los conciliadores m¨¢s cobardes, como cuando gan¨® Crash. El vicio del poder es una pel¨ªcula arriesgada en lo formal, incisiva en el fondo. En Infiltrado en el KKKlan Spike Lee realiza una de sus habituales piruetas ideol¨®gicas. La favorita tambi¨¦n indaga en terrenos poco trillados. Para hacer el rid¨ªculo, mejor que premiar al filme de Peter Farrelly hubiera sido galardonar a Black Panther. Y una ¨²ltima reflexi¨®n: si ni siquiera en este a?o ¡ªflojo en Hollywood, enorme para el cine el resto del mundo¡ª los acad¨¦micos se han atrevido a dar la estatuilla al mejor filme a una pel¨ªcula hablada en un idioma distinto al ingl¨¦s, a una obra maestra como Roma, ?qu¨¦ habr¨¢ que hacer o esperar para que esto ocurra? Y de verdad, ?no hab¨ªa forma de haber hecho un gui?o a Stanley Donen, no s¨¦, escuchando unos compases de Cantando bajo la lluvia, por ejemplo?
La Academia tiene que decidir si prioriza sus premios o las ¨®rdenes de la cadena ABC. Si piensa en sus galardones, deber¨ªa reflexionar en c¨®mo mejorar la celebraci¨®n del cine. Si se rinde a la tele, pues efectivamente, que den galardones durante la publicidad, salgan los cantantes de American Idol, y todos contentos. Y aburridos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.