Los mejores arquitectos eligen los mejores edificios del siglo XX

A los arquitectos les gusta m¨¢s el Guggenheim de Bilbao que el de Nueva York. O lo que es lo mismo: el que dise?¨® Frank Gehry que el m¨ªtico edificio que Frank Lloyd Wright proyect¨® para la esquina que une la Quinta Avenida y la calle 89 de Manhattan. El museo bilba¨ªno ocupa el puesto 12? mientras que la nave nodriza neoyorquina es la 16? en la selecci¨®n realizada por medio centenar de renombrados proyectistas de todo el mundo para The Now Institute, un centro de investigaci¨®n asociado a la Universidad de Los ?ngeles (UCLA).

[FOTOGALER?A: Los 20 mejores edificios del siglo XX seg¨²n los grandes arquitectos]

M¨¢s informaci¨®n

Los 20 mejores edificios del siglo XX y las primeras obras espa?olas

Los que para Tadao Ando, Steven Holl, Richard Rogers, Kazuyo Sejima, Toyo Ito, Rafael Moneo, Kengo Kuma o Denise Scott Brown son los mejores inmuebles del siglo XX conforman un canon ¡ªCien edificios del siglo XX¡ª, que acaba de traducir al castellano la editorial Gustavo Gili. Ese elenco de medio centenar de maestros contempor¨¢neos no sorprende a la hora de elegir al m¨¢s destacado autor, se daba por hecho que ser¨ªa Le Corbusier. Lo relevante, e inesperado, ni siquiera es averiguar qu¨¦ edificio del suizo resulta ganador: la Villa Savoye. La verdadera aportaci¨®n del libro es el ap¨¦ndice con la votaci¨®n completa de cada miembro del jurado. Es esa informaci¨®n lo que nos permite conocer mejor la letra peque?a de las grandes obras a la vez que a los arquitectos que votan.

As¨ª, sabemos que el proyectista favorito del rupturista Daniel Libeskind, autor del Museo Jud¨ªo de Berl¨ªn, es el org¨¢nico Alvar Aalto ¡ªal que vota en las cuatro primeras posiciones¡ª. Tambi¨¦n que el edificio preferido de la difunta Zaha Hadid era un interior racionalista: el que Loos ide¨® para el American Bar de Viena.

?Qu¨¦ tienen en com¨²n Kazuyo Sejima, Shigeru Ban, Carme Pin¨®s y Eric Owen Moss? Que las s¨®lidas oficinas de ladrillo rojo levantadas en 1906 por Frank Lloyd Wright en Buffalo (Nueva York) para la compa?¨ªa de jabones Larkin es su edificio predilecto. Tambi¨¦n la incombustible Bolsa de ?msterdam que Hendrik P. Berlage erigi¨® en 1903 congreg¨® los primeros votos de Pelli, Maki o Tadao Ando. La inmaculada ?pera de Sidney es el inmueble favorito del cartesiano Richard Meier y, bien mirado, la sala de conciertos de Jorn Utzon debe de ser como un sue?o para el norteamericano porque es como un meier que echa a volar.

Al contrario que otros c¨¢nones plurales ¡ªlos libros del siglo o las mejores pel¨ªculas de la historia¡ª, los arquitectos demuestran en este volumen que no son cortoplacistas: hay m¨¢s edificios destacados en la primera mitad del siglo XX que de la segunda. El recuento confirma que el rey absoluto es Le Corbusier, en todas su versiones: la racionalista de la Villa Saboye (el primer puesto), la brutalista de la Capilla de Romchamp o La Tourette (segundo y noveno) o la social de l¡¯Unit¨¦ d¡¯Habitation de Marsella (vig¨¦simo). Tambi¨¦n queda claro que entre la imaginaci¨®n de Le Corbusier ¡ªconocido t¨®picamente como el Picasso de la arquitectura¡ª y la elegancia contenida de Mies van der Rohe ¡ªel segundo con m¨¢s edificios¡ª la capacidad de reinventarse del suizo es lo que genera m¨¢s admiraci¨®n. El primer proyecto de un arquitecto espa?ol llega de la mano del prematuramente desaparecido Enric Miralles ¡ªque firm¨® con Carme Pin¨®s el Cementerio de Igualada, donde fue enterrado en 2000 a los 46 a?os¡ª. Ocupa el puesto 49?, por delante del Museo de Arte Romano de M¨¦rida de Moneo (61?) y de la m¨ªtica Pedrera (Casa Mil¨¢) de Gaud¨ª (63?). La estaci¨®n mar¨ªtima de Yokohama, del madrile?o Alejandro Zaera y la brit¨¢nica Farshid Moussavi, es el proyecto n¨²mero 100.

