Otra ¡®True Detective¡¯, otra decepci¨®n
Mahershala Ali es lo m¨¢s destacable de la tercera temporada de la serie, demasiado obsesionada con parecerse a su primera entrega
La tercera temporada de True Detective ten¨ªa un dif¨ªcil reto por delante: borrar el recuerdo de aquella vapuleada (y con raz¨®n) segunda entrega y recuperar la esencia de la primera. Y lo hizo sin disimulo, casi copi¨¢ndose a s¨ª misma, con una historia narrada en tres momentos diferentes y muchos v¨ªnculos en com¨²n con aquella primera entrega. Tantos que en un cap¨ªtulo, un personaje hac¨ªa referencia al caso que investigaron los detectives Rust Cohle y Marty Hart, cuya foto aparec¨ªa en la portada de un peri¨®dico. Era la certificaci¨®n de que True Detective 1 y True Detective 3 transcurren en un mismo universo. Y no es la ¨²nica similitud entre ambas.
La reci¨¦n finalizada tercera entrega ha querido tanto parecerse a la primera que ha terminado siendo una serie de hace cinco a?os. Si eso es bueno o malo es relativo. Su creador y guionista, Nic Pizzolatto, est¨¢ obsesionado con los hombres con problemas, esos que dominaron la reciente edad dorada de la televisi¨®n y que, en la actual peak tv, ya han ido quedando atr¨¢s para dar paso a un mundo m¨¢s diverso. Aqu¨ª, ese hombre con problemas ha estado muy bien interpretado por Mahershala Ali, quien el pasado domingo, mientras HBO emit¨ªa el ¨²ltimo cap¨ªtulo de la temporada, recog¨ªa su segundo Oscar, en este caso por Green Book. Le ha acompa?ado en el recorrido Stephen Dorff, cuya interpretaci¨®n ha ido a m¨¢s seg¨²n ha avanzado la temporada.
Como ocurr¨ªa en las entregas anteriores, la investigaci¨®n del caso no es m¨¢s que una excusa para ahondar en los personajes. En este caso, los fantasmas del detective Wayne Hays (Ali) estaban relacionados con la complicada relaci¨®n que mantiene con su mujer en los diferentes momentos de su vida, la obsesi¨®n con la investigaci¨®n en torno a lo ocurrido con dos hermanos (la muerte del ni?o y la desaparici¨®n de la ni?a), y el alzh¨¦imer que padece cuando ya es mayor y que le est¨¢ haciendo perder la memoria.
Sin entrar en detalles, la temporada ha dado respuesta al caso desvelando que, en realidad, no hab¨ªa mucho misterio detr¨¢s. La trama se pod¨ªa haber contado en dos cap¨ªtulos. El final tambi¨¦n ha sido un tanto apresurado porque las respuestas eran m¨¢s sencillas de lo que nos hab¨ªan hecho creer. En cualquier caso, ha estado en consonancia con el resto de la temporada y ha demostrado que lo de menos era el caso y lo que m¨¢s interesaba a Pizzolatto era la incursi¨®n en la psique de Hays.
?Ha merecido la pena la temporada? Depende. Por las actuaciones, s¨ª. Por el argumento y la propuesta en general, no. Le ha faltado novedad, ambientaci¨®n y chicha a una historia que se hac¨ªa aburrida por momentos y no despegaba (y tampoco lo hizo demasiado) hasta pasados varios cap¨ªtulos.?
?Deber¨ªa haber cuarta temporada? Visto lo visto, quiz¨¢ mejor no. Mejor pasemos a otras cosas y dejemos descansar a los detectives atormentados.
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