El jurado se retrata tanto por lo que elige como por lo que no valora. Por eso, la verdadera selecci¨®n no son el centenar de edificios de sobras conocidos: son los miles que re¨²ne el jurado los que dibujan la ruta de la arquitectura sobresaliente menos conocida del siglo XX. Entre esos inmuebles por descubrir, Moneo rompe una lanza por Torres Blancas ¡ªde S¨¢enz de O¨ªza¡ª, por la Casa Ugalde ¡ªde Coderch¡ª, por la Casa de las Flores, de Secundino Zuazo, o por el Gobierno Civil de Tarragona, de su maestro Alejandro de la Sota. A Moneo le gusta m¨¢s el deconstructivista Kiasma que Steven Hall construy¨® en Helsinki que la ¨ªntima capilla que Eero Saarinen levant¨® en el MIT o que el Parque G¨¹ell, otro favorito de Dominique Perrault que no consigue los puntos suficientes para entrar en el canon.

?Es el Parque de la Villete de Bernard Tschumi mejor que el Museo Whitney de Marcel Breuer? ?Mejor que la Casa Puente de Amancio Williams y Delfina G¨¢lvez Bunge en Mar de Plata? Que muchas obras deconstructivistas ¡ªcomo la Escuela Diamond Ranch de Thom Mayne, que dirige el Instituto Now y prologa el libro¡ª o la Casa VI de Peter Eisenman resulten elegidas antes que el Edificio Chrysler, indica, ciertamente, hacia donde se escora el Instituto Now, que eligi¨® el jurado.

Un edificio de Zaha Hadid, su estaci¨®n de bomberos para la empresa Vitra, queda en el puesto 99? y ninguno de la Pritzker Kazuyo Sejima consigue un puesto indicando, tal vez, que la japonesa es una proyectista del siglo XXI.

Adem¨¢s de a Le Corbusier, el top 10 incluye a Mies van der Rohe por partida doble: el Pabell¨®n de Barcelona (reconstruido) en tercera posici¨®n, y la Casa Farnsworth, en la sexta. En el cuarto puesto est¨¢ la nave espacial que Piano y Rogers plantaron en Les Halles en 1977: el Centro Pompidou.

Lo mejor de Frank Lloyd Wright no se considera una casa sino su f¨¢brica Johnson. Kahn ocupa la s¨¦ptima posici¨®n con su Salk Institute. Un arquitecto que apenas construy¨®, Pierre Chareau, sit¨²a su Casa de Cristal parisina en octava posici¨®n y, sorpresa, el gran excluido de las can¨®nicas historias de arquitectura del siglo XX, Eero Saarinen, se cuela en el puesto 10 con su Terminal de la TWA en Nueva York.

Se deduce que Alvaro Siza no interesa o se desconoce ¡ªsolo sus piscinas de Oporto est¨¢n incluidas¡ª. Que Lina Bo Bardi se ha convertido por fin en una arquitecta popular y que, teniendo talento, no hace falta ser arquitecto para hacer arquitectura: la casa del mueblista Gerrit Rietveld ocupa la posici¨®n 23?. En Latinoam¨¦rica, apenas se valoran Barrag¨¢n y Niemeyer. Estados Unidos es el pa¨ªs m¨¢s representado. Y ?frica¡­ tendr¨¢ que esperar al siglo que viene.